Alguien como yo

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Conseguí un trabajo en una revista, yo soy el que toma las fotos, lo mejor de todo es que puedo tomarle fotos a las personas, me encanta hacerlo, a través de las fotos siento como si las conociera de años, se muy bien como es su vida a la primera foto, una relación rota, pariente enfermo, una persona enamorada, etc.
Salgo del edificio de la revista Dilo y voy a un parque, es muy concurrido, por lo cual puedo tomar demasiadas fotos de diferentes sentimientos. Eso debería ser delito, tomar fotos a personas desconocidas, aún que creo que si lo es, mientras no me pillen, estoy bien. Observo con mi lente de la cámara. Una pareja, dos parejas, 5 parejas.... Creo que me iré a otro lado, aún no es día de San Valentín, en este momento no quiero tomar fotos a las parejas, ya que quizá para San Valentín, ya tengan otra pareja, otro compañero de vida. Pero así son las cosas, los noviazgos nunca duran para siempre, por más que piensen que se aman, ninguno de los dos, saben que se encontraran a otra persona. Es como tus zapatos, los amas tanto, que por ponertelos diario, se desgastan, y aún que los ames, debes dejarlos y comprarte otros. Es difícil, pero después de un tiempo se te olvida que los tenías.
No he tenido ningún amor, pero no necesito uno para saber la amarga realidad.
En los matrimonios largos, no están juntos por que se aman, ya que se dejaron de amar hace algunos años, entonces ¿Por qué siguen juntos? Por el simple hecho de que juntos, crearon un amor infinito e incondicional: un hijo.

Por fin encuentro algo que atrae mi atención. Una discusión.
-¿Sabes que? Te detesto, es patético lo que haces, eres tan cursi. Sabes que lo odio.
-Pero...

No quería entrometerme, ni seguir viendo esa discusión absurda. ¿Eso era de lo que me perdía? Aún no he conocido a alguna chica, pero espero que no sean todas así.

Rento un departamento en Gronwich, no es un lugar donde haya muchas personas, y eso es lo que me agrada del lugar. Vivo sólo. Aún que aveces voy a visitar a mi padre. Mi madre se quedó en casa de mi abuela desde que falleció. La extraño. Ella estaba enferma de cáncer en los pulmones, ya era un hecho su muerte. No vi su muerte, y me alegro por eso, era algo que no hubiera querido ver.
Estuve vagando unas horas en mi computadora, mi vida era realmente aburrida, que se podía esperar no tengo amigos. Un anuncio se apareció mientras buscaba juegos online.
"¿Siente que es especial? Venga a nuestro club, platicaremos experiencias y ayudaremos a aprender a usar sus dones, con un costo barato" en seguida están los datos escritos. No me parece mala idea, no tengo nada que perder más que un par de dólares, seguramente. Sólo iría para saber si no soy el único. Espero que no lo sea.

-Me llamo Nick Jonhson, bueno yo... tengo un caso distinto a todo ustedes-eso llama mi atención.-escucho susurros, que al parecer son pensamientos, ahora los puedo controlar, pero antes era un martirio, pero ahora puedo saber lo que otros piensan y eso me agrada. No como sus estúpidos "dones" que sólo son Déjà Vu.
-Te podrías calmar.-dice el director del grupo.
-Se que es cierto, pero de todos modos con la falta de ayuda, me pagarán..-Dice Nick imitando su voz. ¿Le está leyendo la mente?
-Te voy a pedir que te retires.- se levanta y les pide una disculpa a las demás personas.
Yo pienso lo mismo que Nick, es la primera vez que voy a un centro de apoyo (o como le llaman: club) para personas "especiales", pensé que tal vez con esto podría dejar de temerle a las personas, pero ya vi que es una estafa, son sólo Déjà Vu, al parecer sólo Nick y yo, somos los únicos que tenemos esta... Maldición. Quiero hablar con él, es por eso que lo seguiré. Ahora que tengo mis guantes puedo estar con él, sin saber nada de su muerte.
-¡Oye!- le digo y el sé para.
-También tengo un don, no como el tuyo, el tuyo me fascina, en cambio el mío es una peste.-lee mi mente.
-Podrías haber dejado que yo lo dijera, ahora ya no pensaré hasta decirte.
-Déjame decirte mi amigo, que primero se piensa y después se habla.-Ríe
-Ok entonces... yo veo la muerte.
-¿sería mucho pedir que me tocarás sin tus apestosos guantes para que me digas como moriré?
-Es mi mayor fobia, y lo sabes.
-Hasta hace unos segundos me enteré. Ok dejaré de meterme en tus pensamientos, así ya nada es sorpresa. Anda tócame... Para saber si es verdad lo de tu don, no como los otros creen que un Déjà vu es un don.
-Sólo quería saber que no era el único, y quería conocer a alguien como... tú,-señalo su cuerpo con mis palmas.- sólo eso, y bueno, ya vi que si tienes un don, ya me voy.-Doy la vuelta dispuesto a irme.
-Se que quieres un amigo, que... sea igual que tú,-lee mi mente-No, no estoy escuchando el susurro de tus pensamientos, es simple saberlo, yo también siento lo mismo: te sientes sólo en la vida, aún que tengas la libertad de hablar con las personas y tener amigos, siempre te sentirás sólo. Es lo que siento, no dudo que tu también lo sientas.
-¿Amigos?.-le pregunto.
-Eso no se pregunta, pero me encantaría ir a tomar unas cervezas. Dios, eso suena como una cita, sabes que.. olvídalo hermano..-Río- pero hace mucho que no vivo.
-¿Qué quieres decir?.- ¿Ahora veo muertos? Lo que faltaba.
-No, no estoy muerto... Quiero decir, que hace mucho que no hago algo que tenga ganas de hacer. Ya sabes... ir con una prostituta, por ejemplo.-¿Habla enserio? Él da asco.- Pero eso después de un tiempo aburre, Tengo alguna idea para vivir, pero necesito ayuda. Te aseguro que te sentirás más vivo que nunca.
-¿Y como por qué me estas invitando a "vivir"?-hago comillas con mis manos.
-Dios.-tuerce los ojos.- te ves más muerto que vivo. Por cierto, te ves ridículo con esos guantes. ¿No podrías quitártelos?
-No quisiera saber como mueres.
-Yo si.-sonríe de un modo oscuro y divertido.
Es la primera persona que conozco, que quiere saber como será su muerte. Para ser sincero es la primera persona a la que conozco, que no sea mi familia.

Edmond MaxonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora