Gen N° II

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El rescate fue un éxito rotundo, una nueva fábrica había sido desmantelada. Por lo que también había muchísimo trabajo en las manos de cada médico y uno que otro científico incluido ahí a Eijirō que al final se le terminó con su parte del trabajo y le fue asignado a un híbrido que había perdido a su progenitor.

Katsuki vio al humano cargar a un recién nacido híbrido de conejo a juzgar por su aroma. Cuando se acercó a Eijirō la cosita en brazos se removió preso del miedo haciendo que tuviera que retroceder.

─Creo que es tu aroma, Bakugō─se rió al ver cómo de asustado se ponía el león al haberse acercado a él ─los instintos de un recién nacido son muy primitivos así que reaccionan a un depredador natural.

─No voy a comerlo─un poco ofendido por la idea resoplo cruzándose de brazos sin acercarse de todos modos─no es ni un aperitivo.

Kirishima le dedico una sonrisa brillante ─bueno eso aún él no lo sabe. Solo siente que está en peligro, eso desaparecerá con forme vaya creciendo y vea que no eres una amenaza.

─¿Cuánto tiempo?─Katsuki lo vio seriamente pensando que lo dejo asombrado ¿Sería difícil estar cerca de Eijirō?─¿Es mucho tiempo?

─Depende, tu gruñias a todos los cuidadores hasta que llegaste a mi─divertido por por la mueca de Katsuki, arrullo al conejito todavía un poco incómodo por la presencia de híbrido─ Supongo que si tu aroma está cerca del mío en algún punto sabrá que no eres una amenaza.

Katsuki ignoro la parte donde decía hace cuánto lo conocía para centrarse en el bulto sobre los brazos de su humano ─¿Debería traer alguna ropa o sería muy pronto?─quería estar cerca del pelirrojo pero tampoco quería ejercer estrés en un ser tan diminuto que apenas comenzaba su vida.

─Oh, eso sería increíble. Trae una camisa tuya que no extrañes para que pueda usar. Si lo cargo manteniendo tu aroma en mi se sentirá menos amenazado.

La imagen de Eijirō con alguna de sus camisas puesta en el humano erizo su piel hasta el punto que su polla pálpito con ganas de sentir la carne aterciopelada alrededor de su circunferencia y nudo lo que le hizo querer salir de ahí antes de que se notará. Agradeció que Kirishima no tenía un olfato desarrollado cómo lo eran los híbridos porque sino estaría en una situación algo incomoda.

─Bien, lo traeré después. Estaré por ahí mientras haces lo que sea que se haga al cuidar un bebé; si necesitas ayuda con algo llámame ─rápidamente se despidió antes de obtener una respuesta positiva del hombre.

Huyo del lugar, no necesitaba que Eijirō pensara que era un raro por tener un erección al verlo con un bebé en brazos. Eso sonaba tan bizarro en todos los sentidos que estaba seguro no sería normal; se repitió a si mismo que el humano no lo juzgaría puesto que también era hombre y se sabía que a veces se tenían erecciones sorpresa.

Siguió su camino hasta residencia de los híbridos en busca de Shinso para un entrenamiento y quizá una conversación sobre sus sentimientos que le aquejaban sobre su lado animal ansiada poder formar un lazo con Eijirō. Grande fue su sorpresa al notar que la puerta de la cabaña estaba entreabierta; solo le tomo un segundo ponerse en alerta erizando los bellos de su nuca. Preparado para una posible batalla contra un posible cazador que de alguna manera se las ingenio para ingresar al complejo. Lejos de encontrarse con una posible batalla, la imagen de unas piernas envolviendo las caderas del pelimorado mientras este empujaba con ganas contra el cuerpo debajo suyo. Le dejo perplejo para procesar la situación.

Jodidamente estaba presente en un apareamiento. ¿Había sido consentido? No sería la primera vez que un híbrido reformado cayera en sus instintos en ciertas épocas del año en busca de un criador.

| New Era: Mandatory Hybrids | BKKR  BY IllumiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora