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Miraba por la ventana la casa de su vecino mientras daba una calada a su cigarrillo, dejando escapar el humo entre sus labios secos y agrietados por el frio, el viento movía su pelo seco y sin vida, respirando con algo de dificultad, los efectos del alcohol desaparecieron de su cuerpo y la cantidad de sustancias era baja, lo que causo que sintiera los dolores horribles, algunas de costillas estaban rotas, sus brazos llenos de moretones con semanas de curación y se le había caído una de las muelas de juicio.

Pero parecía no importarle.

Sentía el sabor acido de la cerveza, suspiro dejando la lata a un lado del bordillo y quedar mirando aquella casa pensativo, analizando la pintura y la estructura de la construcción, desgastada por el paso de los años y el maltrato de las personas que pasaron por ella.

Sus ojos brillaron cuando la causa de sus pensamientos apareció, su vecino estaba feliz con el, pero Yoongi seria el culpable de robar su felicidad.

Sin importar que se metió en aquella casa sin buenas intenciones.

Algo dentro de él lo incitaba a hacerlo.

No lo pensó, solo lo hizo.

Con la imagen de Hoseok en su cabeza...

¿Por qué lo hizo?












.  .  .





Jackson miraba preocupado a Hoseok sentado en el sofá, comiendo con cuidado y con una mueca de dolor, eso hizo despertar todas las alarmas de su cabeza.

 Se levanto rápidamente.

—¿Esta malo?¿Te traigo algo para beber?¿Quieres otra cosa?¿Quieres que te prepare algo más blando?-pregunto con rapidez Jackson, nervioso camino hacia la cocina, buscando algo mejor para el omega.

—Me queme...-dijo Hoseok en un susurro, mostrando su mano quemada.

Las puntas de sus dedos rojos, la primera capa de su piel se había quemado por lo caliente que estaba la comida, Jackson se sintió mal y se acerco con un paño húmedo.

—Lo siento, debía haberlo dejado enfriarse...perdóname -se disculpaba una y otra vez el joven alfa.

Pasaba el paño por encima de su mano, teniendo cuidado de no hacerle daño, con suavidad y ternura, en silencio, pero no uno incomodo.

Levanto la mirada hacia el omega.

—¿Mejor?

Hoseok asintió dudoso.

Regalando una pequeña sonrisa, robándole el corazón al moreno, quien nervioso se volvió un tomate con piernas, tartamudeando cosas sin sentido.

Jackson se sintió torpe, se le caía el paño de las manos cada dos por tres, hasta que la tiro contra el fregadero desesperado.

—¿Qué fue eso..?

—Nada.

Los dos quedaron en silencio.

Los minutos pasaban y seguían sin decir nada, Hoseok termino de comer y una sonrisa se formo en sus secos labios, un pequeño brillo nació en sus ojos grises, llamando la atención de su acompañante.

Era tan hermoso.

Un ángel triste, pero hermoso.

—Eres muy hermoso...-dijo en un suspiro, mientras la punta de sus dedos tocaba uno de los mechones de su cabello.

➹Las voces del piano➷ {Yoonseok}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora