Dark Place꒰𖤐꒱Kookmin 𓍱𓍱 Corrigiendo♡

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La ropa estorbaba. Y Jungkook parecía odiarla por la manera en que la sacaba de su cuerpo y la lanzaba hacia cualquier lado de la habitación.

Jimin no podía ni reírse de ello. De que pareciera un adolescente hormonal desesperado por, literalmente, meter su polla dentro de él. Aunque bueno, en esas andaban.

Solo que lo de adolescente hormonal sobraba entre ellos dos.

Arrastró sus bóxers hasta debajo de sus rodillas y se frustró intentando arrancarlos cuando se enrollaron en el lugar.

Jungkook gruñó bajo y soltó una retahíla de palabrotas antes de halar la tela hasta romperla. Los ojos del rubio se abrieron impactados.

—Jung... Kook —murmuró en un susurro, su voz se perdió cuando su boca descendió sobre su cuerpo y lamió la cabeza de su miembro como un gatito.

Un gatito muy grande.

Jimin apretó sus manos sobre las sábanas, enterrando sus dedos en ellas al sentirlo bajar lo toda la extensión, probándolo, llenándolo de su saliva y logrando que se pusiera tan duro que le dolía demasiado.

—Kookie~, deten...

Su lengua bordeó con fuerza la parte superior y se apretó contra su glande. Jimin se retorció y elevó su cuerpo. El pelinegro lo sujetó por las caderas y lo mantuvo en la cama.

—Quieto nene. —Su voz se escuchó tan ronca, y su aliento chocó contra la piel sensible de sus muslos al hablar. Jimin jadeó.

Jungkook separó sus piernas y lamió lentamente el interior de sus muslos, pasando a dejar pequeñas mordidas y a raspar con sus dientes.

Dejó que sus manos exploraran su intimidad, jugando con sus testículos para delinear con un dedo la raja de su culo y juguetear con su entrada.

—Dijiste que me extrañaste. Voy a comprobar si eso es verdad.

En un instante, Jimin estaba con su pecho aplastado contra su cama y su trasero elevado en el aire. Jadeó por la intensidad con la que Jungkook lo volteó y lo puso sobre sus manos y rodillas.

Lo iba a volver loco.

Él tomó una almohada y la colocó debajo de sus piernas para mantener su trasero en pompa. El calor subió desde su cuello hasta sus orejas, Jimin sintió sus mejillas calentarse por la posición en que estaba.

No habían luces apagadas, ni sábanas entre ellos. Jungkook estaba observando todo de él.

Sintió su cuerpo amoldarse sobre el suyo y su miembro chocar con sus muslos cuando lo hizo. Esperaba a que él entrara en su interior, pero Jungkook giró cabeza y bajó para besar y mordisquear su cuello.

Jungkook se apoyó en un brazo para no aplastarlo y continuó descendiendo en una cadena de besos, lamidas y chupetones por toda su espalda.

Besó sus costillas y los huesos de sus caderas. Eso le causó cosquillas. Luego delineó sus caderas y la curva sobre su culo. Jimin se estremeció cuando sintió como mordía sus nalgas y bajaba, despacio, hasta separar sus glúteos y rozar con su húmedo músculo su agujero.

—¡Jungkook!. —Chilló. Intentando apartarlo. —¡No hagas eso!. ¡Dios!.

Él dejó lo que estaba haciendo y se quedó quieto. Jimin no podía ver la expresión en su rostro. Tampoco la ira que envolvía sus ojos por esa mención.

Jimin no era consciente de nada, y sabía que era un dicho mundano. Sin embargo las palabras no le causaron una buena sensación.

Se acercó a su oído. —No repitas eso. Nunca más Jimin. —El rubio asintió. Sin tener idea del porqué del enfado que escuchó en su voz. —Buen chico. Ahora relajate para mí.