Capitulo 11 y 12 <<EL COLOR NEGRO ES UN ABISMO>>

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En una sala simple, con pupitres acomodados en 4 hileras y un pizarrón. Un hombre joven se acercó a un señor mayor que lucía realmente viejo. Aquel hombre viejo llevaba lentes oscuros y tenía un peinado bastante extravagante, era una clase de tupe forzado a estar hacia arriba que derivaba en picos indiscriminados en las puntas de su cabello. Ese hombre miraba el título del texto que había en el pizarrón: "Diario de investigación: Primigenio."

Mientras el hombre viejo miraba con la cabeza alta al pizarrón, el hombre joven de nombre: "Michael" se acercó posándose a su lado, y pregunto:

—¿Era necesario enviar a John Taylor? ¿No podría haber sido alguien más? —hablo cautelosamente, pero con un ligero toque de reproche.

—No. —El hombre viejo respondió secamente. Hizo una pausa mientras suspiraba y se daba la vuelta hacia Michael.

—Yo sabía los problemas que tendría si a John le sucedía algo. Pero sencillamente ninguna otra persona podía hacer el trabajo. —Continuo.

—¿Por qué? —Michael pregunto, apretando los dientes. Se podía notar por su forma de hablar que le tenía un gran respeto al hombre viejo, y que estaba en una posición inferior respecto a él. Pero en última instancia, por las libertades y gestos que Michael realizaba, parecía que su relación no era tan simple como para minimizarse a eso.

El hombre viejo miro directamente a los ojos a Michael y comenzó a meditar. No era necesario que el joven al frente suyo supiera más información de la que conocía. Pero conociendo que lo iban a ascender pronto, y a sabiendas que no había posibilidad de filtrar información, se decidió y rompió el silencio:

—John Taylor era el único que podía hacerlo, ya sabes que tenemos muy poco personal Michael. Él era el único que estaba capacitado para resistir a los tipos "A". Si una persona normal hubiera sido expuesta al "Lenguaje del diablo" su última preocupación seria quedar sordos. —Cuando parecía haber terminado de hablar añadió: —Deberías dar gracias, tuvimos suerte de encontrar un espécimen tan especial.

—"Gesh..." —Michael apretó los dientes, no comprendía porque John era el único capaz de tratar con el "Instrumento" ni que entrenamiento se requería. Pero si sabía lo que era el "Lenguaje del Diablo". Oh vaya si lo sabía.

Todavía podía recordar lo que le había sucedido hace años. Cerro solo un momento los ojos, pero ese pequeño momento mientras pestañeaba fue suficiente para que visiones indeseables asaltaran su cabeza... Muerte, destrucción hacia donde miraras, gritos por doquier, tanta sangre que era imposible oler otra cosa... Toda su familia muerta.

Michael no dijo nada más. Abrió los ojos con calma y se dirigió hacia la salida de la sala que estaba abierta. Cuando estaba entre medio del arco de la puerta recargo una mano en los laterales y abrió la boca.

—Si hubiera conocido los detalles jamás lo habría recomendado para la misión. —Tenía una mirada negra en su rostro.

El hombre viejo giro su cuerpo de vuelta al gran pizarrón y añadió:

—Es por eso que los ignorantes no deben conocer toda la información. —El viejo dio una afirmación sangría, sin ningún tipo de duda o cordialidad.

Michael mantuvo a boca cerrada. Retiro la mano del marco de la puerta y salió de la sala. Comenzó a caminar entre los pasillos mientras apretaba los puños.

~♦♢♦~

—DEBER #1: Por favor, Despierta. —La voz arenosa de Dios la despertó.

White abrió sus ojos con una cara amargada y somnolienta, después impulso su cuerpo hacia arriba y se sentó en uno de los bordes de la cama. Su pelo blanco y alborotado le cubría ligeramente el rostro. Debajo de este, se podía ver en su rostro que tenía los ojos hinchados, como si hubiera estado llorando al ir a dormir.

—Bien hecho, toma tu premio.

White se levantó de la cama y camino hacia él tubo flácido en la pared derecha de la habitación. De aquel tubo había sido expulsado un pedazo de bombón blanco que había caído en una bandeja. Lo logro sujetar con la punta de lengua y lo engullo. —"Gulp".

—DEBER #2: Por favor, párate en el medio la habitación, te ducharas.

White se sorprendió gratamente, era raro que Dios le permitiera bañarse en primer lugar, pero después de que el extraño Querubín Aka-el le hiciera comer esa asquerosa bola verde y quedara inconsciente, las cosas habían empeorado aún más.

Ahora Dios la trataba incluso peor que antes, sus castigos eran más severos y casi no tenía permitido ningún beneficio de los pocos con los que antes contaba. Todavía tenía moretones de los latigazos que había recibido como castigo por fallar repetidamente aquel día.

Aun así se puso un poco feliz, al parecer hoy seria uno de esos raros días donde tendría permitido enjuagar su cuerpo.

De una pequeña boquilla blanca casi imperceptible en el piso del cuarto, un gran chorro en forma de fuente se formó y comenzó a caer al cuerpo de White.

White se quedó ahí parada, disfrutando. Las gotas le caían suavemente sobre la ropa y el cuerpo.

Este era uno de los pocos deberes que White disfrutaba cumplir, para ella era satisfactorio bañarse. Aunque aún tenía sus desventajas que le generaban cierto grado de impotencia, ya que no podía, por ejemplo, quitarse las esposas mientras se bañaba, de modo que cuando su cabello se mojaba y se volvía pesado no tenía más opción que hacerlo hacia atrás con la cabeza, de otro modo se le pegaría al rostro, además, cuando estaba muy sucia por algún deber, era muy molesto no poder rascar su cuerpo para limpiar toda la mugre.

Además de esto tampoco podía quitarse la ropa, volviendo su ropa (originalmente ligera y limpia) en una cosa pesada e incómoda por el resto del día.

En algún momento el agua dejo de caer, seguido a esto la voz de Dios anuncio:

—Bien hecho, toma tu premio.

White camino hacia el tubo lechoso y comió el pedazo de bombón que caía. A pesar de que apenas era la tercera vez que recogía su "premio" daba la extraña sensación de que ella odiaba ir a recoger ese minúsculo pedazo de bombón.

—DEBER #3: Da 67 vueltas sobre tu propio eje hacia la derecha.

White, ahora con el pelo pesado y la ropa empapada, comenzó a girar. Después de unos minutos completo el deber, completamente mareada.

—DEBER #4: Da 1709 vueltas en dirección central derecha-izquierda corriendo moderadamente.

White abrió mucho los ojos y jadeo por dentro. En realidad, no se sorprendió demasiado, debido a que Dios la había tratado bastante mal después de que se "resistió" a las enseñanzas del Querubín. Pero aun así esta era la mayor cantidad de trabajo que Dios le había dado recientemente, normalmente esta instrucción de correr rondaba entre 900 a 1200 vueltas.

Lo peor de que Dios la estuviera tratando como la mierda últimamente era que ella realmente no recordaba nada después de que el extraño Querubín Aka-el le dijera que inspeccionaría su ano. La explicación que Dios le dio para esto era que este era su "Castigo" por haber quedado inconsciente, que las enseñanzas del Querubín debían ser seguidas conscientemente.

Si hubiera sido la misma White de hace 2 meses hubiera ardido con furia debido a este hecho supremamente injusto. Pero ahora no. Simplemente una ligera chispa de rabia se encendió en su mente, pero fue apagada instintivamente por el sentido común.

Habían pasado 2 meses desde la visita de Aka-el, durante este tiempo había soportado tratos mucho más nefastos que antes y que extrañamente solo parecían tener la intención de molestarla hasta sus límites.

En algunas ocasiones le habían hecho dormir en el "arenero gigante" que era el sitio donde dejaba sus heces y, Dios se encargaba de hacerle saber que el dormir en el arenero era una "humillación" y no tenía permitido enjuagarse el cuerpo por varios días. También la habían hecho estar 5 días sin comer y bebiendo muy poca agua, para conseguir comer de nuevo tuvo que predicar los versículos divinos durante 2 días enteros.

Paso por muchas situaciones difíciles. Así que, aunque sabía que terminaría completamente exhausta al terminar este deber, ella aun así comenzó a correr. Su único pensamiento era que al terminar Dios se apiadara de ella y le diera comida, de lo contrario el abismo en su estómago no la dejaría dormir.

La Niña de Blanco © (Versión con ortografía impecable)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora