Tony Stark.

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Corazones

R

esumen: no hay.
Advertencia: no hay.

—¡Ah! Y por cierto, Pepper —dijo Tony, causando que Potts dejará de caminar para voltear a verlo— ¿El avión de _____ ya despegó?

Pepper sintió una tristeza con solo oír tu nombre y miró la tablet que tenía en mano.

—Si. —respondió, con un tono raro que hizo a Tony fruncir el ceño.— despegó hace... Una hora.

—¿Por qué no me avisaste? —preguntó Tony algo frustrado.

—Lo olvide. —se excusó Pepper— No quería molestarte.

—Te había dicho que me dijeras cuando despegaba el avión de ____, no importaba si estaba ocupado o no. —el tono de voz de Tony era uno enojado.

Pepper se quedó callada y con rapidez salió del taller. Ya eran las 11:30 AM. Happy ya te había ido a recoger en la limusina para llevarte a la mansión dónde vivías con Tony.

—¿Y que tal todo en París? —preguntó Happy.

—Todo genial, ya sabes, pero el trabajo estuvo bastante cansado.—respondiste, soltando un suspiro y apoyando tu cabeza en el asiento.

—No sé porque te estresas con él trabajo si eres tu propia jefa.

—Por eso mismo, Happy, ser tu propia jefa tiene sus ventajas y desventajas.

—Pero más ventajas que desventajas.

Y así empezó un debate hasta que llegaron a la mansión.

—Dile a tu prometida que tengo razón en que ser tu propio jefe es como ganar un premio Nobel. ¡NO! Mejor que eso. —le dijo Happy a Tony cuando fue a dejar tus maletas en la gran sala de estar.

—¿Otra vez?—dijo Tony antes de caminar hacia ti.—Por fin llegas, preciosa. Te extrañe demasiado. Dios, tengo tantas cosas que mostrarte en el taller. —sonaba emocionado.

—Anthony Stark, espero que no te hayas estado desvelando por estar en ese taller. —reclamaste.

—Cielo... ¿De verdad es lo primero que dices después de tanto tiempo sin ver a tu genial, fabuloso y perfecto futuro esposo?

Tomo tu cintura acercándote a él, haciendo que pusieras tus manos en su nuca, entrelazando tus dedos entre si.

—Te extrañe. —dijiste mirándolo a los ojos.

—Yo igual.

Pepper los miraba con su típico traje elegante y su tablet en mano. ¿Por qué ella no podía estar así... Con Tony? Ella llevaba más años en su vida que tú, tu eras una mocosa (eso pensaba ella).

Una mocosa asquerosamente rica con una gran influencia en la sociedad, unos padres que te amaban, amigos que por nada del mundo te traicionarían y además eras la prometida de Tony Stark. La futura señora Stark.

Tenías una vida perfecta comparada con la de ella, quien solo era la asistente fiel de Tony Stark, nada más que eso. Desde hace años estaba enamorada de Tony, había tratado de todas las maneras posibles de enamorarlo. Comprando vestidos hermosos, tratando de comportarse como las chicas que le coqueteaban en los eventos pero nada funcionó y aunque todavía no perdía la esperanza.

La perdió cuando llegaste tu. La hija de un hombre rico que ahora era socio de Tony y que también (con el tiempo) le dió un cariño paternal impresionante y una mujer tan amable y maravillosa que de inmediato le dió a Tony (al igual que su esposo) el cariño de una madre. Y tú, que eras un ángel, una belleza, una mujer perfecta para él, que lo hizo dejar de ser un Casanova y que lo hizo amar verdadera y sinceramente a una mujer.

Tony te abrazó tiernamente, y dejo un beso en tu cabello al separarse para luego tomar tus mejillas sonriendo.

—¿Te había dicho que te amo? —preguntó. Pepper sintió un peso en su pecho y mordió su labio con fuerza, tratando de no explotar.

—Mmmm, no. —bromeaste mirando a otro lado y sonriendo.

—Pues, la amo, señora Stark —dijo en voz susurrante. Eso sonaba muy bien.

—Yo también lo amor, señor Stark.

Y después de tanto tiempo, sintieron los labios del otro. Tony sintió el sabor a cereza de tu labial y eso lo hizo derretirse una vez más. Cuando se separaron lentamente después de que sus pulmones pidieran oxígeno, se miraron a los ojos tiernamente y sintieron la garganta de Pepper carraspeando.

—Lamento interrumpir el hermoso momento pero el señor Nick Fury acaba de llamar diciendo que lo llame, señor Stark. Necesita hablar con usted de un asunto importante.—dijo pero no apartó su mirada de ti.

—Ah, si, dile que después lo llamo. —respondió Tony con desinterés.

—Tony.—dijiste en tono de reproche, tratando de ignorar la intensa mirada de la asistente.

—Ok, pero después me tienes que recompensar el tiempo perdido y yo tengo una gran bienvenida pendiente. ¿Estamos? —dijo, sonriente y con su tono coqueto. Rodaste los ojos, sabiendo que tus mejillas se podrían rojas, más que todo porque estaban acompañados.

—Si, Tony —respondiste.

Pepper se esforzó, en serio lo hizo pero no pudo evitar la mueca de tristeza y sus ojos llorosos.

Tony te dió un beso rápido pero fue suficiente para que Pepper soltará una lágrima, que limpió con rapidez para que no se notará.

—Bien. Vamos, señorita Potts, vemos que quiere el señor Furia.

Soltaste una risa por el apodo y Tony apenas la escuchó, sonrió. Cuando los dos desaparecieron de la sala, subiste las escaleras para llegar a la habitación que tenías con Tony para acomodarte y a esperarlo. Pepper miraba sus zapatos, escuchando a Tony.

—Todavía no puedo creer que me casaré, de verdad, es algo impresionante, esa mujer me tiene loco, la manera en que...—Tony dejó de hablar al ver a Pepper triste. —Ay, no, ¿Que paso, Pepp?

—Nada, Tony. —respondió cortante.

—¿Cómo que nada? Dime qué pasa.

—Nada.

Tony dejó de caminar y Pepper hizo lo mismo.

—Ya dime. —insistió el millonario. Tenía que decirlo, ya no aguantaba más. Espera... ¿Y si se lo decía y Tony respondía con que sentía lo mismo, que nunca te amó, que solo estaba contigo para olvidarla porque sentía que ese amor no era correspondido?

—Te amo. —soltó, impresionando a Tony—. No puedo soportar verte con ella, siempre hablando de ella, verte besándola y amarla, diciéndole todo lo que le dices, y yo, deseando ser ella para estar contigo, para poder sentir tu amor.— Levanto la mirada y vió a un Tony sorprendido, con la boca ligeramente abierta y la mirada perdida.

—Pepper...—la mujer lo miró esperanzada.— Eso no puede ser, mira, no quiero que nada sea incómodo, ni hacerte sentir mal pero... Te dejaré en claro que, amo a ______, con todo mi corazón, y me voy a casar con ella, Pepper, no puedo amarte como tú lo deseas porque yo ya amo a alguien más. Después de esto, hagamos como que nada de esto pasó, seguiremos siendo amigos, jefe y asistente, ¿si? Por favor.

La mirada de Pepper se apagó y sus lágrimas bajaron libremente por su rostro. Su corazón se rompió. Tony la miró con pena y siguió caminando. ¿Por qué le dijo si sabía la respuesta? Porque sólo siguió su corazón y se imaginó corazones invisibles que terminaron rotos...

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•ⓄⓃⒺ ⓈⒽⓄⓉⓈ• 𝕄𝕦𝕝𝕥𝕚𝕗𝕒𝕞𝕗𝕠𝕞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora