Secuestro abandonado.

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Una chica de pelo castaño muy claro, ojos azules.

-¿Te conozco?.-le digo, estoy seguro de que antes ya la había visto, aún que es una total extraña para mi.
-¡Cállate!.-Grita de un modo horrible.
Ok, ya no le vuelvo a hablar.
-¿Por qué nos hiciste esto?.-dice Nick adolorido.
-Tu que prefieres ¿lastimar o ser el herido?.-dice la chica con odio.
-No queríamos....-No término de decir, ella me lanza una mirada de odio e ira.
Al parecer sólo quiere hablar con Nick.
Ahora si ya no insisto, aunque me tranquiliza que mi secuestrador sea una mujer, no porque sea más debil, o sea guapa. Sino porque son más delicadas, no me imagino como hubiese sido mi secuestrador hombre.
-No quiero que me hagan daño, no quiero que me hagan daño, no quiero que me hagan daño...-Repite varias veces nerviosa, mirando fijamente el estante de libros de la habitación. Se jala los cabellos y corre hacia la ventana, rompiéndola con su cuerpo. ¿Se suicido?
Nick y yo no quedamos petrificados ante lo que acaba de pasar.
Trato de zafarme de las cuerdas que me tienen prisionero, para ver si la chica tiene alguna esperanza de vida. Noto que no tengo puestos mis guantes, bueno aquí no hay personas a las que pueda ver su muerte. Ya que la muerte de Nick ya la he visto, y la muerte de esa chica puede que ya la haya visto en carne propia.
Las cuerdas están hiriendo mis muñecas, derramo unas gotas de sangre, Nick sigue sin moverse y sin apartar la vista de la ventana.
-¡Oye! ¡Nick!-por fin se mueve. Gira la cabeza hacia mi-Arrastrate hacia mi, tratare de quitarte la cuerda.
Resulta un poco difícil, pero al fin lo logro, Nick esta libre, se desata la cuerda de los tobillos y enseguida me libera a mí.
Ya los dos liberados corremos hacia la ventana, estamos en el 4 piso.
La chica no está, sólo hay un pequeño charco de sangre. Al ver esto, Nick y yo nos miramos dudosos.
Corremos rápidamente hacia las escaleras y las bajamos corriendo. Encuentro la mochila de Nick en el suelo y la recojo sin pensarlo mientras aún sigo corriendo.
Estamos fuera del edificio, mi auto tiene un mensaje grabado con pintura en aerosol azul.
"No me harán daño"
-¿Qué demonios le pasa a esa chica?.-Digo deteniendome justo delante del auto, mirando cada partícula de pintura que abarca mi auto.
-¿A eso le llamas "chica"?.-Mira al rededor.- vive en un lugar abandonado, te golpea la cabeza para después deformar tu rostro con la finalidad de torturarte y violarte, se avienta de un 4to piso y ¡Arruina el Mini de tu hermano!.-Lo dice por él, a mi no me golpeó ni me violo.
-Bueno ya cumpliste algo más de tu lista "no ser virgen".-Él me lanza una mirada algo confundida.
Voy directo a la puerta, aún no la abro. No tengo la llave.
-¡Vamos hermano!.-Dice él entendiendo la situación.
Busco en la mochila, siento un gran alivio, al ver que dentro estaban mis llaves. Abro rápidamente la puerta del auto y entro al mismo tiempo que Nick.
Acelero, quiero salir rápidamente de este horrible lugar abandonado.
-¿Crees que esa psicópata haya sido un...-Mantiene silencio un par de segundos antes de decir la siguiente palabra.- fantasma?
-¿No entraste a su mente?.-Miro el retrovisor un instante y veo la silueta de esa psicópata. Me da escalofríos tan sólo pensar en lo loca que está.
-No, tiene un gran muro de traumas que impiden que entré a su mente.-Se golpea la frente con la palma de su mano un par de veces.
Un objeto hace impacto en el vidrio de la ventanilla del Mini. Provocando que éste se rompa en mil pedazos. El sonido ensordecedor, hace que giré el volante a 90 grados. Casi me estrello con un carrito de Hot Dogs.
-¡Está demente!.-Grita Nick, tocándose el cuello sangrando, para parar un poco el derrame de sangre.
Miro de nuevo el retrovisor, la chica corre hacia el auto a toda prisa. Acelero aún más, esta chica no se cansa.
Noto que la ventana rota, es la trasera. Ahora si me enoje.
-¡¿Cómo pudo pasar esto?! Una mujer desarmada, ha vencido a dos corpulentos chicos, como nosotros. ¡Me ha dado la paliza de mi vida!..-Me burlo por unos segundos.
-¿Qué es lo que aventó?.-le pregunto acelerado.
-Ahh...-rompe un pedazo de tela de su camisa para después elevarlo hacia el pequeño río de sangre de su cuello, mira hacia atrás buscando el objeto.-No veo nada, vas demasiado prisa.-Se regresa de golpe al asiento del copiloto.
No le contesto, miro de vuelta el retrovisor, la chica se ha cansado, se ha quedado tirada en el suelo. Eso me da cierto alivio.

-¿A donde vamos?.-me pregunta casi en un susurro, al ver que me he desviado.
-Estas más blanco que de costumbre.-le digo volteándolo a ver. Me sorprende que no haya entrado a mi mente.
-Odio los hospitales, sólo quiero ir a...-su cabeza se cae junto con sus brazos y párpados, dejando la herida descubierta. Se ha desmayado.
Eso me pone nervioso. No se qué hacer, ¿acelero el auto o lo paro para ayudar como fuese a mi amigo?
Todo sucede muy rápido, siento el latido acelerado de mi corazón. Toda mi vista se enfoca en Nick inconsciente.
Piso el freno de golpe provocando un sonido chillante.
Me inclino hacia Nick le soy una ligera bofetada para tratar de despertarlo. Deslizo mis dedos hacia su cuello para sentir su pulso, es demasiado débil ¿Es su hora de morir?

Odio esas malditas luces naranjas y el sonido ensordecedor de las sirenas.
Nick en la camilla, los paramédicos hacen lo necesario para detener la hemorragia, ha perdido mucha sangre.
Lucho contra mis ojos inundados de lágrimas, jamás había tenido tanto miedo como ahora.
Había visto su muerte, pero jamás pensé que sería tan pronto. No estoy listo para afrontar su muerte. No quiero estar sin la luz que me ha dado él, desde que lo conocí.
La ambulancia se detiene, las puertas traseras se abren rápidamente. Hemos llegado. Bajan deprisa el cuerpo de mi amigo y un paramédicos me extiende la mano para ayudarme a bajar. Yo la tomo. Siento su piel rodando la mía, lo más raro es que no aparto mi mano de la suya. Nuestras manos hacen contacto. No veo nada.

Estoy sentado en la sala de espera. Hace unas horas que Nick está en el quirófano. El olor a medicinas inunda mis pulmones, eso me da náuseas. Es la primera vez que estoy en un hospital en carne propia. Ya he estado aquí, en la muerte de Dylan y de Zara, (compañeros de escuela) odio los hospitales desde entonces.
-Me han mencionado de lo que ha pasado con su amigo. Es una herida de vidrio, parece que alguien lo ha golpeado ¿tiene alguna idea de quien haya sido?-me dice un policía despejandome de mis pensamientos niego con la cabeza sin voltearlo a ver.
-¿Podrías darnos su descripción?
-Estoy muy destrozado, ahora no.
-Mira muchacho-me toma del hombro y alzo la vista para verlo, es muy alto y corpulento, piel morena y ojos miel.- sé como te sientes, yo también he perdido amigos, pero entiende este es mi trabajo, quiero ayudarte, ayudar a tu amigo, que se haga justicia.
Por alguna extraña razón no quiero que la atrapen, no quiero que esté tras las rejas. No la conozco, estoy seguro que jamás la he visto, pero sus ojos me decían otra cosa: ella no es así.
-Es un chico, ojos marrones, como de mi estatura y llevaba un pasamontañas. Es lo único que puedo decir.- Me levanto del sofá y camino hacia un teléfono público, mi celular lo había dejado en el auto.
Si, había mentido con una descripción cualquiera, pero para culpar a la chica, debía tener un motivo más que "golpeo a mi amigo" y lo debía de averiguar.
Marcó el número de papá, hoy es el día en el que me toca visitarlo. A los 3 tonos contesta.
-¡Hijo! ¿Qué tal? Me alegra que hayas llamado, he preparado pizza, tu preferida.-me dice mi papá emocionado.
-Ah papá, Nick está en el hospital, tengo que estar con él. No quiero dejarlo sólo.-le digo serio.
-Oh.-casi puedo ver como se borra su sonrisa.-bien, no te preocupes, espero que tu amigo se recupere. ¿Que le ha pasado?
La imagen de la sangre recorriendo por su cuello, me inunda la mente. La manera en que dejo caer su cuerpo rendido. El pánico se apodera de mi. Dejo caer la bocina al suelo y enseguida yo me dejo caer. Cubro mis ojos con mis manos desnudas, para que nadie me vea llorar.
Me siento fatal.
Después de unos minutos veo al doctor que operaba a Nick junto con su madre y lo que parece ser, su esposo.
Dejo atrás mis lágrimas, me levanto del suelo y voy casi corriendo hacia ellos para escuchar las noticias de mi amigo.
El doctor abre la boca para hablar, entrecorta un pequeño grito.
-Hemos hecho todo lo que pudimos hacer, su hijo ha.....-extiende la palabra..

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Tratare de ponerle más PONCH Mariaglez15 😌

Edmond MaxonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora