Josh y Donnie caminaban por el pasillo para dirigirse al comedor mientras el primero le preguntaba cómo iban las clases con Leah.
- Van bien, después de cenar tengo que ir con ella, tiene algo importante que decirme. -
- Bueno... Acuérdate de usar protección. -
- ¡Josh! -
- Perdona, perdona, es que me hace gracia pensar que, durante las clases particulares, hacéis de todo menos mejorar con las armas. - Josh se rió.
- Eres un gran hijo de puta. - Le recriminó su mejor amigo.
- Lo sé. - Le contestó con una sonrisa.
Mientras cenaban, Gregory se sentó frente a Donnie, quien levantó la cabeza y se lo quedó mirando en silencio.
- ¿Qué quieres, Gregory? - Le preguntó.
Él se rió y de un golpe tiró la bandeja con comida de Donnie al suelo.
- ¿Qué estás haciendo? -
- ¿Qué estoy haciendo? - Gregory se rió. - ¡Venir a decirte las verdades que nadie te dice! ¡No mereces favoritismos por haberte follado a la profesora! ¿¡Lo entiendes!? ¡Leah no debería tenerte como favorito por un poco de placer que le hayas dado! ¿¡Vale!? -
El chico agachó la cabeza con las lágrimas inundando sus ojos, no soportaba los gritos.
- Si no te alejas de Leah, tendremos problemas, Donnie, muchos, y quizás tu muerte los solucionaría todos. -
- ¡Hasta aquí! - Leah entró a la sala hecha una furia y cogió a Gregory del cuello de su jersey para tirarlo al suelo. - ¿¡Se puede saber qué coño haces!? ¿¡Quién te crees para pensar qué podrías meterte con cualquiera e irte como si no pasara nada!? -
Él se levantó del suelo adolorido y la miró.
- ¿Ya estás protegiendo a Donnie? -
- No, Gregory, ha sido suerte que te pillara metiéndote con él, venía a buscarlo, a él y a Josh, tengo que hablar con ambos. - Mintió Leah, llevaba observando al matón durante todo el día.
Les dio una mirada a los amigos y ellos se levantaron para seguirla hasta la sala de tiro.
- ¿Qué necesitas? - Preguntó Josh antes de entrar.
- Nada. - Contestó la instructora. - Solo quería hablar con Donnie, pero sé bien que Gregory iba a atacarte si te dejaba solo, así que, mejor vete al cuarto, ¿Vale? Ya pronto es hora de dormir.
- Vale... -
Josh se alejó y Donnie y Leah entraron a la sala de tiro.
- Como odio a ese chico. - Se quejó la instructora.
- Sí, es de lo peor... -
- Oye, Donnie... - Ella se acercó para cogerlo del mentón, pero él se separó.
- Déjame en paz. - Susurró.
- Oye, no te tomes en serio las amenazas de Gregory, Donnie, e ignoralo. -
- Sí, para ti es muy fácil decirlo, ¿No? - Se quejó él. - Como sabes que puedes defenderte te es fácil decirlo, pero yo no voy armado, y soy pésimo en las batallas, Leah, jamás voy a poder contra alguien como Gregory. -
- Donnie, Donnie... Ven aquí... -
Leah lo cogió de la muñeca y lo atrajo hacia ella, estaba sentada sobre la barra, y la cabeza del chico quedó en el pecho de su instructora cuando ella lo rodeó con sus brazos.
ESTÁS LEYENDO
LA ENTRENADORA
Ficção AdolescenteLeah es la nueva profesora de armas en uno de los lugares más peculiares del mundo, pero toda ella oculta secretos y misterios.