Hola, Tadashi.
Tengo que decir que descubrí algo que no sabía de ti. Incluso me atrevería a decir que fueron varios descubrimientos simultáneos. A pesar de que estudiamos juntos, y sé que tus puntos fuertes son asignaturas como lengua, literatura e informática, no tenía ni la más remota idea de que tú pudieras escribir… Así. No podría hacerlo, incluso aunque entienda todas las referencias que haces, no puedo hacer esas asociaciones mentales que tienes, ni embellecer mis palabras o forma de expresarme. De que yo pudiera provocar el sentimiento que te inspira para poder hacerlo, no estoy tan seguro… Creo que todo es mérito tuyo, tengas el sentimiento que tengas cuando escribes. Admiro como… Evolucionas constantemente en todos los aspectos que te propongas. En ocasiones siento que no eres consciente de tu verdadero potencial.
Te escribo esto como respuesta, y si yo lo he hecho a mano es porque no necesito el anonimato: tú me conoces, y me atrevo a decir que si yo me hubiera ocultado como tú lo has hecho, no tardarías menos de 3 minutos en darte cuenta de ello, porque así eres tú, sabes cuando algo se trata de mí. Y bueno, la mía no es una gran pieza literaria, ni tiene acertijos, ni nada oculto.
Sí, tengo que admitirlo: no me lo esperaba. Creo que no quería verlo por todo lo que implicaría siquiera la posibilidad. Vamos a ser francos, tú eres una de las pocas personas que puede soportar mi personalidad y aún así, quedarte. Sabiendo TODOS mis defectos. Porque desde fuera trato de parecer confiado, burlón, sarcástico, engreído… Pero tú sabes que todo eso es un escudo, una fachada, que aunque sea parte de mí, no deja de ser mi manera de relacionarme con la gente. Y tú te esforzaste por conocerme solo por una estupidez que yo ni siquiera recordaba. De repente, tenía un amigo. No un amigo cualquiera, sino el amigo. De esos que vienen a verte todos los días, de los que te apoyan y te ayudan incondicionalmente, de los que te hacen ver cuándo estás equivocado porque no haces más que perjudicarte a ti mismo. Nunca en mi vida habría podido desarrollar una relación tan profunda e importante por mi cuenta. Algo tan… Íntimo, pacífico, divertido… No podría haber sucedido con otra persona que no fueras tú. Y la verdad, no te voy a mentir, sin ninguna clase de experiencia amorosa previa, me da miedo equivocarme en cualquier detalle, porque ahora todo va a ser más intenso aún. No quiero perderte, Yamaguchi.
Pero ahora que he podido pararme a pensarlo… Todo tiene sentido. Como cuando te enfadaste porque Oikawa me tuviera como objetivo, como cuando guardas todas las fotos que nos hacemos juntos con una sonrisa de oreja a oreja… Como que a veces te pusieras nervioso por situaciones que yo en ese momento no comprendía. Como cuando duermes a mi lado siempre te quedas más tiempo durmiendo. Como cuando a veces me dirigías ciertas… Miradas que me costaba corresponder, porque me parecían tan intensas que era complicado para mí reaccionar de un modo adecuado.
Que te hayas guardado todo esto… Me hace sentir a mí mismo “patético”.
¿Cuán mal lo habrás pasado todo este tiempo?
¿Cuán complicado fue decidirse a contármelo algún día, como para encima darte cuenta que la mejor manera de llamar mi atención era esconderse, como una aguja en un pajar?
¿Te culpaste a ti mismo por tus sentimientos? ¿Pensaste que deberías haberlos enterrado? ¿Que lo mejor sería esperar a que se te pasara?
¿Pensaste que te odiaría, o que todo cambiaría si me lo decías cara a cara?
¿Creíste que… Me alejaría, a pesar de que no puedo imaginar mi vida sin ti?
¿Te preocupaba cómo reaccionaría nuestro entorno a algo así?…
…
…
Demonios, abrirse de esta manera es difícil, y ahora tengo que hablar sobre mis sentimientos. Es raro. Escribirlos… Nunca me planteé tener que hacer nada así. Puede que no lo parezca, pero me estoy esforzando porque te mereces esta respuesta.
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De tu Crux (TsukiYama)
FanfictionTsukishima siempre recibe cartas anónimas, pero una llamó su atención en especial y decide tratar de averiguar quién la escribió. Yamaguchi lo acompañará en el proceso aún a sabiendas de que él mismo es el autor de esa carta, su confesión. ¿Qué suce...