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—No me gusta ir en coche. —Se quejó Atsumu.

—Y a mí no me gusta ir contigo.

—No seas malo, Kiyoomi.

—No me llames así.

—Entonces... ¿Puedo llamarte Kiyo?

Sakusa suspiro y no respondió. Ya habían salido del hotel y ahora se dirigían al lugar donde detuvieron a Atsumu.

—Sabes, Kiyo es un nombre horrible, no te llamaré así.

—Gracias.

—¡Te llamaré Omi! ¿Es mucho mejor verdad? —Dijo Atsumu emocionado, mientras que por otro lado Kiyoomi tenía ganas de llorar. El Miya mayor era insufrible.

—Tengo una idea mejor.

—¿Cuál es Omi?

—Que no me llames. Así no tendrás que usar ningún nombre.

—Eres aburrido y cruel.

Kiyoomi prefirió no responder, con personas como Atsumu para acabar un tema de conversación es mejor simplemente ignorarlos.

El camino estaba relativamente cerca por lo que no tardaron mucho en llegar.

—¿Tengo que ponerme cosas?

—¿Qué cosas? —Preguntó confundido.

—Gafas, mascarilla... Cosas para que no me reconozcan.

—No, solo estará la policía, allí todos saben que estas fuera.

Una vez salieron del coche Kiyoomi se acercó bastante a Atsumu, el cual se sorprendió por aquél acto, cuando en realidad Sakusa solo quería que pareciera que podía cuidar bien de Atsumu y que no se escaparía o haría algo extraño.

—¡Suna! —Llamó Kiyoomi.

Suna se volteó viendolos a ambos. Primero a Sakusa y luego a Atsumu.

—Hola, Sakusa. ¿Habéis conseguido averiguar algo?

—No, a eso veníamos. ¿Que es lo que ocurrió?

—No se sabe realmente, no hay nada extraño y según lo que dijiste Atsumu no dejó nada.

—¿Sabéis que estoy aquí, no? —Dijo Atsumu.

—Claro que lo sé. —Respondió Suna con una sonrisa.

Atsumu devolvió la sonrisa.

Sakusa miraba sin comprender, no entendía porque pero sentía que esas sonrisas no eran buenas.

—Sakusa, cuida de él. Bastante mal lo va a pasar en la cárcel como para que lo pase mal ahora también.

—Oh, que amable. —Dijo Atsumu otra vez con esa sonrisa.

Ahora el rostro de Sakusa no estaba confundido estaba serio.

—Atsumu, ¿Podrías quedarte allí en la esquina a la vista un poco, porfavor? —Preguntó Sakusa.

Miya asintió y se fue para dejar más privacidad a Sakusa y Suna los cuales estuvieron hablando unos minutos juntos.

—¿A dónde iremos ahora? —Preguntó Atsumu felizmente.

—¿Porqué esa sonrisa?

—¿Porque estoy feliz?

—No. No hablo de la de ahora, hablo de antes.

Atsumu le miró confundido.

—Eres raro Omi, no me hablas nunca y cuando me hablas es para hacer preguntas sobre mis sonrisas. —Respondió con un tono irónico.

Plot twist Donde viven las historias. Descúbrelo ahora