Capítulo 05

169 23 0
                                    

Ese día había sido tranquilo en comparación del resto.

Cuando llevó comida para su suegro, este apenas y le dirigió la palabra, pero al menos no había sido grosero con él.

Una vez se aseguró de que había tomado sus medicinas, bajó nuevamente para dedicarse a limpiar.

Dejando de lado el idiota que la habitaba, en realidad la casa era enorme y muy bonita.

Tenía un estilo rústico, pero a la vez un toque elegante que reflejaba todo el dinero que poseía la familia.

La sala de estar era su habitación favorita.

Era acogedora y se sentía familiar de alguna forma.

Le ponía de buen humor imaginar a un pequeño Jeno jugando alrededor. Tanto, que ni siquiera prestó atención al hecho de que estaba ordenando el hogar de alguien a quien odiaba.

Comenzó a cepillar a chimenea cuando un sonido lo detuvo de golpe.

Negando, se acercó a la escalera sólo para mirar horrorizado como su suegro se encaminaba con dificultad al primer piso.

- ¡¿Qué mierda estás haciendo?! - dijo alcanzándolo para ayudarle a bajar el tramo restante.

- ¿Qué piensas que hago? Me aseguro de que mi casa siga aquí -

- No puedes hacer eso, Jaehyun. El doctor dijo que tenías que tomar reposo -

- Ya lo hice -

- Jaehyun... -

- Deja de fastidiarme - gruñó.

- Llamaré a Jeno -

- Bien - asintió - déjame hablar con él cuando termines. También tengo cosas que decirle -

El menor entornó los ojos y se volvió a su tarea en completo silencio.

Apenas dio un par de pasos, escuchó la voz de su suegro tras él.

- No abras las cortinas -

Se giró para mirarle con inocencia.

- Pero Jaehyun - parpadeó confundido - necesitas aire fresco -

- No te... - cubrió sus ojos, encandilados por la luz exterior - hijo de puta -

- ¿Se siente bien? - suspiró - pensé que extrañabas el viento del campo -

- Bien, así mi casa ya no huele a burdel - forzó una sonrisa.

- ¿Te refieres a mi perfume? - rió - Jeno me lo regaló. Tengo cientos de ellos -

- Y aún así no logras dejar de apestar -

- ¿No te gusta? -

Se apresuró al perchero para tomar su mochila y sacar de ella una botella para rociar todos los muebles y cortinas con él

- A mí me encanta -

- Por supuesto que no te molesta gastarlo. El idiota de mi hijo lo repondrá tan pronto como lo termines -

- Por fin nos entendemos - concordó con sarcasmo.

- ¿Cómo puede ser tan tonto y gastar lo que tanto le ha costado formar en un interesado como tú? - negó indignado.

- No creo que le importe - se encogió de hombros - le gusta verme feliz -

- Aunque no hagas nada a cambio -

- Así es - asintió - de hecho, el otro día estaba tomando un baño de espuma mientras veía en la tableta, una que él me compró, el catálogo de una joyería muy ostentosa. No me pesó para nada pagar con la tarjeta de tu hijo pero ¿sabes qué es lo mejor? Él llegó después de unos minutos para hacerme un masaje y luego... bueno - sonrió lascivo - ya sabes lo que ocurrió -

Jaehyun negó con desagrado.

- Eres un desvergonzado -

- Ya te dije, Jaehyun. No me costó nada llamar su atención -

- Siquiera qué estaba haciendo en ese bar que solamente visitan las personas de tu clase -

- Algunos le llaman destino -

- Yo diría que es mala suerte - se dejó caer en el sofá - cualquiera se habría entregado a él a cambio de todo ello. Pero no. Tuviste que ser tú el fácil que se cruzó en su camino -

- Creo que tu niño es el fácil - replicó.

- Cierra la boca de una vez -

- Yo en silencio, tú en silencio - se encogió de hombros - todos ganamos -

- Antes sirve de algo y tráeme una cerveza -

Jaemin lo miró incrédulo.

- ¿Qué? -

- ¿Tartamudeé? - frunció el ceño - mueve tu trasero y tráeme una cerveza -

El menor no volvió a preguntar.

Tal vez si lo embriagaba lo suficiente, el señor dormiría temprano y ya no lo fastidiaría.

Esperaba que así fuera.

Just the two of usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora