Capítulo 5: ¿Quién sujeta la vela?

1K 95 64
                                    


Anteriormente en “De tu crux”

“Lo que tengo que decirte no podía esperar un minuto más, Tsukishima-kun.” La chica inspiró hondo antes de hablar, y exhaló sus palabras. “Siento haber tardado tanto, pero…  Debes saber que… Que yo soy tu crux.” La chica, que llevaba el uniforme de clase con una linda chaqueta, se había atado el pelo con dos coletas, y había estado toqueteando las puntas de su pelo hasta ahora. Al decir eso último, su mirada que hasta ahora había estado nerviosa y con su punto de mira hacia abajo, cambió a mirarle directamente a sus ojos. ¿Se estaba retando a sí misma o estaba retando a Tsukishima?

“Ahora mismo… Masako-san… No tengo ni tiempo ni ganas de esta conversación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

“Ahora mismo… Masako-san… No tengo ni tiempo ni ganas de esta conversación. Y voy a quedarme a dormir en casa de Yamaguchi. También necesito una ducha y un cambio de ropa, como podrás apreciar por mi aspecto.” Tsukishima no apartó la mirada fija y nada inocente de la chica, y además, sonreía sarcástico. 

“Pero yo necesito hablarte hoy, Tsukishima-kun, y tiene que ser cuanto antes.” La chica agarró con sus suaves y delicadas manos las de él, con una sonrisa traviesa y un sonrojo que peinaba sus mejillas.  “No acepto un no por respuesta.” Declaró con decisión.

“Y yo no acepto tu propuesta, pero viendo lo obstinada que estás siendo, tendrás que tener paciencia.” Mantuvo la mirada y luego tocó a la puerta de Yamaguchi, sonriéndole a ella antes de que un adorable Yamaguchi les abriera en pijama.

“¿Uh? ¡Tsukki! ¿Ah… M-Masako-san... ? ¿Qué hacéis los dos aquí, tan tarde?”

“Yo me quedo aquí a dormir y ahora mismo me vas a dejar tu ducha y una muda preparada, Yamaguchi. Ah, y al parecer Masako-san se ha autodeclarado Crux y tiene algo urgente que debe contarme en cuanto consiga acomodarme. Mientras, podrías entretenerla, ¿verdad?”

Yamaguchi hizo todo tipo de muecas mientras su mejor amigo contaba todo eso, pero tras acabar se fue corriendo diciendo un “pasad” para ir a preparar la orden de Tsukishima, a lo que Masako-san se quedó estupefacta y bastante incómoda. Hacerse pasar por Crux en la casa del mismísimo Crux sonaba a un plan demasiado arriesgado. Pero estaba ya subiendo las escaleras hacia la habitación de Yamaguchi, y acababa de saludar a su madre casi por acto reflejo, así que no le quedaba otra que, como había dicho su amado Tsukishima, tener paciencia. Por lo menos, de alguna manera se había colado en la habitación del mejor amigo de su potencial novio, así que tal vez podría encontrar algo de información útil. Borrar toda prueba de que Tadashi-kun fuera el autor de las cartas también sería bastante conveniente para ser creída en caso de emergencia. Pero alejarlo de aquella casa más tarde, y de su archienemigo, parecía la opción más viable. Sin embargo, su antagonista personal ya había dejado su papel de sirviente y había ido inmediatamente a donde ella se encontraba al acabar de preparar las cosas que Kei necesitaba para ducharse.

 “No sé a qué estás jugando, pero no te dejaré ganar.” Advirtió Yamaguchi en un leve susurro con una sonrisa.

“¿Amenazándome crees que ganarás?” Sonrió confiada la chica. “Siempre gano. Siempre consigo lo que quiero, y quiero que Tsukki sea mi pareja. Siento lástima por ti. Todos tus intentos de que tu mejor amigo te quiera de otra manera, y yo me los voy a agenciar para robártelo. ¿Cómo te sientes al respecto?”

De tu Crux (TsukiYama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora