La Niña de Blanco © (Versión con ortografía impecable)

Capitulo 21 y 22 <<EL MUNDO EXTERIOR>>

Varias horas habían pasado.

Un número de personas suficiente para amontonar varios montículos de cadáveres, fueron dejados tras los pasos de una pequeña niña con cabello platinado. A pesar de que su melena y vestimenta eran de color nieve, en este momento parecían ser más de un tono carmesí vibrante gracias a la sangre con la que estaban manchadas.

—Maldita sea, ¿Dónde estará la salida? —Janeth tuvo este pensamiento. Había asesinado a una cantidad incontable de personas en las ultimas horas. Pero a pesar de esto no pudo recabar información sobre la salida. Al parecer este proyecto del cual aprendió que ella era "el instrumento" era en extremo secreto y que casi nadie además de las personas más importantes involucradas conoce como se entra o sale de las instalaciones. A los demás de rangos inferiores se les ponían vendas en los ojos al llegar o irse.

Además de este hecho, hubo otro que le llamo la atención. Mientras asesinaba a personas, estas a veces le rogaban que las dejara vivir a ellos o a sus hijos. Pero al final nada importaba. Le sorprendió el hecho de que no se sentía especialmente mal después de matarlos a ellos y a sus niños.

Muy en el fondo de su ser ella había encontrado algo satisfactorio en lo que estaba haciendo. Y eso le preocupaba un poco.

—Nunca eh sido una psicópata... mi sed de venganza debería haber disminuido desde el primer asesinato. —Ella sabía mejor que nadie que después de ver aquella escena aquella escena que había causado; cadáveres y mutilaciones por doquier que inundaron la sala de pantallas donde ella había sido investigada durante años, debería haber sido más que suficiente para que recapacitara en sus acciones. Pero fue todo lo contrario, no tenía ningún sentimiento de asco o aversión en absoluto y en cambio lo paso realmente en grande.

—Qué curioso. —No le dio demasiada importancia. Ya le prestaría atención a este hecho después de hacer lo realmente importante en este momento: escapar.

Dio un par de vueltas más en las instalaciones donde se encontraba. Eran realmente inmensas y estaban decoradas con diseños excéntricos y tonos arcoíris en cualquier sitio que posara la vista. Lucían como el sueño húmedo de un consumidor adicto al LSD. Curiosamente. Como había pasado tanto tiempo junto al mismo nauseabundo tono blanco esto le pareció en extremo refrescante. Además, debido a la variedad de nuevo colores su cerebro estaba hecho verdaderamente un caos en este momento. Mientras asesinaba persona tras personas recuerdos de su anterior vida llegaban y se iban sin cesar; abusos y detalles de personas que la marcaron fueron la mayoría. Su anterior vida había sido bastante... interesante. Por decirlo de la mejor manera posible.

Siguió buscando la salida, pero cuando se hartó de buscar intento romper el techo con sus "habilidades". No fue capaz de ello. A pesar de que logro generar una hendidura de más de metro en el este techo era sencillamente demasiado grueso. Comenzó a sentirse un poco cansada, así que retomo su otro plan: buscar a un individuo con un rango lo suficientemente alto como para poder decirle donde se encontraba la maldita salida. Al final, este extraño sitio era tan grande y rebuscado como un laberinto sacado de películas. Estaba bastante segura que no todos habrían podido escapar tan fácilmente.

Así que comenzó con prisa su búsqueda. Ella se demoró un tiempo en encontrar su objetivo, tal vez horas.

Pero al final lo encontró.

Sus oídos, (que estaban mejorando activamente por razones que desconocía) notaron un leve rose metálico dentro de una sala de emergencias.

—Te tengo.

Abrió la habitación y busco la fuente del sonido. Utilizando sus nuevas percepciones mejoradas pudo encontrarlo de inmediato.

—Tengo preguntas. No te hare daño. —Giro su cuerpo hacia abajo saludando a su objetivo con una sonrisa anormalmente clara. Intento que su comportamiento fuera mas amable para evitar demorar demasiado en sacarle información. Justo aquel día había aprendido que las personas aterradas tardaban una cantidad absurda de tiempo en recuperarse del susto y comenzar a dar datos importantes.