Joseph McCall, siempre había sido bastante atlético. Un chico alto de ojos azul verdoso, pelo moreno claro y de buena familia. Nunca se dejaba el pelo muy largo. Su primo es Romeo Gonzales, siempre han sido muy cercanos. Tanto que además de ser muy amigos eran casi como hermanos. Desde pequeños apenas se habían separado.
Iban juntos desde los 6 años al internado Bradford Hills, y casi desde el mismo momento que llegaron Romeo se convirtió en el chico más popular de allí. Joseph, digamos, que gracias a eso era popular, aunque era la sombra de su primo y siempre hacía lo que él le pedía.
Junto a Romeo, siempre se le habían dado bien los deportes, pero al contrario que su primo él tenía que dedicarle mucho más esfuerzo.
Con el paso de los años, Joseph, sentía una presión cada vez mayor por estar a la altura de su primo.
Romeo, tenía un grupo de amigos que también podría considerarse como su séquito y estaba compuesto por: su primo Joseph, Samuel Rivera y Charlie Cooper. A pesar de que debido a su popularidad medio internado quería ser su amigo. Y luego estaban las chicas, para el rey del internado solo eran un pasatiempo junto a las fiestas que le encantaban.
¿Joseph tenía envidia? Más bien buscaba siempre la aprobación de su primo, por eso siempre hacía lo que le pedía. Su primo tenía popularidad, sacaba notas decentes, era un as en los deportes y las chicas iban detrás de él. Cuando Romeo empezó a salir con Isabelle Smith pensó que aquella parte acabaría y al principio fue así. Los reyes del internado. Belle no había sido tan popular hasta entonces y estaba encantada. Gozaba del mismo nivel de popularidad que Dafne y Alice solo por el simple hecho de ser la novia de Romeo. Y hasta que empezó a salir con él había intentado por todos los medios ser de las más populares.
Unos dos meses después todo había vuelto a la normalidad, no era ningún secreto que, a pesar de estar saliendo con Belle, Romeo se liaba con otras chicas en las fiestas clandestinas que hacían en el internado. Joseph había sido testigo principal de ello. Si no sintiera adoración por su primo, algo por lo que se sentiría mal más tarde, se lo habría contado a la chica.
—¿Cuándo piensas echarte novia, Joseph? —le preguntó una tarde Romeo que estaban en la habitación que compartían con Samuel. — Y no es porque no haya chicas en el internado, que hay un montón.
Joseph se encogió de hombros mientras seguía terminando sus deberes. Ahí estaba la presión de nuevo, no era la primera vez que se lo preguntaba ni sería la última.
Si que en alguna fiesta se había liado con alguna chica, a veces por presión de su primo y otras, porque le gustaba la chica. Pero más allá de eso no había tenido novia antes.
Luego estaba el hecho de que presenciaba las numerosas faltas de respeto que Romeo tenía con Belle y el cómo la trataba. A pesar de eso no había hecho nada antes.
Otra cosa de la que se arrepentiría más adelante. Lo que no llegaba a entender es que ella supiera que Romeo le ponía los cuernos siempre que tenía ocasión y no hacía nada. Supuso que por el status en el internado.
Joseph tenía entrenamientos por la tarde, dos tardes por semana, aunque no siempre practicaban el mismo deporte en el internado ya que cada trimestre hacían uno diferente.
Aquel trimestre tocaba atletismo, Joseph se esforzaba todo lo que podía por quedar entre los primeros y luego estaba Romeo que sin ningún problema llegaba el primero.
Al finalizar el entrenamiento se acercó al vestuario para coger de su taquilla la botella de agua que guardaba ahí y beber un trago.
—Venga, Joseph. Verás como el próximo día consigues ganarme. —le dijo su primo dándole unas palmadas en la espalda al entrar en el vestuario y pasar detrás de él.
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Bradford Hills 1. Las apariencias engañan
Ficção AdolescenteEl internado Bradford Hills abre sus puertas para un nuevo curso, esta vez con numerosas novedades. Sus alumnos son los mejores de la Élite de todos los países, también tiene las mejores becas que podrías imaginar y sobre todo cuenta con los mejores...