Capítulo 2.

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Capítulo 2

Annie:

Cuando entramos a la casa de Esteban me asombré, su casa era preciosa, la sala era amplia, con paredes de color beige y decoradas con diferentes fotos suyas y de su familia, me pregunto cuanto tiempo tiene de haberse mudado nuevamente, no había rastro de que estuviera desempacando, en el centro de la sala hay una alfombra y alrededor de esta, dos sillones de cuero negro con cojines beige.

Era perfecto para un chico que vivía solo, la única pregunta que rondaba por mi cabeza era ¿Cómo hacía para mantenerse? Se me ocurrió la idea de que tal vez sus padres lo ayudaban, a lo mejor era eso, dudo mucho que Esteban trabaje.

-Oye Annie ¿vas a jugar o te vas a quedar viendo a la nada?- Dijo Alex llamando mi atención y sacándome de mis pensamientos.

-Claro, lo siento.- Me disculpé.

-¿Jugamos Fifa 15, Call Of Duty o Battlesfields 4?

- Call Of Duty.- Dijimos Alex y yo al mismo tiempo.

-Listo - Dijo Esteban una vez que puso el juego. - ¿Jugamos en equipo o online?- Preguntó.

-Online.- Dijo Alex.

-Tomen sus controles y empecemos.- Dijo Esteban.

Nos sentamos alrededor de la pantalla plana y comenzamos la partida, me encontraba escondida en uno de los tantos edificios destruidos del juego y comencé a disparar.

-ANNIE SAL DE AHÍ, TE ENCONTRARÁN.- Gritó Esteban.

-Está bien, relájate.- Dije intentando de calmar a Esteban.

-Annie baja las escaleras, sal del edificio y escóndete detrás del camión.- Ordenó Alex.

-Espera, ya voy.

Pasamos unas 2 horas jugando Call Of Duty hasta que nos cansamos y decidimos tomar algo. De repente, el celular de Alex comenzó a sonar y él, de mala gana, contestó.

-¿Hola? ¿Quién habla?- Preguntó Alex a la persona que estaba al otro lado de la línea.

-Si, claro, lo había olvidado, voy para allá.- Dijo Alex y colgó.

-Debo irme, no importa si los dejo solos ¿cierto?- Preguntó de forma inocente.

-No tranquilo, bueno por mí no hay problema, no sé si a Annie La Gruñona le gustaría quedarse conmigo.- Dijo Esteban en un intento fallido de hacerme enojar con mi viejo apodo de "Annie La Gruñona".

-Yo tampoco tengo problema.-Dije estando de acuerdo con Esteban.

-Bien, pues, adiós.- Se despidió Alex mientras salía por la puerta.

«Ni modo que salga por la pared Annie»

Ay pero que amargada.

«Ya cállate y escucha a Esteban que te está hablando, idiota»

-... O algo así ¿Qué opinas?- Preguntó Esteban, pero no comprendí ni la mitad de lo que dijo por andar perdida en mis pensamientos.

-Espera ¿Qué dijiste?

-Por Dios Annie, vives en las nubes -rió- te estaba diciendo que tal vez podríamos ir por unos helados al parque que esta por aquí cerca.

-Oh, claro ¿Por qué no?

-Pues vamos.

Fuimos al parque caminando por petición mía, pero al pasar por la casa de Agatha sentí que la traicionaba, no sé cómo pero sentía que lo hacía.

Cuando llegamos al puesto de helados el chico que estaba atendiendo -muy guapo, por cierto nos preguntó a Esteban y a mi qué sabor queríamos a lo que respondimos "chocolate y fresa" al mismo tiempo.

Ahora estamos sentados en la grama del parque mientras hablamos de todo y de nada.

-Y cuéntame Annie ¿Y tu novio?- Preguntó Esteban.

-Como si tuviera uno.- Dije de mala gana, odiaba hablar de eso, me recordaba cosas que prefiero dejar atrás.

-Hey, no te pongas así, pronto llegará el indicado.- Dijo Esteban con total tranquilidad.

-Eso lo dices por que no fue a ti a quien le rompieron el corazón.- Murmure.

-Annie, ¿Qué pasó durante el tiempo que no estuve?

-Pues, Agatha comenzó a alejarse, se refugiaba en sus libros, intentando escapar a otro mundo aún cuando sabía que eso era imposible, pasaba sus días sola en su casa cuidando a su hermana, no quería que ningún chico se le acercara, y en el caso que eso pasara, los ahuyentaba, ella te extrañaba, nunca la vi así por un chico, en serio le gustabas.

-Necesito que sepas que yo no quería irme, mis padres me obligaron, en serio, ella también me gustaba, y mucho, estoy seguro de que eso lo sabes...

-Si, pero ya la olvidaste.- Lo interrumpí.

-Que me atraiga otra chica no quiere decir que ya dejé atrás a Agatha, aún la quiero.

- Pero no creo que tanto como ella aún te quiere a ti - Dije a lo que el quedo sorprendido de haber escuchado eso, creo que no se lo imaginaba.

- ¿Me quiere a pesar de todo lo que pasó? - Pregunto - que idiota es, ¿acaso no se dio cuenta de como se puso como lo vio cuando llego a mi casa? - pensé en voz alta -

- ¿Cómo? - Me pregunto algo confuso -

« Que estúpida eres Annie »

- Nada, olvida lo que dije. Mejor caminemos ya me duele el trasero - Le dije a lo que el rió, tiene una sonrisa muy linda... nunca lo había visto sonreír .

Mientras íbamos caminando en silencio, me di cuenta de que lo único que se escuchaba eran los pajaritos del parque, me dediqué a disfrutar aquellas melodías durante el camino.  Estabamos aproximadamente a una cuadra para llegar a casa de Esteban, vi a  Agatha sentada debajo de un árbol con un chico, delgado y cabello castaño. Me pareció extraño ver a Agatha con un hombre, después de lo que pasó con Esteban dijo que no volvería a estar con un chico. Por un momento se me había olvidado que estaba con el susodicho.

- Hay Annie ¿Qué pasó? - Me preguntó.

- Caminemos rápido, allá esta Agatha. No quiero que me vea contigo, se sentirá muy mal - Le dije.

Llegamos a casa de Esteban y estaba Alex estaba sentado en el jardín con Rally, su perro.

- Alex pensé que ibas a llegar mas tarde - le dije riendo porque me imaginaba cuanto tiempo estaría ahí.

- No, sólo fui a buscar un trabajo en casa de Sebastian - Me dijo molesto, Sebastian es su amigo de la infancia.

Entramos a casa de Esteban y empezamos a jugar otra vez videojuegos.

-¿Qué hora es? - Pregunté. 

- 9:50pm - dijo Esteban -

- ALEX MUÉVETE NOS VAMOS, ES TARDE - le grité a Alex, quien estaba dormido ya que su control se había descargado.

- Tranquila, yo los llevo. - dijo Esteban.

Llegamos a casa y cuando me iba a acostar para descansar recibí un mensaje de Agatha.

- Hola Annie, mañana me voy con Melanie, no te preocupes en pasarme buscando, te puedes ir tranquilamente con Esteban. -

- ¿Qué? ¿Con Esteban? - Respondí.

- Si, ¿acaso crees que no te vi con él a una cuadra de mi casa? - Me dijo y me la imaginé, la conocía tanto que estoy segura de que estaba molesta, muy molesta.

Todo Cambió.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora