4 - La publicación

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Me desperté sin saber donde estaba. Me dolía la cabeza por culpa de anoche, de eso si me acordaba. Había bebido. Intente entender en donde estaba y recordar lo que había pasado tras desmayarme. Observé mejor la habitación en la que estaba, no tenía ni idea de quien era esa habitación. De pronto noté que había una figura humana a mi lado roncando. ¿Qué hacía en la misma cama que Jace?

- Jace - susurré intentando despertarlo - Jace...

- ¿Qué pasa? - me contestó el recién despierto.

- ¿Qué hago aquí?

- Molestar.

- Que malo eres - se rió - ¿Por qué llevo ropa que no es mía? Jace, ¿Qué me has hecho?

- ¿Qué que te he hecho yo? ¡Si te he llevado a mi casa porque estabas borracha y te habías desmayado! Te he dado mi ropa porque la tuya estaba mojada y encima me la pediste tú.

- ¿Y quien me ha puesto la ropa?

- Tú misma, si fuiste al baño y todo - ya me acordaba. Le había pedido a Jace que me buscara algo de ropa para ponerme mientras ojeaba la foto familiar que tenía en su escritorio. Por si acaso miré si la foto aún estaba y no era producto de mi imaginación.

- Es verdad... perdón - me reí, pero la risa no
duró mucho porque me empecé a marear.

- ¿Estas bien?

- Si, pero me duele la cabeza... ¿Podrías llevarme a casa?

- Oh claro... solo hay un problema... Ayer perdiste los zapatos en la fiesta - ¿Es enserio? ¿Dónde estaba mi cabeza cuando perdí mis zapatos?

Besando a Mason

No... otra vez no por favor... ¿Había vuelto a besar a Mason? No espera... ¡Me había besado él! Mason me había besado después de todo lo que había pasado con Arya. Y lo peor es que yo me había dejado besar.

- No me jodas...

- ¿Quieres unas chanclas? - me preguntó enseñándome unas chanclas azules un poco viejas - Son de hace 5 años cuando tenía el pie más pequeño - vale, mis sospechas se confirmaron, eran viejísimas.

- Gracias Jace - las tomé y sorprendentemente me iban bien. Me puse mi vestido de anoche que aún olía a cerveza, seguramente porque se me cayó la cerveza encima o algo. Jace se puso una de su emblemática sudadera gris (como si no tuviera otras) y bajamos las escaleras. Me pregunto yo... ¿Cómo me ha podido subir hasta arriba? Me fijé mejor en la casa, ¡Era enorme! Se notaba mucho lo rico que era Jace, pero ese no era mi problema. Los muebles parecían ser nuevos y el olor a piel me encantaba. La casa tenía un estilo futurista y todo estaba muy ordenado y puesto a la perfección.

- ¿Qué es lo que miras tanto Emilie? - me preguntó Jace curioso.

- Nada nada... solo estaba observando tu casa, ¿Están tus padres aquí?

- No... están trabajando... sí trabajando... sí...

- ¿Estás bien? - No debí haberle preguntado sobre sus padres, estaba claro que lo incomodaba. ¿Pero por qué lo incomodaba? - ¿Quieres que vayamos a mi casa ya?

- Sí estoy bien... venga te llevo - Salimos de su casa y entramos en el coche. Estuvimos durante todo el camino en silencio, él conducía y yo miraba por la ventana. Cuando llegamos, salimos del coche, Jace aún sin hablarme.

- Gracias por llevarme Jace... y por todo.

- Denada - dijo Jace a secas.

- Oye, ¿Te ha molestado algo que he dicho?

Pillada de ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora