Capítulo 1. CLARA MONTGOMERY

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Clara Montgomery era la directora de una de las más prestigiosas instituciones de Nueva York. Tiene el pelo negro, se lo ha cortado hace poco, más o menos por los hombros, sus ojos son de un color marrón oscuro, es algo más baja que su marido Sean y es una mujer bastante buena, aunque más seria cuando tiene que serlo, sobre todo con su trabajo.

Aquel día se encontraba en su despacho revisando algún que otro informe, cuando sin poder evitarlo acabó pensando en todo lo que había cambiado en los últimos meses. En verano había perdido a su madre, Virginia, a pesar de las diferencias que habían tenido cuando la chica fue una adolescente, le había dolido mucho su pérdida. Su madre había sido una persona fundamental para Bradford Hills, pero a pesar del vacío que había dejado en aquel lugar, Elsa Williams llevaba tiempo aprendiendo de ella, por lo que Clara no había visto a nadie mejor para que sustituyese a su madre, podía recordar aquella conversación como si hubiese sido aquel mismo día, en la que una Elsa emocionada le contaba a Clara las nuevas ideas que había tenido, una de las cuales habían llevado a cabo para el nuevo curso.
-Elsa, por favor, ¿podrías pasarte por mi despacho? Tengo algo que comentarte. -dijo antes de dirigirse de nuevo a su despacho.

-Claro, enseguida voy.

Elsa no tardó demasiado en reunirse con Clara en su despacho, intrigada por escuchar que tenía que comentarla.

-¿Qué es lo que ocurre? -preguntó antes de tomar asiento frente a ella.

-Sé que siempre has estado aprendiendo de mi madre y por eso me gustaría mucho que ahora que ella no está ocupases su puesto. Estoy segura de que ella lo habría querido así. ¿Qué me dices? ¿Ocuparías su puesto?

-Gracias por pensar en mí para ello, Clara. Claro que qué acepto ocupar su puesto. Es más, he tenido alguna que otra idea que me gustaría compartir con usted sobre unas mejoras en Bradford Hills.

-No es nada, Elsa, mi madre te estuvo preparando para ello, así que no se me hubiese podido ocurrir nadie mejor. ¿Alguna idea para unas mejoras en Bradford Hills? -Preguntó con bastante curiosidad, ahora tenía toda su atención. - Soy toda oídos.
-Vale, pues he pensado que podríamos hacer unas mejoras en los carnets, para los profesores, alumnos y personal del internado. Tengo una lista de las funciones que podrían tener. -Saca de su bolsillo una hoja de papel en la que tenía apuntadas todas y cada una de las funciones que se le había ocurrido y se la pasa a Clara para que pueda leerla.

Clara coge la lista entre sus manos y la lee viendo que sin duda había pensado en todo, pero aun así pone toda su atención en todas las cosas que había apuntado Elsa en la hoja, en la que ponía lo siguiente:

•Cada carnet es personal e intransferible, nadie puede usar uno que no sea suyo.
• Los estudiantes, profesores y personal de Bradford Hills deben llevarlo consigo en todo momento, tampoco pueden perderlo.
• El carnet de los estudiantes también será una llave de las habitaciones.
• Estudiantes como profesores deben hacer un registro de su entrada y salida de las aulas pasando el carnet por los lectores que se encuentran en las puertas de las aulas.
•Con el carnet también podrán coger prestados libros, películas y cds de música de la biblioteca.
•El personal del centro también tiene unos lectores en los que deberán pasar sus carnets para hacer un registro de sus horas de trabajo y así tener registrado cuando entra y cuando sale.
• También en la entrada de la piscina, gimnasio, establos y otras dependencias anexas del internado hay un lector que también deberán utilizar para registrar sus entradas y salidas.
• Como se ha dicho en el primer punto los carnets son personales e intransferibles por lo que no podrán usarse por otra persona diferente a la que aparece en éstos, sobre todo los carnets especiales.
Tras acabar de analizar todo lo había allí escrito, Clara dirigió su mirada de nuevo a una Elsa que esperaba expectante su reacción.

-Esto me parece realmente bueno, Elsa. Doy mi visto bueno para que esto se lleve a cabo, si comenzamos a trabajar en ello lo podremos tener listo para el nuevo curso.
-Perfecto, entonces me pondré a trabajar en ello cuanto antes. -dijo para después salir del despacho de la directora y ponerse manos a la obra con los carnets. -

Pensar en el fallecimiento de su madre le hizo recordar cuando ella cogió el mando de Bradford Hills y todos los cambios que había hecho tras la muerte de su padre, seguramente si se levantase de la tumba y viese todo lo que había conseguido, aquel hombre tan serio con el trabajo se sentiría de lo más orgulloso de ella, aunque seguro que más de uno de los métodos que tenía no le habrían gustado y sobre todo, Clara podía sentir como William, su padre, le reprochaba cada día lo que había ocurrido con el joven Alexander Cooper, aquel joven prodigio de la biología, que no había llegado a terminar sus estudios siquiera, sin duda era un error que ni Sean ni ella se podían permitir volver a cometer.

Cuando William murió, Clara había tomado de las riendas de todo lo que se dedicaba su padre, y puso en marcha los proyectos que quería llevar en Bradford Hills. Originalmente Bradford Hills era un internado solamente elitista en el que solamente se aceptaban alumnos que fuesen de una buena familia, y ahí fue donde vino el primer cambio de Clara, para todos aquellos alumnos que no tenían los medios para pagar la costosa matrícula del centro decidió poner becas, por lo que no solo podrían estudiar allí hijos de buenas familias si no también becados.
Años después, Clara, con ayuda del presidente Longborn amplió Bradford Hills, ganando más prestigio si cabía que antes y es que a partir de entonces dejó de ser solamente un internado para tener también un campus universitario.

Tras darse cuenta de que se había quedado pensando demasiado rato posó la vista en su escritorio, viendo de nuevo todos los informes que debía revisar. Soltó un pequeño suspiro, se le estaba acumulando el trabajo. En aquel instante observó la foto de su preciosa familia, su marido Sean, su hijo pequeño Bruno y su hija mayor Elizabeth o Elle como solían llamarla, sin duda era lo más preciado que tenía. De pronto recordó que tenía que hablar de algo con su hija, pero no tenía ni idea de donde se encontraba y como tenía aun demasiados informes que revisar no podía salir de su despacho. En aquel momento llamó a su puerta Archie, aquel chico que estaba en secretaría de prácticas, venía a traerle unos papeles por lo que una idea cruzó la mente de la directora del centro.

-Perdón por molestarla, le traigo este sobre que me ha dicho Elsa que debía ver, que ella estaba ocupada con otro asunto y por eso no ha venido ella personalmente.
-Muchas gracias, Archie. -dijo levantándose para coger el sobre y después dejarlo encima de su mesa. Al ver que el chico se dirigía a la puerta vuelve a hablar. - Un momento, Archie, espera. ¿Podrías hacerme un favor?
-Por supuesto, ¿Qué necesita?
-Si por casualidad ves a mi hija Elizabeth dile por favor que venga a verme que tengo que hablar con ella de un asunto. Pero si no la ves no te preocupes, que la llamaré más tarde.
-Está bien si la veo se lo digo, no se preocupe.
-Gracias, Archie. -dijo Clara antes de ver como el chico salía por la puerta y volvió a centrarse en los informes.

Bradford Hills 1. Las apariencias engañan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora