Aᴍʙᴏs Pʀᴏxʏ's ǫᴜɪᴇʀᴇɴ ᴀ ʟᴀ ᴍɪsᴍᴀ ᴄʜɪᴄᴀ, ᴘᴇʀᴏ sᴏ́ʟᴏ ᴜɴᴏ ʟᴀ ᴛᴇɴᴅʀᴀ́.
Nunca sabes quién te observa.
Nunca sabes quién te sigue los pasos.
Nunca sabes quién te piensa.
Y cuando te dés cuenta, puede ser demasiado tarde. Ya eres su objetivo, su obsesió...
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Elena Jones
«No quiero que me toque, no ahora que estoy embarazada».
Lo veo quitarse su sudadera para quedar sólo con esa típica camisa negra sin mangas. Pero me alertó más verlo quitarse el cinturón para proceder a desabrochar su pantalón y bajarse lentamente el cierre sin dejar de mirarme.
—Hoodie, por favor... Otra vez no... No quiero...—Supliqué tratando de retroceder, pero la puerta y ventana detrás mío no me permitieron retroceder más.
—Ahora sí eres mía, Elena.—Gateó peligrosamente hasta mí buscando ponerse entre mis piernas y subiendo su pasamontañas hasta la mitad de su rostro, dejando sus labios expuestos.
—¡Suéltame! ¡No me toques! ¡Aléjate de mí!—Puse mis manos sobre sus brazos para alejarlo cuando me abrazó con fuerza, chupando y besando mi cuello.
Consiguió ponerse entre mis piernas con él sobre mí. Estoy tan expuesta a él ya que traigo una falda no tan larga y puedo sentir por encima de mis bragas sus miembro erecto frotarse contra mi intimidad. En un abrir y cerrar de ojos, me quitó mi suéter de mezclilla dejándome sólo con mi blusa escotada, mis pechos están expuestos ante sus ojos.
—¡Ahh...! ¡N-No...! ¡Ay!—Grité adolorida al sentir su cara entre mis pechos y aspirar con fuerza. Empezó a succionar, lamer y morder mis pechos.—¡Quítate! ¡No me muerdas! ¡Me lastimas! ¡Ay, no...!—Gemí poniendo mis manos sobre su cabeza para alejarlo de mis pechos.
—Ya extrañaba oír tu voz, tus gritos y tus gemidos. Extrañé todo de tí, Elena.—Dijo besando todo mi rostro y cuello por distintas zonas, haciéndome brincar y jadear involuntariamente por la abrumadora sensación que me provocan sus caricias. Sus manos tienen aprisionadas las mías contra el asiento acolchonado del auto.
—¡Basta! ¡Hoodie, ya!—Otra vez empezó a chupar y morder mi cuello y mis hombros. Soltó mis manos para alzar más mi falda, acariciando y manoseando mis muslos.—¡E-Espera! ¡Brian, no!—Cerré con fuerza mis ojos por sus caricias que comienzan a hacerme efecto y cosquillas.
Se detuvo alejándose lentamente de mi cuello para mirar mis ojos, cosa que me puso más nerviosa.
Con ambas manos suyas tomó mis piernas para ponerlas a cada lado de sus caderas. Gemí de manera involuntaria sintiendo su miembro restregarse en mi entrepierna, simulando embestidas. Sentí mi cara arder por ésta acción suya, clavé mis uñas en sus hombros por la sensación.
—¿Me extrañaste, Elena?—Me preguntó inclinándose hacia mí para mirar más de cerca mis ojos. Es como si quisiera ver más allá de mis ojos y saber lo que pasa por mi mente.
—Yo... No lo sé... Déjame ir, por favor... ¿Dónde está Ethan...?—Pregunté entre sollozos y empujándolo de sus hombros sin tener éxito alguno.
