Capítulo 8. NATHAN WIGGINS

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Nathan Wiggins el mellizo de Violet, tenía el pelo moreno y algo rizado al menos ahora. Había tenido épocas en las que lo había tenido corto incluso algunas veces se lo había rapado. Al contrario que Violet, él tenía los ojos marrones.

Ambos vivían con sus padres en Phoenix, Arizona.

Ellos eran unos empresarios de éxito que aparentemente no tenían problemas con nadie y gozaban de una buena reputación y dinero.

Solo había una familia en todo Phoenix con la que no se llevaban: los Henderson.

Dio la casualidad que Nathan y Eli se hicieron mejores amigos casi nada más conocerse en el colegio. Y a sus padres no les gustaba, pero tampoco le impedían que fuera amigo suyo. No sabía por qué no querían nada con los Henderson, pero suponía que sería algo relacionado con algún negocio.

Su hermana y Eli empezaron cuando tenían 16 años, aunque debido al conflicto familiar tenían que mantenerlo en secreto. Nathan les ayudaba siempre que podía a que no les pillaran quería que fueran felices.

3 años después ocurrió. Nathan había ayudado a su hermana a que quedara con Eli, como llevaba haciendo desde hacía 3 años, había convencido a su madre de que la dejara ir a la biblioteca a estudiar. El chico acompañó a su hermana hasta la biblioteca y esperó hasta que apareció su amigo pelirrojo. Una vez estuvieron juntos les dejó solos y fue a dar una vuelta.

Aparte de Eli, solo tenía una amiga más, pero estaba todo el curso en un internado de Nueva York y solo la veía en verano o si venía por vacaciones o algún fin de semana. Isabelle Smith, o Belle, había sido amiga suya casi desde que tenía uso de razón pues eran vecinos. Aunque con el paso de los años cada vez que volvía del internado la notaba diferente después de pasar alguna tarde jugando a algún videojuego parecía que todo era como siempre.

A Nathan le encantaban los videojuegos y todo lo que tuviera que ver con la informática y los ordenadores. Según fue creciendo se dio cuenta de que se le daba realmente bien y tuvo bastante claro desde los 12 años que quería estudiar diseño de videojuegos cuando fuera a la universidad. También le gustaba la música y no cantaba mal pero siempre lo tuvo como algo secundario.

Violet siempre le había picado con que le gustaba Belle, pero él siempre le había dicho que era su amiga y no la veía como nada más. Además, hasta dónde él sabía ella hacía años que tenía novio, un tal Romeo. No sabía mucho más que su nombre pues Belle apenas hablaba del internado y Nathan tampoco preguntaba.

Después de tomar un café en su cafetería favorita volvió a casa y casi deseó no haberlo hecho, al menos no tan pronto.

Nada más entrar notó que algo raro pasaba y cuando vio a sus padres sentados en el salón, y sobre todo a su padre con cara de pocos amigos lo confirmó.

—Hola, ¿ha pasado algo? —se quedó en el umbral de la puerta del salón, con cautela por si acaso.

—Siéntate, Nathan. —le pidió su madre con calma mirando de soslayo a su marido que hacía esfuerzos por no tirarse encima de su hijo.

Nathan asintió y se sentó en el sofá junto a su madre, su padre estaba justo enfrente.

—¿Tú sabías que tu hermana está saliendo con el hijo de los Henderson? ¡No me mientas!

—No voy a decirte nada. —no había delatado a su hermana y Eli antes, menos lo haría ahora.

—¡Que no soy tonto! ¡Los he visto esta tarde!

Nathan miró desafiante a su padre, no pensaba decir nada. Y minutos después fue cuando entró Violet por la puerta, para el chico lo siguiente pasó demasiado deprisa y si no hubiera sido por su madre se hubiera levantado a intentar separar a su padre de Violet.

Bradford Hills 1. Las apariencias engañan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora