Capítulo 22

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Seis meses después...


― Vamos tú puedes Atsushi

― ¡dale hermanito! Viene con todo y premio, nada mas no te cagues

― ¡ca-Cállate Toru!

― Puja, puja, puja, puja

― Toru, no lo estas inspirando a fumar marihuana

― No porque sería jala – dijo sonriente, pero Atsushi apretó su mano – AAAH PERDON, PERDONAMEEEE ATSUSHI SUELTAME AAAAH PUJAAA PUJAAA

Atsushi lo logro. Escucharon el llanto del bebé, Toru sonrió pues Atsushi había soltado su mano – mi bebé...

― Muy bien Atsushi – respiro Akiko dándole el bebé a una enfermera, esta se lo acerco a Atsushi

― Es tan lindo...

― Prepárense, Toru, ánimos, viene el siguiente

― Ahora si estoy listo – dijo Toru. Atsushi lo apretó volviendo a pujar - ¡AAAH! OLVIDENLO, SOY COBARDE NO ESTOY LISTO ¡SUELTAMEEEE!

El parto salió a la perfección, los niños habían nacido sanos con 40 semanas. Una vez que el joven albino se relajó al alejarse de la familia Akutagawa, los bebés crecieron perfectamente en su vientre, fue en el quinto mes que se enteraron de que eran gemelos. 

Toru estuvo emocionado todo el tiempo.

Sousuke, Chuuya y Dazai esperaron afuera, hasta que Toru salió, les sonrió – fue pan comido

― Por favor Toru, escuchamos tus gritos – dijo Dazai. Toru se sonrojo

― Atsushi aprieta fuerte

― ¿Cómo están mis sobrinos? – pregunto Sousuke

― están bien, sanecitos y bonitos, son rosaditos todavía, Atsushi me dejo sus rasguños en mi muñeca

― A ver, déjame verte – dijo Sousuke mirándole la mano – podría curar fácil

― Es la herida de guerra por ser el mejor hermano de todos

― Eso parece

― ¿Cuándo podremos verlos?

― Atsushi los tendrá, así que como en una hora que desinfecten todo y pasen a Atsushi a piso podemos verlos

― Aaah... cuanto alivio – dijo Chuuya

― Si, el invierno llego con todo ¿eh?

― Así es

Los gemelos habían nacido en la madrugada, así que, por el atardecer, el albino iba con su hermano y Dazai-san de regreso a su hogar. Toru llevaba a la pequeña Levana, Atsushi llevaba a Akira. Dazai conducía despacio, los bebés iban dormidos. – son tan lindos – dijo Toru emocionado. Mordió la nariz de Levana – ¡aaay me la quiero comer!

― Toru, deja a mi pequeñita

― Son demasiado adorableeees – se quejó el azabache.

Dazai no podía dejar de reír – vamos Dazai-san, písale la pata

― Nou, Kunikida-san y Mori me dijeron que si meto pata de nuevo en un auto no me sacarán de la cárcel, y llevamos a los bebés prefiero ser prudente

― Llegaremos a casa de aquí a 4 días

― Ya Toru, deja de molestar a Dazai-san

― Atsushi no me dejas jugar – se quejó el azabache

6 + 1 con amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora