Capitulo 9 y 10 <<Orfanato CB & Doc. Kayle Campbell>>

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Una niña pelirroja salió del minisúper, afuera ya estaba anocheciendo.

Jaqueline comenzó a caminar despreocupadamente, aparentemente sin rumbo. Abrió la bolsa de papas fritas que tenía en su mano y las mastico ruidosamente. No le gustaron. Así que las tiro a un lado, en medio de la carretera. Después abrió su paleta, la cual sabía que le gustaría. y la metió dentro de su boca, enrojeciéndole los labios.

Toda su actitud, desde sus movimientos hasta su forma de tratar la comida y objetos denotaba una extraña arrogancia.

Un par de horas pasaron, ahora la noche había descendido completamente. Ella estaba enfrente de una "casa grande" que se ubicaba al lado de la carretera. Combinando el hecho de que ya era de noche, había una niña parada en medio de la carretera y que no había nada además del suelo desértico a los lados de aquella "casa grande" sería una escena suficiente para quitarle la respiración del susto a la mayoría.

En el cartel que se encontraba pegado en la cima de la casa, se podía leer: Orfanato Cambridge. Cuando Jaqueline lo leyó primero sonrió y luego rio silenciosamente.

Se acerco por uno de los lados de la casa, después se sentó sobre la tierra seca y recoso la espalda sobre la pared exterior de la casa. Estaba intentado dormir.

Dentro del orfanato, Jin, uno de los huérfanos, se despertó repentinamente. Estaba sudando.

Se levanto de su cama y camino hacia la puerta de la habitación donde se encontraba.

—E-Esto... —Jin se sorprendió. No podía controlar su cuerpo. Una fuerte sensación lo movía por dentro sin su consentimiento.

Salió de la habitación y comenzó a caminar silenciosamente por los pasillos, Jin estaba aterrorizado, no comprendía como se movía sin estrellarse con algo en la total oscuridad. Dio un par de vueltas más hasta llegar a la cocina; cuando llego se paró enfrente de las estufas y abrió cada uno de los quemadores que tenían. Eran 6 estufas. Un total de 36 quemadores. Después se paró ahí, en medio de la oscuridad sin hacer nada.

—Qué e-e-es esto... —Jin tenía ganas de llorar, no comprendía que estaba sucediendo. Pero sabia, por los regaños de las cuidadoras del orfanato, que no tenía que abrir las estufas cuando nadie cocinara, era muy peligroso.

Dos horas se esfumaron tranquilamente en medio de la noche.

Afuera de la habitación, Jaqueline abrió repentinamente los ojos, se levantó del suelo desértico y comenzó a abrir la boca, la abrió tanto que parecía que se le caería la mandíbula en cualquier momento.

Dentro del orfanato, Jin por fin pudo mover liberarse de la extraña fuerza que lo retenía.

—¡Tengo que avisarle a "mama"! —Jin pensó. Su "mama" era la directora del orfanato, una señora mayor que lo había tratado tan dulcemente como a sus verdaderos hijos, que también vivían en el orfanato con él.

Agitadamente, comenzó a correr torpemente entre los pasillos mientras gritaba:

—¡El gas! ¡El gas! —Varias personas se despertaron alarmadas por estos gritos, mientras notaban el hilillo de un olor extraño entre sus narices.

Afuera, Jaqueline cerro su boca. Tenía una mirada indiferente en sus ojos y, mientras se encontraba de espaldas el orfanato. Chasqueo los dedos.

—"B O O M".

La visión de Jin fue llenada completamente por una nube de fuego. Todo el orfanato. Su hogar desde que había nacido. Había caído en el infierno por algo que el había hecho.

~♦♢♦~

Jaqueline Rose fue encontrada en los escombros del orfanato Cambridge mientras recogía y comía los dientes de las víctimas del "Incidente del CB" en el cual más de la mitad de los niños que residían en el orfanato murieron quemados vivos o asfixiados. No sobrevivió ninguna persona del personal que trabajaba ahí.

Cuando Jaqueline fue encontrada, estaba muy sucia, repleta de hojas y tierra. Pero no se encontraron signos de que hubiera pasado hambre, pero si sed. Al punto que llego a ser extraño. Se encontraron signos extremos de sed en su cuerpo. Eran tan graves que la internaron antes devolverla a su familia.

Después de hacerle unos cuantos chequeos médicos se concluyó que era "un milagro entre milagros" que siguiera con vida. La sed en su cuerpo era tal que sus adentros estaban "desérticos".

Cuando se le intentaba dar agua, ella corría al baño y la vomitaba después un tiempo. En absolutamente todas las ocasiones.

Su familia la reconoció en el cuarto de hospital donde estaba internada y festejaron una fiesta por el "milagro" ahí mismo.

Dos días después, mientras dormía. Murió.

~♦♢♦~

—Bien... Ahora tenemos que apuntarlo. —Un hombre mayor estaba sentando con la espalda recta enfrente del cadáver de una niña pelirroja. A pesar de estar completamente solo aquel hombre mantenía un porte elegante, como si ya estuviera incrustado en su naturaleza. Lucias patillas grises que enmarcaban su pelo ceniciento y un buen cuerpo. Se volteo a un lado y sujeto un cuadernillo que estaba arriba de un cajón metálico, además saco una pluma del bolsillo en su pecho, la cual estaba adornada con exquisitos acabados dorados, lucia bastante cara. Con esta, comenzó a escribir:

<Autopsia de Jaqueline Rose>

Patólogo: Sir. Kayle Campbell

Estatura: 1.57

Peso: 49 kg

Edad: 11

Sexo: Femenino

Tipo de sangre: A

Después de anotar esto volteo su mirada nuevamente hacia el cadáver y dijo en voz baja:

—Se lo que eres, niña. Eh escuchados rumores sobre lo que hiciste. Eres igual que "ellos". —Hizo un énfasis extraño en la última palabra.

—Pero gracias a Dios, ahora ya estas muerta. Ya no podrás hacerle daño a nadie. —Sentencio, con un ligero tono de ira en su voz.

Cuando termino volvió a sujetar la pluma con grabados dorados y comenzó a escribir:

—Características distintivas: ninguna.

—Informe de la radiografió: todo su cuerpo interior esta reseco a puntos extremos. Sus niveles eran tan bajos que no debería ser posible que siguiera con vi-....

—"Shhhh"....

Mientras Sir Kayle escribía, noto un extraño olor.

—¿Que es este olor? —Pensó en eso mientras volteaba la cabeza a un lado y miraba el cadáver.

El cuerpo de la niña, sin ningún signo vitales con toda seguridad. Estaba emitiendo un gas rosado por su boca.

—¡¡Esto es...!!

~♦♢♦~

Sir Kayle Campbell murió un par de meses después. Sumido en la locura. Tuvo una muerte por las mismas razones médicas que Jaqueline Rose.

Después de una ardua investigación, y gracias a las entrevistas que nos brindó Sir Kayle cuando todavía estaba en las etapas iniciales de la enfermedad, hemos logrado llegar a una conclusión:

—A Los tipos "A" les gusta infectar a los demás humanos. Y Pueden hacerlo incluso después de la muerte. "

Los siguientes avances en nuestra investigación se están recopilando en el diario de investigación Primigenio. En donde se presentan, además, los nuevos avances en los otros tipos de la enfermedad.

<FIN DEL CASO DE JAQUELINE ROSE: PRIMERA TIPO A>.

La Niña de Blanco © (Versión con ortografía impecable)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora