Capítulo 11: Madre

147 15 2
                                    


Por lo general, cuando Yanfei esperaba a que Tao la llamara, se ocupaba de su trabajo. Sin embargo, había terminado temprano, así que no tenía nada qué hacer y ninguna llamada que esperar, ya que Tao iba a ir a casa de su hermana por un tiempo y dejaría el teléfono en casa. Se sentó en silencio en su habitación por un rato antes de decidir qué pasaría el tiempo fuera. No había salido a caminar por un tiempo, así que decidió que sería lo mejor; además, sabía que Tao se enojaría con ella por no usar su día libre sabiamente. Se puso una sudadera con capucha, se guardó el teléfono en el bolsillo y bajó las escaleras con dificultad, saliendo de su porche. Comprobó las flores y, como esperaba, todavía no había crecido nada. Era la parte aterradora del cultivo de flores, al principio no sabías si algo estaba pasando todavía.

Decidió que iría al parque. Trajo un pequeño cuaderno y un lápiz para dibujar lo que le rodeaba, como solía hacer con su padre cuando era joven. Vio el columpio y encontró un banco cerca. Se sentó, suspiró y comenzó a marcar líneas en su cuaderno.

– no, Schara, te dije que no fueras malo y no me escuchaste. – Yanfei escuchó decir a un chico. Se dio la vuelta y vio a Xinqiu regañando a un gruñón Scharamouse.

– ¡pero yo quiero helado como Kazuha! No es justo. – lloró, pero su padre no cesaba. Xinqiu lo señaló con un dedo de manera amenazante, – ¡te lo dije millones de veces!, ¡no seas malo con los otros niños! ¿y qué haces? ¡llamas a Ei "Shogun" hasta que lloró!

La boca de Scharamouse se abrió de par en par, – ¡A ELLA LE GUSTA QUE LA LLAMEN ASÍ! ¡ES SU APODO, PAPÁ XINQIU!

– bien, entonces, – dijo Xinqiu con un tono de cansancio en su voz, – si eso no la hizo llorar, ¿qué lo hizo?

Scharamouse bajó la cabeza en señal de derrota, – la perseguí con un palo y le dije que si se me acercaba lo suficiente la empujaría.

El tono de voz de Xinqiu era de incredulidad total. – Schara, no puedes andar haciendo eso.

– ella de-merece-

– ¿se lo merece? – le ayudó a finalizar la frase Xinqiu.

– sí, esa palabra.

– ¿por qué se lo merece? – preguntó Xinqiu, tratando de comprender a su hijo.

– ¡porque es igual de mala que Shogun! – Xinqiu suspiró y se alejó. Vio a Yanfei en el banco y saludó.

– oh, hola, ¿hablaste con mi esposo el otro día, creo?

Yanfei asintió. – Chongyun, sí. – sonrió y luego hizo un gesto hacia Scharamouse, quien tenía los brazos cruzados y se rehusaba a mirarla a los ojos. – así que este pequeño sigue teniendo problemas, ya veo.

Chongyun caminaba con Kazuha hacia ellos ahora. Kazuha miró a Scharamouse, corriendo a su lado. – ¡aquí, Schara, podemos dividirlo! – Scharamouse estaba tratando de fingir estar enojado, pero finalmente cedió cuando Kazuha le dio un poco de su helado.

Mientras tanto, los ojos de Chongyun miraron a Xinqiu y Yanfei hablando, – ¡Yanfei! – exclamó, – es un placer verte aquí.

– hola Chongyun, – saludó, – ¿cómo fue el encuentro con tu madre?

Chongyun lo pensó por un segundo, – muy extraño. Se niega constantemente a volver a casa aquí, pero de repente recibimos una llamada que dice que está en un vuelo a Liyue y que preparemos la habitación de invitados.

Yanfei río suavemente, – ¿la cena ha ido bien, sin embargo?

Chongyun asintió con la cabeza. – yo diría que sí. Scharamouse era un poco tímido y estaba cansado al principio, pero se entusiasmó con ella cuando lo protegió de la tía Shenhe.

Yanfei sonrió. – suena como un buen momento.

Chongyun negó con una sonrisa, – ni siquiera tenemos una habitación de invitados. – soltó un quejido, – se quedó con la habitación que usamos Xinqiu y yo y no hizo dormir con Scharamouse.

