—Por fin lo he encontrado, joven Kitain...
Kazuha está bastante agitado, sin duda había corrido un buen tramo hasta el lugar donde ahora se encontraba el caza demonios.
—Kaedehara… ¿Qué haces aquí? —parpadea, incrédulo—. Y por favor, no empieces a llamarme así tu también...—agrega Tomo en un susurro, casi sin ánimos o molestia, pero con una expresión ensombrecida extrañamente graciosa.
—Lo siento, se me pegó. —se disculpa por lo bajo el ronin agachando la cabeza.
Volviendo a poner una postura seria, el chico enseguida recuerda el por qué lo estaba buscando.
—La gente de la aldea le ha estado buscando toda la mañana, estaban preocupados, así que...
Kazuha interrumpe su discurso al darse cuenta del estado en el que se encuentra el muchacho y la severa herida en su extremidad descubierta. La pérdida de sangre lo había puesto demasiado pálido, además de tener unas cuantas magulladuras más en el rostro. El samurái nota algo adicional con su gran percepción, aquella presencia a la que los lugareños habían nombrado "tatarigami", ahora se sentía mucho más fuerte en Tomo.
—Tu brazo...
—Ah... —el rubio intenta tapar su herida con la mano derecha para evitar que Kazuha siguiera viendo su estado lamentable y con una pequeña risa forzada sigue hablando—, no es nada, solo fue un descuido... Creo que será mejor que te vayas...
—¿Qué dices? —el samurái está claramente confundido por la sugerencia. Tomo por su parte desvía la mirada para evitar sus ojos—. Estás sangrando, no puedo dejarte...—Kazuha se da cuenta de lo alterado que ha sonado e intenta recuperar su compostura, a la vez que trata de acercarse más al muchacho para examinar la herida—. No puedo dejarlo en este estado. Déjeme ayuda...
—¡Qué no te me acerques!
La firme voz de Tomo golpea a Kazuha como un brutal trueno, haciendo que se detenga de golpe. No tenía mucho tiempo de conocerlo, pero nunca antes había dejado de hablarle de forma amable y suave, así que ahora su tono lo había tomado por sorpresa.
Tomo se da cuenta de que ha sonado muy abrupto y enseguida su mirada dura, cambia a una de arrepentimiento. Sin embargo al no encontrar palabras para disculparse, se queda en silencio desviando su vista de nuevo para ocultarla bajo sus mechones rubios. Cuando ve que el silencio no acaba, vuelve a abrir la boca sin cambiar su postura.
—Estoy contaminado… No es buena idea que me toques...
«Lo siento. Por favor, tienes que irte, no quiero que te hagas daño» Eso es lo que en verdad quería decir, pero el joven Tomo estaba tan cansado que solo lograba pensar en cómo podría haberlo dicho mejor.
No obstante, el sonido de una tela rompiéndose llama su atención, haciendo que levante la mirada otra vez hacia Kazuha, quien estaba ocupado rasgando el costado izquierdo de su pantalón corto.
—¿Pero qué estás…? ¡Ack!—El más alto intenta detenerlo pero su herida lo martiriza de nuevo impidiendo que se mueva ni por un centímetro. Vuelve a sostener la parte lastimada con su mano derecha presionado fuerte por la molestia.
—No se mueva.
Kazuha se inclina hacia Tomo sin dirigirle la mirada, solo está concentrado en el corte. Con mucho cuidado pero a la vez firmeza, aparta la mano del rubio y usa la tela rasgada de su hakama para vendar la herida, tratando de no tocar el área infectada. Ejerce suficiente presión para detener la sutil hemorragia que aún persistía, lo que causa que el cazademonios tenga que reprimir un grito.
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The Tales of Kitain [ Tomokazu / Tomo×Kazuha]
Narrativa StoricaLa mayoría de leyendas transmitidas por la tradición oral son difícilmente rescatables en la actualidad. Hace mucho existía una canción infantil muy popular en las tierras de Inazuma: "Arataki de la puerta principal, Iwakura, el Sucesor, Takamine, C...