—Enero quince, dos mil veintitrés— Sunoo arregló la pantalla de su portátil para que la cámara apuntara en un ángulo correcto su rostro sonriente. Debajo de su imagen en el monitor, el contador de los segundos iba avanzando. —No sé cómo comenzar esto. Jaeyun me dijo que estaba loco por si quiera considerar esto una opción, pero creo que es lo más viable. No me gusta escribir, de todos modos...
Sunoo suspiró y miró a su alrededor, su lengua humedeció sus labios y los mordió suavemente antes de que se estiraran en una sonrisa tonta que ya no podía contener.
—Su nombre es Heeseung. Supe que ese era su nombre hasta que cada uno de los estudiantes eligió una especialidad antes de entrar a la universidad y casualmente compartimos algunas clases de tronco común juntos. — Sunoo se alzó de hombros sin abandonar su sonrisa, jugueteando con la orilla de las mangas de su suéter de lana gris. —Él es demasiado atractivo y particularmente yo no considero a todos de esa manera. Claro que hay personas lindas y bonitas que merecen ser reconocidas por eso, como yo, pero Heeseung es más que eso.
El de piel pálida tomó su teléfono que descansaba en su escritorio de madera, su charla consigo mismo pausándose para rebuscar algo en él. Cuando encontró la imagen que buscaba, la coloco frente a la cámara, su cabeza asomándose en el contorno de la pantalla para asegurarse de que se captara bien la fotografía de Heeseung recostado en una cama leyendo un libro mientras parecía hablar, la fotografía había sido tomada sin que se diera cuenta en el día de navidad.
—Heeseung es realmente un ángel en esa foto, pero si rebuscas más en su Instagram hay fotos donde se ve mucho más caliente. — Sunoo retiró el teléfono de la cámara y lo presionó contra su pecho, suspirando soñadoramente en el acto. Sus mejillas se habían puesto ligeramente rosadas, al igual que el atardecer que se apreciaba por una de las ventanas que estaba detrás de él. —Conocí a Heeseung mientras caminaba hacia los pasillos del comedor el lunes, prácticamente hace tres días. Había música muy fuerte y creí que alguien había olvidado apagar uno de los parlantes, pero cuando encontré la habitación de donde provenía el ruido fue cuando lo vi por la ventanilla de la puerta. Él estaba en el centro de uno de los salones que usan las chicas que toman clases de ballet, bailando con movimientos demasiado buenos. No soy un coreógrafo o algo parecido, pero puedo decir que sabe lo que está haciendo y pone mucho empeño en ello. Creo que eso fue lo que más llamó mi atención. Y resultó que después del almuerzo tomé la clase de investigación con él.
Sunoo llevó uno de sus pulgares a sus labios, mordiendo ansiosamente su uña sin llegar a hacerle daño. Sus ojos se quedaron fijos en algún punto de la habitación antes de volver a hablar.
—No puedo dejar de pensar en él... Estaba hablando con Jaeyun sobre acercarme, nada muy arriesgado, solo para obtener su número de teléfono o agendar algún día para tomar un café. — Su cuerpo cayó sobre el respaldo de su silla, ambas manos peinando sus cabellos lisos y de color negro hacia atrás para que volvieran a caer sobre su frente en una posición más ordenada. —Jaeyun dice que debería averiguar más sobre él antes de acercarme, pero no quiero hacerlo... Tengo confianza en mí mismo y en mi apariencia y sé que Heeseung no durará en darme su teléfono... Así que ese es mi plan. Probablemente lo haga la próxima semana para no verme tan desesperado, eso es lo último que quiero.
—Así que... sí. Grabo esto como una prueba de mi progreso y para tener un registro de mis propios sentimientos. Puede que, en un futuro, cuando esté en una relación con Heeseung, se los muestre y ambos podamos reírnos de esto. Pero mientras eso sucede, creo que es todo lo que tengo que decir por ahora. Volveré a grabar cuando haya obtenido el teléfono de Heeseung... ¿Adiós?