– suena como toda una anciana. – respondió Yanfei, y ambos compartieron una carcajada.

Chongyun miró a Yanfei de cerca, casi como si estuviera esperando una cierta reacción, pero no encontró nada allí. – oh, – Chongyun vio el libro y el lápiz de Yanfei, – ¿puedo tomar prestado tu lápiz por un momento? – Yanfei asintió y le entregó el lápiz. Chongyun sacó su cuaderno de bolsillo y marcó algunas líneas antes de devolverlo. – gracias.

Yanfei tomó el lápiz. – no hay problema. ¿qué te trae al parque?

Chongyun se volvió hacia Xinqiu y luego de regreso a Yanfei y susurró, – con toda honestidad, para escapar de mi madre.

– ¿es tan mala?

– no necesariamente. – explicó Chongyun, – vive en Mondstadt. Obviamente soy de mondstadt y nací allí, pero ella no lo era. De todos modos, esa es una historia demasiado larga, básicamente está de mal humor porque es vieja y por el desface de horario.

– de hecho, he pensado en lo gracioso que es el hecho de terminar todos los de mondstadt en el mismo vecindario a un par de casas en Liyue. – Yanfei bromeó.

Chongyun asintió. – sí, bueno, – se comió una cucharada de su helado, – mi madre nos compró una casa aquí, dijo que Liyue era divertido. Quiero decir, quién diría que no a una casa.

Yanfei estaba pensando en lo que dijo Chongyun cuando de repente, de la nada, Shenhe caminaba hacia ellos, tirando de su cabello.

– ¿también vienes aquí para escapar de ella, Shenhe? – bromeó Chongyun.

Shenhe puso los ojos en blanco, – sigue queriendo que pelee contra ella. – se quejó, – una anciana que quiere pelear conmigo.

Chongyun se volvió hacia Yanfei. – mi madre y su viejo amigo solían venir y enseñarnos a pelear. Esgrimíamos y pateábamos lo que sea.

Yanfei no pudo evitar soltar una carcajada. – suena como una gran mujer.

– lo es. – respondió Shenhe mientras tomaba una taza de helado de la mesa.

– oh, Shenhe, – dijo Xinqiu y Shenhe se volvió hacia él. – ese es el helado de Kazuha, lo dejó ahí para ir a jugar con Scharamouse.

– ¿así que le estoy robando a un niño? – cuestionó Shenhe, – eso lo hace mucho mejor.

Yanfei pensó que realmente se robaría el helado, pero lo dejó y se sentó en la parte de la mesa del banco.

– entonces, Shenhe, eres de Liyue, pero supongo tú y Chongyun son hermanos. – preguntó Yanfei. Shenhe asintió con la cabeza.

– me he acostumbrado a este lugar, supongo. – se encogió de hombros, – Xinqiu, ¿estás seguro de que Kazuha se dará cuenta si me como este helado?

– déjalo en paz, Shenhe. – reclamó Xinqiu con sorna y Shenhe suspiró en derrota, no podía ganar contra él.

Hubo una vibración proveniente del banco, Yanfei revisó su teléfono, pero no era el suyo. – no es el mío, creo que es tuyo.

Chongyun revisó su bolsillo trasero y de hecho su teléfono estaba sonando. – oh, es mi madre. – Chongyun respondió, y Yanfei pudo escuchar un leve murmullo. – sí, lo hice mamá. No, eso es mañana, no hoy. ¿cómo lo sé? Mamá, tú fuiste la que anotó esa fecha, ¿cómo no lo sabes? Está bien, está bien. Adiós, mamá.

Shenhe arqueó las cejas. – ella solo estaba, ehm, verificando a dónde fuimos. Dijo que fue un error dejarla sola en la casa.

– oh, no, ¿qué le hizo a la casa? – dijo Xinqiu.

– tendremos que averiguarlo. – Chongyun suspiró, – vamos a ir a casa ahora, Yanfei. Estoy un poco asustado por lo que le ha hecho a la casa, pero tal vez si llegamos lo suficientemente temprano podemos prevenir más daños.

Yanfei se río. – está bien, entonces. Se está haciendo tarde y probablemente debería irme a casa también.

Chongyun sonrió, – suena bien. ¡que tengas una buena velada, Yanfei!

– tú y tu familia también. – Yanfei les dijo adiós con la mano. 

Flores de 1970 (YanTao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora