Capítulo 3: Error y disculpa.
Tsukishima se había levantado temprano sin necesidad de alarma aquel sábado por la mañana, sin haber añorado tener que ir a clase. Vio a su compañero dormir sin las mantas a su lado, en una postura de retoño, y lo tapó tiernamente al salir con cuidado de la cama para no despertarlo. Luego frunció el ceño, porque aún estaba pensando en la carta de ayer. No solo por el hecho de que la carta fuera demasiado hermosa para ser cierta —y para haber sido entregada a alguien como él— sino que la información de la que se hablaba en ella era demasiado íntima como para que cualquiera pudiera obtenerla con facilidad. Él no hablaba de sus gustos y aficiones con nadie más que con Yamaguchi. Pensó en dos posibilidades. La primera es que alguien había espiado sus conversaciones, lo cual tendría sentido porque el instituto es grande y nunca sabes quién puede estar cerca mientras hablas naturalmente con tus amigos. Sin embargo, dado el comportamiento sospechoso del peliverde, lo más seguro es que se inclinara a la segunda posibilidad. Está claro que él conoce al escritor o escritora de la carta y está en una relación de colaboración para que sea un éxito. «Lo está ayudando» sintetizó en su cabeza. No le importaba del todo, era algo que dada la amabilidad del pecoso, muy natural en él. Sin embargo, la idea de alguien preguntando acerca de sus asuntos personales y de Yamaguchi divulgando la información sobre él lo disgustó un poco. Sabía que no tenía malas intenciones con sus actos, pero prefería que nadie ajeno a ambos hurgara en sus cosas privadas. No podía enfadarse con su único mejor amigo e indignarse con él de todos modos. Pero descartaba su ayuda a la hora de encontrar quién fue la persona que escribió. Se paró a pensar qué clase de persona podría llegar a tener un interés tan fuerte con él como para preguntar por el consejo de Yamaguchi. «Tal vez alguien dentro del círculo de Tadashi» concluyó entonces. Sin embargo, el principal foco de su círculo de amigos en común se limitaba al club de volleyball. Descartó inmediatamente a muchas personas, sin embargo, no sabía hasta que punto Yamaguchi podía haber ayudado en la redacción de la carta, así que suspiró dándose por vencido. Con Yamaguchi escribiendo, cualquiera podría ser la persona a la que se le ocurrió escribir aquella carta. Se preguntó ahora más bien por el tema del interés por su persona. Kageyama estaba descartadísimo, Hinata también. Tanaka era demasiado heterosexual para hacer algo así, al igual que Nishinoya, Narita, Kinoshita o Ennoshita. Si ellos hubieran escrito una carta, incluso con la ayuda de Yamaguchi, habría sido para gastarle una broma, y el contenido de la carta apuntaba a sentimientos no sólo claramente reales, sino que además se trataban de sentimientos bastante fuertes, que con bastante seguridad debieron ser construidos progresivamente en un lapsus de mucho tiempo juntos. Dejó de pensar en los chicos entonces y pensó en si alguna de las dos mánager podría haber desarrollado aquella clase de sentimientos por él. No creía que fuera posible con Kyokō-san, porque apenas había intercambiado con ella un “gracias” por pasarle las botellas. Tal vez Yachi-san fuera una posibilidad plausible. Aunque bien es cierto que su mayor contacto fue en sus tutorías a los idiotas de Kageyama y Hinata, ambos desesperados porque estos prestaran atención, sí que era verdad que la pequeña rubia parecía ciertamente muy enamoradiza. Aunque quizá era puro nerviosismo innato, pero no podía descartarla del todo. Le parecía una buena opción por la que empezar a comprobar. Además, ella le agradaba medianamente, incluso aunque se llevara mejor —como todos, por otro lado— con Yamaguchi. «Quizá ese es el quid de la cuestión» Pensó entonces. Tal vez la sincronía que había visto entre ellos desde el principio se debiera a que Yachi estaba siendo aconsejada constantemente por Yamaguchi. Sin embargo, le costaba imaginar a Yachi acercándose a alguien sólo para obtener información sobre otra persona. Tal vez simplemente se llevaran bien, pero ella comenzó a desarrollar sentimientos por él y el peliverde le instigó a declararse. Además, ella, si mal no recordaba, sacaba unas notas impecables, así que con mucha seguridad podría redactar de maravilla, por lo cual lo único con lo que ayudaría su mejor amigo es con la información proporcionada. Para comprobar aquella teoría solo tendría que revisar su redacción, y la excusa perfecta era una tutoría con aquellos idiotas. Suspiró pesadamente, pero no había más opción o no podría comprobarlo.
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De tu Crux (TsukiYama)
FanfictionTsukishima siempre recibe cartas anónimas, pero una llamó su atención en especial y decide tratar de averiguar quién la escribió. Yamaguchi lo acompañará en el proceso aún a sabiendas de que él mismo es el autor de esa carta, su confesión. ¿Qué suce...