I. El Rey y el Bailarín

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El Rey

Kim Taehyung, era el Rey más poderoso de aquella ciudad, Midori no Oka, era una ciudad rodeada por colinas hermosas y verdes, de allí su nombre. Pero este rey era sádico y brutal, conocido por todos como el hombre más cruel, quien tomaba lo que deseaba y luego se deshacía de todo. Sin embargo, era un hombre hermoso, alto y fuerte, de gran temple y sabiduría; nadie podía negar que al verlo todos sucumbían ante su poder. Cabello negro como la noche, hermosos ojos negros y una sonrisa geométrica que dejaba embobado a cualquiera.

 El Rey era todo un sueño de las madres con hijas en edad casadera, pero este se había casado tantas veces como si cambiara de ropa y había asesinado a cada una de las mujeres por no darle el placer necesario la primer noche. Nadie sabía el porqué de su capricho y el porqué de su odio hacia las mujeres, pues ninguna le bastaba y todas morían decapitadas.

Siempre ponía una excusa para su decisión, pese a ser un hombre que mantenía el progreso y la productividad no lograba perdonar a una sola mujer. ─ Era una llorona, fui muy delicado y la muy estúpida lloró y moqueó, tan asqueroso.

─ Pero su majestad, ella era una hermosa mujer.

─ Pero llorona... ¡Ah! La anterior era una tonta que ni sabía como gemir, parecían alaridos de mona pariendo. Así que búscame otra o te degollaré a ti.

Yoongi, el consejero del rey, no sabía que hacer y buscó por todo el reino de Midori no Oka a la mujer más hermosa. Hasta que dio con una chica hermosa y dulce que había vivido en las afueras de la ciudad, era de cabello rubio y ojos color miel, su piel blanca y mejillas sonrojadas. ¿Quién no sentiría placer con ella? Pensó el consejero, sin embargo la chica estaba muy enamorado de alguien más y no deseaba ser obligada a casarse con el rey.

Yoongi pensó mucho en si hacer lo que le pedía, sin embargo sabía que debía llevar a esa mujer o su familia estaría en peligro. Ji-Eun, su esposa, era una mujer piadosa y dulce, no merecía morir por no cumplir, él, con su deber.

Los días pasaron y fue llevada al palacio del rey donde se quedó boba viendo la majestuosidad y belleza de aquel Rey, sus músculos parecían acero puro y su piel bronceada era tan exótica que sintió sus piernas flaquear. Pero no lo amaba y sabía que sería asesinada ese misma noche de su boda. Fue entonces cuando su cerebro trabajó y pensó en su hermano, él era un hombre hermoso y con un cuerpo espectacular, bailaba con una sensualidad que dejaba a hombres y mujeres excitados con un solo movimiento de su cuerpo.

Sus padres lo habían alejado, pues era un doncel, los cuales eran repudiados en la sociedad, se había mudado a otra ciudad donde se dedicaba a bailar para entretener a hombres y mujeres, este al darse cuenta de que la obligaban a casarse con un rey cruel y temible que asesinaba a sus esposas por cualquier estupidez entonces decidió ir en su ayuda.

─ ¿Puedes seducirlo?

─ Puedo, pero ¿Qué ganarás con eso?

─ Debo vivir para huir con mi amado, él está listo para robarme durante las fiestas del sol, si logras entretenerlo podré vivir.

─ Eso significa que estaré con él durante diez días, pero según sé, él es amante de las mujeres.

─ ¿Acaso el gran Hope no podrá con el rey?

El Bailarín

Sonrió ante la pregunta de su hermana, él siempre había seducido a los hombres hasta al más hetero, Hope era la personificación del placer con aquellos labios deliciosos y sus piernas estilizadas. Sabía que lograría conquistarlo y aunque solo se había acostado con mujeres, siempre había deseado ser empotrado por un hombre tan hermoso y fuerte como el rey. Jung Hoseok tenía veinte años, toda su vida había vivido lejos del reino donde bailaba y entretenía, poseía un secreto que nadie sabía y nunca se había dejado tomar por un hombre, siempre lo hacía él.

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