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El sollozo de Hoseok resonaba en las destrozadas paredes de aquella oscura habitación, enredado en las sabanas de aquella cama, manchada con su propia sangre y mojada con sus lagrimas, su cuerpo temblaba ante la exposición al viento helado de la mañana, mantenía la cabeza escondida contra la tela sucia, no tenia valor para levantar la mirada, por que sabia que el alfa continuaba ahí, a su lado, sentado en la orilla de la cama, podía escucharlo suspirar cada dos minutos y su aroma amargo se disipo por toda la habitación, mezclándose con el aroma del omega, pero a diferencia este era triste, hacia que el corazón se aplastara con fuerza, que sus ojos se llenaran de lagrimas saladas, quemando todo a su paso como ríos de lava y sintiendo el sabor del acido bajando por su garganta, verlo hecho una bolita sobre la cama, mientras su cuerpo temblaba, no del frio, más bien por el miedo de ser golpeado o incluso algo peor.

Sentía su cuerpo sucio, sintiendo el dolor envolver su cuello y estrangulándolo con fuerza, la sangre cayendo por la herida abierta, ardía, su cuerpo ardía en sufrimiento, respiraba con gran dificultad, el aroma amargo lo ahogaba, no se sentía cómodo con él, quería salir corriendo, pero sus piernas temblaban, su alma estaba destrozada y el miedo era más grande que él, Hoseok quería desaparecer de ese mundo cruel, cerrar los ojos y dejar de sentir aquellas manos sobre su cuerpo, las palabras sucias entrando en su mente y los recuerdos oscuros nublado su juicio.

No quería sentirse sucio.

Sentirse humillado.

Sentirse usado...

Quería dejar de sentir...

La habitación había sido destrozada por la fuerza del alfa, el papel de las paredes había sido arrancado sin piedad, las largas y profundas marcas de garras quedaron dibujadas por todos los lados, haciendo un recorrido por toda el lugar, los pocos muebles que quedaban fueron convertidos en nada, pequeños puzles de madera quebrada, únicamente salvándose la cama y el armario, la furia interna del pálido no había conseguido destruirlos o tal vez Yoongi había perdido la fuerza, la adrenalina que sentía gracias a las drogas desapareció cuando lo sintió...

Cuando sintió el sabor de la sangre...

En ese momento fue cuando sus ojos dejaron de ser los de un alfa y se volvieron humanos, observando con cierto horror lo que sus colmillos habían causado, el terror que sentía Hoseok en ese momento era real, la sangre de su cama lo era, todo era real aun estando hasta arriba de drogas, confundido se aparto de forma lenta y el vacío que te dejaba el cansancio, la sensación de quedarte sin fuerza, la sensación de no poder hacer nada, eso fue lo que sintió cuando las manos temblorosas de Hoseok cubrieron su cabeza, buscando esconderse de su agresor, de aquel alfa que lo había atacado, de Yoongi.

¿Por qué?

¿Por qué lo había marcado...?

Aquellas preguntas golpearon la mente confusa de Yoongi, haciendo que se sintiera mareado, su cabeza dolía y sus oídos pitaban, los sollozos del omega lo estaban torturado, como si algo en su interior lo estuviera castigando, las imágenes de lo que había sucedido recorrían su mente, como una película de terror se tratara, los gritos de auxilio del omega hacían eco en su interior, recordando su mirada llena de terror, suplicándole que lo dejara , pero no lo escucho, o simplemente ignoro sus lloros y se dejo llevar su instinto más salvaje, marcando el cuello lleno de cicatrices del omega, aquel grito quedo grabado en sus oídos, como una melodía que lo perseguiría toda la vida, recordándole lo que hizo, el daño que causo.

Llevo sus manos hacia su cabeza, otra vez tenia un ataque de migrañas y no era para menos, el alcohol seguía rondando por sus venas y podía sentir su corazón latiendo a mil por hora por las drogas, o eso quería pensar, todo paso de manera caótica, todavía desconocía el motivo de por que trajo aquel omega y por que dejo que estuviera en su habitación, aquellos gestos tan amables no eran propios de él...

➹Las voces del piano➷ {Yoonseok}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora