Esᴄʟᴀᴠᴏ ᴅᴇ ᴜɴ ᴅᴇᴍᴏɴɪᴏ [Hitsugaya Toshiro] (PAUSADA)

6 - Y todo

Pasaron unas horas en donde el antiguo capitán de la división 10 quedó inconsciente, sus ojos abrieron con pereza, no creyó que se desmayaria del dolor. Ryuko fue bastante brusca, la odiaba, odiaba a todos esos malditos seres. Con dificultad se puso de pie, notando así que su antigua herida yacía cicatrizada, sorprendido examino la zona, era imposible que cicatrice en un dia.

La puerta fue abierta por alguien, pero para su sorpresa, era otra joven demonio de estatura normal (odiaba ser bajito) usaba kimono blanco y sus cuernos eran pequeños, tenía tres.

— Un gusto, shinigami. Soy una ayudante demonio, me llamo Mei, una criada para ser más precisos. Ryuko-Sama me dio el trabajo de cuidarte, encargarme de ti. —Sonrio con amabilidad—. Espero no seas quisquilloso. Mi señora estará ocupada por si te lo preguntas, quiere evitar que la molestes.

De alguna manera ella daba mala pinta, ¿Porqué esa Ryuko la trajo? Podría simplemente dejarlo ahí y ya, no molestara, tampoco es tan idiota como para hacerlo.

¿Es ella, una buena persona?

Pasaron semanas y su odio crecía ante todos, especialmente Ryuko. Debió imaginar que no sería amable, lo dejo con una maldita demonio que adora maltratarlo, jamás fue tan humillado en la vida, ni siquiera pudo salir para despejar su mente.
Lanzarle agua sucia, darle la comida en el suelo y fría (descartando el hecho de que es pan duro y agua) golpeado, obligado a limpiar, succiona su energía por gusto y termina sintiéndose débil.

Al principio pensó en buscarla a ella pero...

"Ella me contrató, soy la más fiel, admiro a Ryuko-Sama. ¿Crees que se enojara si ve mis tratos?, ella ya lo sabe y no le interesa, eres un simple shinigami, cercano a un humano, débil y repugnante. No olvides que es un demonio."

Y quedó aguantando ese infierno por semanas, incluso casi un mes pasa, deseaba volver al calabozo.
Levanto la mirada para verla entrar, con esa bandeja donde tiene el pan duro y su agua. No recibe comida todos los días, su apetito es grande así que agradece ver ese pan.

— Oh, ¿tienes hambre? —Sonrio con burla—. Aquí tienes.

Dejo caer el pan en el suelo, se arrastró para tomarlo y comer con desespero, ya ni le importaba que podría estar en mal estado, debía comer.

— Bien, ahora levanta la cabeza y abre tu boca, ¿no tienes sed?

Las veces que se negó terminó empapado y sin nada que beber. Yendo en contra de su orgullo, levanto la cabeza y abrió sus labios, necesitaba tomar un poco... solo un poco de agua. Dejo caer el líquido en su rostro, por suerte pudo tomar algo. Ahora se vienen los golpes, ya sabía de memoria lo que se venía.

— Es un poco aburrido hacer lo mismo... —Se quejo mirando hacia arriba pensativa— ¡Ya se! ¿Podría traer la extremidad de alguna criatura? De esas que fueron "Tenientes" tengo entendido que tenías uno al ser capitán, quizás sea divertido ver tu expresión.

Esa sensación de miedo otra vez, pero era por lo que podría suceder con uno de ellos. No podía más, necesitaba detenerlo, si es necesario le rogaría a Ryuko por piedad a sus amigos.
Escucho que ella estaría hoy en la finca, así que como pudo empujó a esa maldita mujer y escapó. Se sentía muy débil por el maltrato que sufrió. Llegaba a tambalearse, pero necesitaba llegar a esa pelirroja.

— ¡¡Ven aquí maldito!!

Llego, finalmente paso esa puerta y la vio de espaldas: leyendo algo que esta en sus manos. Volteo por el ruido y antes de que reaccione, ya se había arrodillado ante ella.

— ¡Por favor, no lastimes a mis amigos! —Rogo apoyando su cabeza al suelo—. Puedes humillarme todo lo que quieras... pero no te metas con ellos. No me negaré a nada que esa criada ordene.

Tan humillado, pero por ellos haría lo que fuera.
Hubo un silencio que lo desconcertó, levanto la mirada para verificar que sucede. Solto un pequeño jadeo del susto al ser jalado del brazo y examinado por la mirada penetrante de ella. Parecía asombrada, como si...

— ¿Qué te sucedió?

Esa boca, aun más confundido cayó al suelo de rodillas tras ser soltado.

— Esa demonio, yo...

— ¿Estas diciendo que Mei te trató así, por días?

Asintió, ¿acaso no lo sabía? Pero si esa loca confirmo que estaba enterada.
Sintió escalofríos al ver la mirada fría de ella, incluso diría que quedo paralizado.

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