Día 4 (Catninja)

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Muchos cuando están por declararse se aseguran de hacer la velada más "romántica y perfecta" para la ocasión o simplemente hacen planes muy exagerados y pretenciosos al punto de que a kilómetros se noten cuáles son las intenciones, pero parece que siempre esperan que la persona contraria les diga que sí ¿Se les habrá pasado por la mente que su respuesta fuera negativa? Probablemente sí, más de seguro ellos mismos o sus amigos le dieron ánimos y que pensará positivo, otros probablemente creyeron que por tomarse la molestia de esos detalles el otro no podrá negarse, ¿Y qué pasa cuando los rechazan? Sienten humillación, decepción y muchas emociones negativas sumado a sentir que todo fue una completa perdida de tiempo.

No porque tú quieras a alguien esa persona está obligada a sentirse de la misma manera por tí, y el Ninja nocturno era muy conciente de esto. Es por eso que decidió que confesaría sus sentimientos de la forma más casual que pueda y eso lo haría está noche, sobretodo porque sabía que si no lo hacía cuento antes no podría hacerlo nunca, era ya una necesidad el tener que sacar eso de su pecho.

Entonces ahí estaba él, actuando como si fuera una de sus encuentros o entrenamientos juntos que ya eran muy habituales entre ambos. Las cosas fueron con normalidad o bueno algo así, el Ninja no contaba con que sus nervios lo dominarán más de lo que pensó, y terminará balbuceando o con la lengua trabada en varias ocasiones.

En cuanto esto pasaba improsaba cualquier cosas para evitar preguntas de su extraño comportamiento, quizás si hubiera estado más atento habría notado que Catboy estaba también nervioso.

Luego de estar un rato en el bosque decidieron subir a la pagoda, fue al inicio de las escaleras dónde porfin reunió el valor de hacerlo.

—Hey Catboy —lo llamó de la forma más calmada que pudo.

—¿Sí?

—Yo quería-

Y nada, ya nada salía de su boca, sentia que no podía articular palabra alguna, todo el valor que había juntado se esfumó en menos de un segundo ¿Cómo debía proseguir? Quizás debería hacerce el loco y retarlo a una carrera, o lanzar una bomba Ninja y decir que jugarán al escondite ¡O cualquier cosa, pero quería salir de esta situación! ¡Estaba haciendo el ridículo!

Ya pensaría mejor como expresar sus sentimientos, incluso bastaba con decirle que él piensa que es atractivo o-

—Descuida, tú también me gustas —habló Catboy interrumpiendo sus pensamientos.

Entonces si cerebro se quemó.

—¿Qué? —pronunció incrédulo.

—Er-

—¡No, no, no! —empezó a  gritar agitando los brazos—, ¡Pausa! ¡Tiempo fuera! ¡Así no es como tenía que ser!

—¿Qué cosa?

—¡Esto! ¡La declaración! —gritó cómo si fuera lo más obvio—, ¡Se supone que yo debía hacer eso primero! No me prepare todo la maldita noche, que digo noche ¡Toda la semana! Para que al final tú seas el que se declare ¡Tonto gato!

Y así siguió el Ninja durante varios minutos, al aparecer su orgullo hizo que olvidará toda la vergüenza e incertidumbre sobre ser rechazado o correspondido.

Ya para el final de la noche una nueva relación había iniciado.

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