Sunoo saludó cortamente a la cámara y le sonrió antes de dirigir el cursor de la computadora hacia el botón rojo para terminar su grabación.
.
—Deja de tomarme fotos, Sunghoon. — Heeseung se estiró desde su lugar en su cama para atrapar la cámara del menor entre sus manos y bloquear cualquier otro intento de obtener alguna imagen de él distraído. Sunghoon luchó un poco para obtener su cámara de regreso, pero no lo logró ya que el mayor de los dos la apartaba cada vez que se acercaba mucho y también había decidido analizar cada una de las fotos que tomó, deslizando el libro que sostenía entre sus manos unos segundos atrás hacia uno de sus costados en la cama.
—Hoy luces muy bien, Hee. Es inevitable. — Como protesta, Sunghoon se dejó caer en el cuerpo del mayor, colocando cada una de sus piernas a los lados de la cadera de Heeseung mientras que su torso se juntaba con el contrario con calidez. La cabeza del castaño se recostó en el hombro de Heeseung y desde su lugar observó cómo el mayor se desplazaba por todas las fotos recientes de él.
Contrario a su supuesto enojo, el mayor llevó una de sus manos a la espalda de Sunghoon, acariciándola sobre la gruesa tela de su suéter.
—¿Puedo postear alguna? Tienes un talento especial con tomar fotos espontaneas — Heeseung apreció distraídamente, dejando un grupo de besos castos en los cabellos del menor. Sus ojos todavía evaluaban cada una de las fotografías en busca de la que captara su físico de la mejor manera.
—¿Por qué lo preguntas ahora? Desde hace un año y medio posteas fotos para mi uso exclusivo en tus redes sociales sin permiso y sin darme ningún crédito. — Los labios de Sunghoon se apachurraron en un lindo puchero el cual Heeseung logró observar desde su periferia. Sunghoon de inmediato comenzó a rozar la punta de su nariz fría contra el hueso de su mandíbula en busca de obtener algo de atención, la cual Heeseung le otorgó casi al instante después.
—Nunca me dijiste que te diera créditos, Hoon — sopló el mayor sobre los labios del otro después de girar su rostro para encararlo. Su aliento se sentía tan reconfortador en contraste del frío invernal que se colaba por las rendijas de las puestas y ventanas del hogar de Heeseung.
—Te perdonaré siempre y cuando me des mi merecida recompensa. — La nariz del menor ahora comenzó a rozarse con la de Heeseung, un suave beso esquimal. El pelinegro sonrió juguetonamente, reconociendo lo que su bonito novio quería en ese momento y dándoselo segundos después en la forma de un beso calmado y húmedo. Sus labios solo se movían cuando intentaban reajustar su posición, pero fuera de ello, su beso cargado de romanticismo era estático.
—¡Heeseung, Sunghoon! ¡La cena está servida! — A pesar de escuchar el fuerte llamado de la madre de Heeseung, ninguno de los dos rompió el beso, en cambio, se profundizó, succionando cada parte del amor del otro hasta el momento en que ambos se quedaron sin aliento.
—Feliz navidad, Hoon... — Heeseung pronunció a solo unos milímetros de los labios de Sunghoon, en parte para asegurarse de que su declaración fuera un acto más íntimo al ser la segunda navidad que pasaban juntos y para mantener la calidez que sus bocas habían compartido.
—Feliz navidad, corazón.
—
Nana regresó ^^
ESTÁS LEYENDO
𖥔 ִ ۫ ˑ you might love him ! heehoon ִˑ
Randomh̶e̶e̶h̶o̶o̶n̶ | Sunghoon era el perfecto estereotipo de que las personas lindas eran tontas. Sus bromas eran aburridas, su risa era extraña y su personalidad lo era aún más. Sunoo, en cambio, se consideraba una persona linda, aunque totalmente dif...