Aᴍʙᴏs Pʀᴏxʏ's ǫᴜɪᴇʀᴇɴ ᴀ ʟᴀ ᴍɪsᴍᴀ ᴄʜɪᴄᴀ, ᴘᴇʀᴏ sᴏ́ʟᴏ ᴜɴᴏ ʟᴀ ᴛᴇɴᴅʀᴀ́.
Nunca sabes quién te observa.
Nunca sabes quién te sigue los pasos.
Nunca sabes quién te piensa.
Y cuando te dés cuenta, puede ser demasiado tarde. Ya eres su objetivo, su obsesió...
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Elena Jones
Fuí engañada y ultrajada de la manera más asquerosa y cruel por quiénes menos lo esperaba.
Me dejé engañar por su amable sonrisa, pues sólo era una máscara.
Los descubrí, pero ya fue demasiado tarde. La mayoría de las veces las personas no suelen ser lo que parecen.
Para atraparme se disfrazaron de “amigos” con el objetivo de engañarme y ganarse mi confianza.
Eran unos chicos tan encantadores y agradables.
Al principio, yo no confiaba en ellos, pero poco a poco caí en sus mentiras y en su trampa.
Jamás debí dejarme engañar. Jamás debí dejar que se me acercaran. Debí poner más atención a cada una de sus palabras y acciones.
Siempre supe que había algo malo en éstos chicos, nunca me terminaron de agradar, pero nunca le hice caso a ese mal presentimiento.
Y ahora ya todo cobra sentido, ya todo está más claro que el agua.
Por fín logré completar el rompecabezas, me aterré al terminarlo y descubrir la verdad.
A los asesinos siempre los tuve en mis narices.
Mis violadores siempre estuvieron cerca de mí.
Siempre fueron ellos.
No sé en qué estaba pensando cuando acepté escaparme con Brian.
Fuí muy tonta e ingenua.
Ellos fueron los que me violaron esa fría madrugada.
En éstos momentos ya no sé cómo sentirme. Mis ojos palpitan de tanto llorar y mi corazón late con gran rapidez.
Me siento asqueada, aterrada y adolorida.
Me dió un ataque de pánico al tenerlos tan cerca de mí, empecé a destruír todo a mi paso y a lanzarles todo lo que tenía a mi alcance.
Siento un gran dolor en mi corazón que no se detiene. Mucha tristeza e ira me está consumiendo lentamente.
Recordar la noche en la cuál éstos hombres me violaron me hizo sentir un repudio indescriptible en todo mi cuerpo.
Quisiera borrar cada toque, beso y caricia dejada en mi piel. Rasguñé toda mi cara, brazos, manos, piernas, muñecas y cuello, como si eso fuese a borrar toda su esencia impregnada en mí.
Recordar la asquerosa sensación de tenerlos encima mío me hace sentir que la piel me arda y pique.
Los odio tanto por la pena, la vergüenza, el miedo y de todo lo mal que me hicieron sentir esa noche y los restos de los días que pasaron después de esa noche llena de amargura y dolor.
