Diecisiete

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17. Segundo día de paseo.

- Ese fue un muy buen golpe, cuanto más miro más me gusta lo que estoy viendo

- ¿De verdad? -Asiente con una sonrisa de oreja a oreja- Todo es gracias a ti que eres un maestro muy constante

La otra noche... Esa noche fue la mejor que he vivido en toda mi vida, dormimos sin separarnos de las manos y luego de eso conversamos como siempre, dejamos de lado todo los asuntos del karate, de la escuela... de Zack, hablamos solo de nosotros y agradezco a que nadie interrumpió. Yo siento que... La distancia entre nosotros ha reducido y mientras tanto... No pude pensar nada mas ya que un amigo muy querido mio coloco su divino pie en mi rostro ¿Cuánto amor no?

- Ah, lo siento. Porque sigues apareciendo en frente de mi, no lo pude evitar porque así es una de las patadas en el karate y bueno pues quería practicar -Hablo el dueño de ese pie que esta aterrizado en mi rostro... Zack

- ¡Santa cachucha! ¡Dejame en paz, cara de trasero! -Este chico me saca de quicio

Suelta una carcajada

- No me digas... ¿Ese es tu mejor insulto?

No aguante mas y comenzamos con la misma pelea de siempre, claro que ahora en este paseo he aprendido nuevos golpes fuertes y obviamente voy a utilizarlos en Zack, pero obviamente el sabe defenderse. Todo el tiempo que hemos practicado él ha estado molestando el valioso tiempo que comparto con Nick, pero al menos admito que es algo... divertido ver a Zack enojado.

- ¿Cuándo piensan dejar de pelear? ¡En verdad, que tener una pelea durante el entrenamiento es vergonzoso! -Nos regaña el maestro con un muy notable enojo.

- ¡Maestro, solo debería castigar al estúpido de Zack! -Reclamo, con mis manos en puños levantadas mostrando mi ira... o eso intento. Miro a Zack que se acerca a mi oído, sin olvidar que me fulmina con la mirada

- Cállate... tonta -Susurra y como todo joven maduro me saca la lengua y me guiña, juro que si no estaba el maestro en frente de nosotros mi puño ya estaría en su maldito rostro.

- ¡Los dos son los culpables! ¡Como castigo los dos van a ir a ayudar al personal de la posada con las compras!

Maldito momento, maldito Zack

***

Me coloco mis calzados bruscamente, ese Zack ¡Estoy tan enojada con él! Escucho como se abre la puerta de mi habitación, dirijo mi mirada hasta encontrarme con Nick

- Hola... Vas a ir de compras con Zack ¿verdad? -Asiento- Estoy preocupado de que los dos vayan a ir juntos todo el camino -Se nota por su voz que esta hablando muy en serio

-Esta bien -Sonrío- El personal de la posada va a estar con nosotros, así que no necesitas preocuparte

No quiero afectar el entrenamiento de Nick, aunque no estoy segura de lo que pasara a lado de ese demonio que sera mi acompañante en unos minutos, pero no quiero que se preocupe

- Si algo llegara a pasar, llámame en seguida -Sus labios hacen contacto con mi frente, cierro mis ojos para poder sentir ese beso en la frente, todavía no estamos acostumbrados a todo esto... Se puede decir que nos sonrojamos por todo.

- Te prometo que si algo pasa, te llamare de inmediato -Nos agarramos de las manos y salimos de la habitación, cuando salgo están en la salida Zack esperándome pero frunce el ceño cuando ve mis manos entrelazadas con las de Nick, ignoro ese gesto. Antes de salir me aseguro que estoy llevando mi celular, cuando veo que esta en mi bolsillo trasero de mi pantalón me despido de Nick, salgo con Zack y con dos mujeres mayores.

¿Príncipe adorable o pervertido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora