Desde aquella vez donde había estado más de cuatro días en el piso con su alfa las cosas habían cambiado mucho.
Ahora vivía en la mansión Kim, donde para su error no había droga. El mafioso si era traficante de drogas y armas, pero nada de eso lo tenía en su casa principal.
La gran casa si contaba con un sótano donde su guapo alfa algunas veces "juega" con quienes debe interrogar, estando ahí también el cuarto de armas.
Fue mucho más fácil de lo que creyó integrarse, fue bien recibido por muchos, quienes no dudaban en la toma de decisiones de su jefe y mucho menos dirían algo en cuanto al nuevo omega que había llegado.
Si hubo muchos que criticaron la elección del alfa. Viendo como su rudo y poco risueño jefe no dejaba de mimar, sonreír y reír cuando estaba con Jin, muchos pensaron que su corazón se ablandaría o que en cualquier momento su mente seria lavada por el exmilitar. Estaban muy equivocados.
Jin ahora pertenecía a ellos, era el omega de Namjoon. No haría que cambiara sus ideales o sus negociones por algo más honrado, lo apoyaría y cuidaría lo mejor que podría. La lealtad de Jin era igual de resistente como la de Yoongi.
El alfa pálido era la persona más cercana y leal a Namjoon. Su carácter extraño y su humor sarcástico se había llevado a la perfección con Jin, quien usualmente hacia chistes muy malos y trataba de alegrar el ambiente.
Todos habían leído la vida del omega, curiosos por saber quién sería su nuevo jefe. Aunque no fue hasta un mes después de su llegada que demostró todo sus dotes y lealtad.
En la ciudad se estaba levantando un nuevo hombre, quien trataba de alcanzar el mismo poder que Namjoon y quitarle todo lo que había obtenido en todos esos años. Aunque eso no fue lo peor.
Su gran error fue llegar exactamente cuando la pareja destinada y melosa tenían un picnic improvisado en el patio a petición del omega.
Esa semana no habían podido estar tanto tiempo juntos más que cuando ambos ya iban a dormir, muy cansados para llegar hablar por más de media hora antes de caer dormidos entre el calor del otro.
Así que esa tarde, el alfa aprovecho sus horas libres para pasarla con su omega. Quien alegre improviso un picnic en el patio para pasarla juntos mientras comían las fresas con chocolate que desde hace días había estado comiendo.
Jin solía ser meloso, demasiado para los ojos de todos y perfecto para los de Namjoon, que sin importar el momento le alegraba su presencia. Aunque esos días había estado más territorial de lo normal.
El omega era muy tierno la mayoría del tiempo, su sonrisa te hacía creer que no podía matar ni una mosca y era así. Pero también era dominante, estricto y demandante, su amabilidad siempre se mantenía, pero su carácter fuerte era notable.
Hundiendo las fresas en el envase de chocolate, llevando muchas a la boca de Namjoon, quien repetidas veces besaba sus labios carnosos. El alfa estaba realmente embobado por ese castaño.
La alarma de la mansión alerto a todos, vivían en una zona alejada. Los sensores avisarían si un auto o alguien se aproximaban, si no había algún reporte las alarmas se activaban al momento de detectar algún arma, y los intrusos venían con muchas, aunque eso no los salvaría.
—¿Por qué hoy? —Jin gritó, pateando el suelo con molestia —. Es mi día contigo, ¿por qué tienen que arruinarlo?
—Lo siento, mi amor. —Namjoon tomo sus mejillas, dejando un beso sobre sus labios llenos de chocolate —. Los eliminaremos, así tú y yo volveremos a nuestro día de campo. Ahora, entra a la casa —. Su voz era suave pero seria.
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Subasta [Namjin] OMEGAVERSE
RomanceJin sabe que Namjoon es su alfa destinado. Pero no desea aceptarlo solo porque es un mafioso.