Aᴍʙᴏs Pʀᴏxʏ's ǫᴜɪᴇʀᴇɴ ᴀ ʟᴀ ᴍɪsᴍᴀ ᴄʜɪᴄᴀ, ᴘᴇʀᴏ sᴏ́ʟᴏ ᴜɴᴏ ʟᴀ ᴛᴇɴᴅʀᴀ́.
Nunca sabes quién te observa.
Nunca sabes quién te sigue los pasos.
Nunca sabes quién te piensa.
Y cuando te dés cuenta, puede ser demasiado tarde. Ya eres su objetivo, su obsesió...
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Elena Jones
Tengo miedo, no puedo moverme, no puedo hablar, no puedo gritar. Estoy paralizada.
Esos hombres con máscaras me miran tan detenidamente. Me siento intimidada y pequeña frente a ellos.
Dejaron de mirarme y pusieron su atención en el cuerpo del ladrón.
Grité cuando sacaron un cuchillo cada uno de ellos.
Se posicionaron sobre el cuerpo y entre los dos lo apuñalaron con una ira impresionante. Yo sólo me dediqué a mirar con horror la terrible masacre. Ellos clavan el cuchillo en su rostro una y otra vez hasta desfigurarlo de una manera tan asquerosa y grotesca. Apuñalaron todo el cuerpo creando un enorme charco de sangre en el blanco piso, cortaron sus orejas, sacaron sus ojos y rajaron su estómago haciendo que sus órganos interiores se desparramen. Las cuchilladas sonaron tan secas y horrorosas haciéndome estremecer, siento el verdadero miedo recorrerme por completo.
Sangre, mucha sangre salpicó por todas partes, ese color carmesí me salpicó.
—Paren, por favor... Ya basta, está muerto... N-No sigan...—Supliqué horrorizada, pero ellos me ignoraron y siguieron con lo suyo.
El hombre de la máscara sujetó con rudeza el cuerpo de los hombros para que el hombre con pasamontañas rebane lentamente su cuello como si fuese mantequilla. Pude notar que el cuerpo se retorció un poco por la tortura. Finalmente, el asesino terminó de cortar fácilmente la gruesa carne con agilidad y rapidez decapitando el cuerpo.
Mi piel se erizó a ver a los dos jugar y patear la cabeza como si se tratase de un balón de fútbol.
Ésta escena es sumamente grotesca. Dejaron el cuerpo totalmente irreconocible y destrozado, parece una masa de sangre sin forma.
—¡¡¡AAAHHH!!!—Exclamé llena de impresión y horror.
Enseguida cubrí mi boca cuando ellos pusieron su atención en mí.
El hombre de la máscara avanzó muy rapido hasta mí moviendo bruscamente la mesa que nos separaba, me apegué lo más que pude a la pared.
—¡Por favor, no me hagan daño! ¡No me toques! ¡Aléjate de mí!—Supliqué aterrada.
Se quedó quieto en su lugar, nuevamente se acercó y me acorraló dejándome sin escapatoria.
Su estatura me pone muy nerviosa y su mirada a través de esa máscara me paraliza. Estoy tan malditamente asustada e indefensa.
Acarició con suavidad mi rostro y mi cabello con su guante cubierto de sangre, chillé y me encogí temerosa por su toque. Sin previo aviso, tomó con rudeza mi cabello acercándome a él.
—M-Me duele...—Susurré apenas audible.
Es muy rudo, me lastima. Aún sigo muy adolorida de las golpizas que me daba mi tío.
