8 - Bailando bajo la lluvia

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No recordaba casi nada de lo que pasó ayer. Ivy y yo bebimos demasiado. Las bebidas me habían sentado bastante mal y me habían hecho vomitar varias veces. Me reía, bailaba, bebía, todo iba tan rápido y lento a la vez. Pensaba que era feliz, que mi vida estaba resuelta y que todo iba bien, hasta que Ivy me sacó a rastras del club.

- Ha sido una noche de locos - se rió Ivy borracha. Se estaba tambaleando de un lado a otro - Estaba por tirarme a aquel bartender buenorro - me reí sonoramente por aquella declaración de Ivy. El alcohol me estaba haciendo demasiado efecto. No controlaba mi cuerpo y casi me caí al suelo.

- Y yo - me volví a reír aunque Ivy no parecía estar muy feliz de escucharme estar de acuerdo.

- Emilie... - empezó - ¿Por qué siempre quieres tener todo lo que yo tengo?- esa pregunta me pilló por sorpresa y no sabía que decir - ¿Por qué nunca tienes tu propia opinión y siempre estas para quitarme lo que es mío? - La Emilie sobria se hubiera callado y dejaría que le hagan observaciones, pero la Emilie ebria de pies a cabeza, desde luego que no.

Tal vez, eso es algo bueno de estar ebrio...

- No lo sé - me reí como tonta. Ella a pesar de haber bebido mucho más que yo, mantenía la compostura y una cara indignada pero
confusa - Puede ser porque mi madre siempre me ha dicho que tengo que ser como tú... ya que... eres mejor en todos los aspectos - le sonreí con inocencia.

- Ya pero eso no te da derecho a coquetear con el chico que me gusta ¿sabes?

- ¡Ni siquiera estaba coqueteando! - me defendí - Yo solo... Él... - no sabía que decir. Desvié la mirada pero ella prosiguió.

- Se llama Luke y es el chico del que estoy enamorada desde hace ya tiempo...

- Ya pero no es mi culpa que me ponga apodos sobre mi físico.

- ¡Sí es tu culpa si le sigues el juego!

- Si tanto te gusta... ¿Por qué me has dicho que querías tirarte a ese chico?

- ¡Porque quería comprobar tu respuesta!

- Mira Ivy, eres mi prima, me da igual cualquier chico del que estés enamorada, pero tu también haces cosas sin pensar que hacen daño a la gente - esperé una respuesta de parte suya pero no dijo nada.

Un silencio incómodo se armó entre nosotras. Tras unos segundos de tensión, decidí romper el silencio.

- ¿Podría preguntarte algo? - pregunté. Ella asintió con la cabeza - Sé sincera... ¿Por qué me has humillado antes en el restaurante?

- Por qué... - ella balbuceó.

- ¿Lo ves Ivy? No somos tan diferentes - dí media vuelta y empecé a caminar. A pesar de dejar a mi prima sin palabras me sentía una mierda. Sentía como si le hubiera arrebatado lo suyo y ahora la había hecho que se sintiera mal. Quise dar la vuelta y correr hacia ella para disculparme por mis palabras pero mi orgullo no me dejaba hacerlo. De alguna manera le había devuelto más o menos el daño que me hizo ella a mí con sus palabras cada vez que no encontrábamos. En realidad... tampoco le había arrebatado nada, de hecho, estaba segura de que no iba a volver al restaurante de mi tía e ignoraría de todas las maneras posibles a Luke. No me atraía de la forma a la cual le atraía a Ivy, por lo tanto, no quería tener nada que ver con él. Tampoco quería, porque... después de todo lo ocurrido con Mason, empezaba a sentir algo por Jason. Aunque Mason se disculpara y ahora seamos amigos, no creo que lo nuestro funcione, por mucho que lo siga queriendo. Ojalá poder olvidarlo y centrarme en Jason, que parece sentir algo por mí también, juro que lo he intentado muchas veces, pero, no lo consigo.

Caminé por las calles, mi casa estaba bastante lejos. Para llegar al restaurante, tuve que pillar el metro y luego andar quince minutos hasta encontrarme con Ivy y luego andar otros quince. Mi teléfono aún tenía un quince por ciento de batería y tenía suficiente dinero para pagarme un taxi hasta la estación de metro. Al tener la tarjeta de metro premium, podía viajar tantas veces como quisiera durante tres meses. Guardé mi móvil en el bolsillo interior de mi chaqueta y seguí caminando por callejones. Llamé a un taxi y me quedé esperando en la acera respaldándome con una farola que emitía una luz amarilla muy brillante. Observé como pasaban los coches, aunque fuese de noche, vivía en una ciudad llena de gente que trabajaba por la noche y sobretodo que salía a trabajar a estas horas. Mientras observaba los coches pasar, noté una figura masculina que se acercaba a mí desde atrás. Me asusté un poco al recordar la advertencia de mi madre "Ten cuidado en la calle y sobretodo nunca estes sola, porque la gente se aprovecha de estas situaciones para hacerte daño". Me fijé en si había alguien en la otra acera... no había nadie. Curiosamente tampoco habían coches, bueno sí, pero estaban muy lejos de dónde estaba yo. Me apresuré a caminar en dirección contraria al hombre. Para mi horror, él comenzó a caminar mas deprisa y eso me dio aún más miedo.

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