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¡AVISO!

En este capítulo se hará mención a la violencia, drogas, alcohol, amenazas y maltrato.

Si no le gusta este tipo de cosas o les ponen incómodos, pueden pasar a otra historia, no quiero que la pasen mal :"(

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Cuando logró abrir los ojos su cuerpo estaba tirado en el suelo, su vista estaba nublada al igual que su mente, sentía su cabeza dar vueltas sin parar y todo su cuerpo parecía muerto, el fétido olor a basura podrida le estaba dando asco y trató de levantarse, dándose cuenta que estaba entre un montón de bolsas de basura, tirado en una calle dios sabe dónde estaba y rodeado de mugre y sociedad, se levantó apoyándose en el contenedor y tambaleándose se alejó de donde estaba.

¿Dónde estaba?

¿Cómo llegó ahí?

¿Qué mierda..?

De pronto un horrible pitido empezó a sonar en su oído, era insoportable, como si estuvieran pinchando en el tímpano con una aguja, llevó las manos a su cabeza, era demasiada presión y sentía que en cualquier momento iba a explotar, entonces su mente se volvió un remolino de recuerdos, golpeándolo con imágenes de aquella noche, dejándolo más aturdido.

Estaba en la calle preparándose una raya y de pronto aparecieron sus compañeros de banda, empezaron a beber sin control, fueron a un burdel a pasarla bien y cuando quedó a solas con la omega, tuvo sexo con ella, bebiendo más alcohol mezclado con las drogas que había comprado, pero después todo pasó muy rápido, aparecieron hombres vestidos de negro y empezaron a golpearlo pidiéndole el dinero de algo o alguien, como iba borracho aparte de drogado intento escapar, pero lo arrinconaron en un callejón y donde lo golpearon hasta que quedó inconsciente.

Ya no pudo recordar más, su mente quedo cubierta por un manto negro y simplemente escuchaba voces a lo lejos, los chillidos de las ratas pasando por encima suyo, tratando de llegar hacia las bolsas y comer la basura que había en su interior, no le dio importancia ya que estaba mas concentrado en no morir de dolor y quedar sordo.

Ese pitido lo estaba torturando.

Unos segundos después el pitido se fue y el dolor de cabeza ya no era fuerte, su visión se fue haciendo más nítida y logró recuperar la vista, empezando a dar vueltas sobre sí, buscando algún cartel o algo que le indicara donde estaba.

Unas llaves cayeron de su muy viejo y sucio chándal, agachándose para recogerlo, pero cayó de lado golpeando su hombro, eso hizo que empezará a reconocerse en el suelo, mordiendo su labio de dolor y apretando fuerte sus párpados.

Todavía no se había recuperado del todo y la paliza hizo a cero sus mejoras, maldiciendo a todo el mundo se levantó quedando sentado en el suelo, respirando con algo de dificultad y sintiendo su cuerpo pesado de nuevo.

—Putas drogas...mierda de camellos, me la dieron caducada... -dijo mientras escupía al suelo, mirando su mano todavía temblando por el efecto de las sustancias, negó con la cabeza y giró su vista hacia las llaves que habían caído.

Eran las llaves de una moto.

Quedó unos segundos congelado mirándolas, sin poder procesar todo todavía y después se acordó que tenía una moto vieja, suspirando cansado se inclinó para agarrar las, ignorando el dolor de su hombro, ya estaba acostumbrado.

➹Las voces del piano➷ {Yoonseok}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora