Ahí estaba yo, decidiéndome por si avanzar o retroceder ante la imagen de Mason apoyado en la pared exterior de su casa, con un smoking y el pelo perfectamente peinado hacia atrás. Cuando nuestras miradas coincidieron en un mismo punto, supe que no había vuelta atrás, debía poner fin a este malentendido. Me acerqué decidida a cumplir mi propósito de arreglar las cosas, y observé como Mason se incorporaba para recibir mis palabras.
- Hola - dijimos a la vez. Esbocé una pequeña sonrisa nerviosa pero se esfumó cuando vi que Mason permanecía igual de indiferente.
- ¿Que tal? - pregunté para empezar de buen rollo.
- ¿Cómo crees? - me respondió con tono irónico.
- Bueno... Sé que ahora en tu cabeza pasan miles de pensamientos erróneos pero... - tomé las riendas del asunto - No es lo que parece.
- ¿Y qué es lo que parece?
- ¡Deja de hacer preguntas de las cuales ya sabes la respuesta! - exclamé malhumorada. El puso los ojos en blanco y se quedo en silencio. Aproveché para hablar - No tengo porque darte explicaciones., sin embargo...
- Eso mismo, tu lo has dicho - me interrumpió - No tienes porque darme explicaciones y mucho menos a mí que no soy tu pareja.
- Uno, no me interrumpas, dos, sé lo que tengo que decir y quiero que me dejes hablar por mucho que no quieras escucharme.
- Me da igual lo que quieras Emilie, no quiero escucharte, no necesito nada de ti, solo quiero que acabe este día de mierda por una vez - bufó.
- ¿Quieres saber una cosa? No sé cómo ni por qué piensas que he besado a tu hermano, y aunque lo hubiera hecho, no tienes porque estar enfadado ni resentido conmigo, total, tu mismo has decidido olvidar tu promesa y echar todo a perder.
- ¿Yo? - se sorprendió.
- Sí, tú. Aunque no lo creas, he estado creyendo en tu estúpida promesa durante todo este tiempo, y quiero que sepas que estás siendo un completo egoísta.
- Sí claro - refunfuñó.
- Pues sí. Y realmente no entiendo porque te enfadas conmigo, total, no somos nada - hice una pausa para recapacitar lo que iba a decir a continuación - Sinceramente, te desconozco Mason.
- No puedes hacer nada para cambiar lo que siento por ti - susurró para si mismo.
- ¿Y que sientes por mí? - quise saber.
- Nada - declaró él. Entonces ya no pude más. Me sentía vulnerable, el pecho me ardía y el corazón me palpitaba a mil. Estaba a punto de estallar en lágrimas y caer a sus pies como una alma en pena, pero no, esta vez no. Me limité a mirarlo fijamente y dedicarle una sonrisa dolorida. A veces, una expresión vale más que mil palabras, y la mía valía un millón.
- Esta bien. Ahora dime la verdad - proseguí -¿Alguna vez sentiste algo por mí o todo fue fingido?
- No, nunca sentí nada por ti - volvió a negar. Suspiré y tragué saliva. ¿Por qué coño seguía preguntándole si sabía que acabaría haciéndome más daño?
- Y por último... - respiré hondo - ¿Por qué me hiciste pensar que todo lo nuestro fue real?
- No hay un «nuestro», solo eres tú, que te ilusionaste conmigo por un par de palabras insignificantes - cerré los ojos con fuerza. No podía creer que Mason fuese tan cruel conmigo. Todas esas esperanzas que tenía de que algún día acabáramos juntos se borraron. Todas y cada una de ellas se marcharon para dejar aparecer unas
- ¿Me puedes hacer un favor? - le pedí nuevamente. El asintió - Cierra las ojos - le ordené. Él dudó un poco pero finalmente cerró los ojos con desconfianza. Me acerqué a él indecisa pensando en si debía hacer o no lo que tenía pensado.
Hazlo
Me incliné sobre él y lo besé. El contacto de nuestros labios me hizo estremecer. Me apegué a su pecho y noté lo rápido que latía su corazón. Por un instante quise seguir y olvidar mi orgullo, pero no, esta vez tampoco. Esta vez no iba a pisotearme yo misma y caer en la tentación. Lo aparté de un leve empujón y lo miré fijamente. Su expresión desconcertada me dio poder para emprender una decisión que cambiaría mi vida por completo.
- Este beso marca el final de todo, el final de nuestra falsa amistad, porque esta claro que nunca fue verdadera. Estoy cien por cien segura de que te superaré, porque personas como tú no vale la pena recordar. Sin embargo... tú lo tendrás mucho más difícil - hice una pausa para dar más gravedad a mis palabras - Estarás cada día, noche y mañana pensando en mí, en lo imbécil que fuiste conmigo, porque déjame contarte una cosa Parker, una de mis mayores virtudes es que soy inolvidable - decidida, di media vuelta y me alejé dolorida. Me marché de esa estúpida fiesta a la que desearía no haber ido nunca. Me despedí del portero por educación y tras girar la primera esquina me paré en seco para apoyarme sobre un muro y sujetar mi cuerpo para no caerme. Estaba devastada. Las lágrimas caían por mis mejillas como las gotas de lluvia en un día de tormenta. Me costaba respirar y eventualmente me desmoroné sobre mis pies. Había sido una completa idiota al creer que algún día estaría a la altura de Arya. Fui tan tonta al pensar que Mason algún día se fijaría en mí... Resumidamente, me dejé llevar por mis ilusiones.
Porque esa es la gran diferencia entre nosotros, yo siento miles de cosas por él, mientras él las pretende sentir.
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Pillada de ti
Romance¿Qué se hace cuando te enamoras del novio de tu mejor amiga? ¿Cómo puede reaccionar él cuando lo besas en tu habitación? ¿Estarías dispuesta para dar todo por amor? Descubre como se desencadena esta historia de amor juvenil, en donde Emilie se ve...