El cielo está completamente despejado y el gran árbol de cerezo de la entrada de Hanamizaka, deja que sus ramas se mesan al son del viento. Un joven de contextura delgada con un kimono solo puesto de un lado, concentra su vista en el gran árbol para admirar su magnificencia. Los pétalos de cerezo caen dulcemente bajo sus pies.
—Justo como las flores caen para volver a la tierra, el hijo pródigo retorna a su morada...eh.
El viento sopla con más fuerza revolviendo los cabellos sueltos del joven quien con una bonita pero pequeña sonrisa solo se deleita con la sensación. Inclina su cabeza en una reverencia al gran árbol para luego continuar hablando.
—He vuelto a nuestra ciudad, padre, abuelo.
La copa del cerezo permanece solemne ante los rayos del sol. El joven samurai levanta la mirada y se encamina otra vez hacia las escalinatas que conducen al centro de la ciudad. De un momento a otro saca una especie de carta de la abertura de su kimono, repasando su contenido en un voz alta, pero sólo lo suficiente como para que él mismo pueda escucharse.
—Casa de té Komore, medio día...
Alza su mirada hacia el cielo buscando el sol, levantando un poco el gran sombrero que lleva en su cabeza para protegerse del mismo.
«Supongo que ya va a siendo hora...»
Posando su vista al frente otra vez, se adentra en las abarrotadas escaleras de la entrada principal. Los guardias hacen sus patrullas normalmente y la gente parece concentrada en sus propias cosas. El chico oye un pequeño grito de emoción gracias a sus agudos oídos, y ve cómo dos jóvenes rubios casi de su misma edad, se saludan con un breve abrazo entusiasta cerca de la tienda de fuegos pirotécnicos. Él solo sonríe levemente y sigue su camino.
—¡Oh! ¡Mira quien ha regresado de su viaje! ¡KAZUHAAAA!
Kazuha centra su mirada al lugar donde proviene la voz que lo nombra, y se detiene en un joven de delgada contextura y sonrisa efusiva. Su cabello es de un color rojizo oscuro con un singular mechón marrón sobresaliendo por un costado, viste las típicas prendas de un detective de la época, solo que sin el haori, el cual está atado descuidadamente a su cintura.
—Es bueno volverlo a ver otra vez, detective Heizou. —Dice Kazuha con amabilidad mientras se acerca a la agencia de detectives que es donde Heizou lo está saludando.
—Hey, vamos amigo, deja las formalidades. Pensé que ya estábamos en confianza.
Heizou le ofrece unos cinco con su mano derecha como saludo cuando Kazuha ya está lo suficiente cerca, y este último solo choca su mano de manera muy breve, poniendo una sonrisa algo incómoda y cerrando sus ojos.
—Discúlpame, aún no estoy muy acostumbrado...
—Está bien, hombre —Heizou le resta importancia con una sonrisa—. No te preocupes. Y bueno, ¿cómo te ha tratado la vida de viajero? Yo la he pasado terrible por aquí...
El detective le habla a Kazuha con bastante cercanía enfatizando muy bien cada una de sus emociones.
—¿Sucedió algo malo?
Heizou hace una imitación de un puchero triste para luego empezar a manifestar sus quejas.
—Sango me ha echado de aquí —explica—. Así que estoy recogiendo mis cosas para mover mis huesos hacia mi nuevo lugar de trabajo.
El joven detective hace un par de movimientos dramáticos con sus manos en lo que cuenta su desafortunada anécdota. Kazuha solo lo escucha en silencio manteniendo una expresión neutral.
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The Tales of Kitain [ Tomokazu / Tomo×Kazuha]
Fiction HistoriqueLa mayoría de leyendas transmitidas por la tradición oral son difícilmente rescatables en la actualidad. Hace mucho existía una canción infantil muy popular en las tierras de Inazuma: "Arataki de la puerta principal, Iwakura, el Sucesor, Takamine, C...