Capítulo 11

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Severus Snape paso la siguiente hoja del libro que estaba leyendo, realmente ya no le estaba prestando atención. Desde que se había dado cuenta del error que estaba cometiendo con Harry al criarlo, decidió leer los libros que Nut le había dado, y lo había hecho aprendiendo pila de cosas nuevas. Sin embargo, no estaba del todo feliz con los métodos que había aprendido de esos libros. Principalmente con los castigos de tiempo fuera y azotes. A pesar de que les parecía muy anticuados, realmente no hacían sentir bien a su hijo, solo bastaba sentir lo que sentía Harry con esos castigos. Se sentía triste, dolido, incomprendido y solo. Y como padre eso no lo toleraría, no permitiría que su hijo se sintiera de esa manera con los castigos solo porque lo decían los libros de Nut. Aunque debía admitir que cuando su cachorro atacó a Aurora por celos, se dejó llevar y lo azotó, cometió un error y lo admitía. Sin embargo y en esa ocasión Harry no los sintió tanto, ya que aún estaba cegado por los celos y la rabia. Su mente viajo hacia aquella vez que Harry había hecho un berrinche y en vez de castigarlo como había aprendido, decidió ignorar a su hijo y dejar que se des ahogara tranquilo, para luego ofrecerle un abrazo y que viera que a pesar del desborde emocional que tuvo, que su padre estaría ahí para el. Y quería seguir ese camino, que su hijo supiera que a pesar de que cometiera  errores y que sus emociones se desbordaran, tendría a su padre para ser su apoyo emocionalmente. Quería que Harry tuviera la confianza de que si sucedían esos episodios ( ya que aún era un recién nacido como gatito infierno, eran normales que sucedieran) podría venir a buscar su ayuda sin temer a que su papá lo dejara solo y abandonado en una esquina de la habitación donde se encontrará, o que fuera golpeado en el trasero  un sin fin de veces por haber cometido un error del cual no era consciente. Era una criatura empática y sería muy injusto y egoísta seguir con esos castigos sabiendo como le hacia sentir a su pequeño.
Snape volvió a la realidad con una cosa en mente: cambiar los castigos para Harry. Y debía empezar por hablar con el de forma sería, de lo que se esperaría a partir de hoy de el. Por suerte aún era muy pequeño y podía cambiar las reglas sin problema. Ya que si fuera más grande ( por ejemplo de la edad de Nefferet) sería más complicado, ya que llevaría más años acostumbrado a las mismas reglas, y cambiarlas podría ser muy difícil y complicado. Dejo el libro a un lado y se levantó del sillón donde estaba recostado, dirigiéndose hacia la habitación de su hijo, donde este dormía  una siesta tranquilamente en su cuna. Se acercó a la cuna y observó a su hijo dormir, su pelo negro y lacio caía con gracia sobre su redondo y pequeño  rostro. Severus estiro su mano y acarició el cabello de su cachorro, el niño comenzó a moverse tratando de quitarse lo que sea que lo estaba molestando. Cuando no pudo hacerlo abrió sus ojitos para observar lo que sea que lo estuviera molestando. Sus ojitos se fijaron en su papá y brillaron por unos segundos, hasta que el sueño comenzó a hacerse presente en su mente, haciéndolo quejarse

— vamos pequeño, es hora de despertar — susurro Severus suave y afectuosamente

El bebé se quejo pero se dio la vuelta para quedar boca arriba, permitiéndole observar a su papá. Snape sonrió y agarro a su hijo en brazos para colocarlo en el cambiador , comenzando a sacarle el Body que traía color azul, le quitó el pañal mojado y limpio las partes privadas de este, asegurándose de colocar luego de limpiar estas áreas, bastante crema. Aunque en realidad no era necesario ya que el pañal de tela no generaba sarpullidos ni irritaciones, esa era una gran ventaja y el porque había elegido este tipo de pañales en vez de los desechables que vendían en cualquier lado. Aún así y para evitar posibles inconvenientes, le coloco la crema y alcanzó un pañal con unos pequeños jugadores de Quidditch que perseguían una snitch. Se lo coloco a su hijo y volvió a abrochar el Body.

Severus con su hijo en brazos, al salir de la habitación agarro de camino el pingüino azul que tanto le gustaba a Harry, y se dirigió hacia la sala de estar. Donde se sentó en el sillón, y acomodo a su hijo de modo que este lo quedará de frente a el, dándole el pingüino para que se entretuviera mientras hablaban. Snape observó como su hijo lo observaba atentamente

Cachorro (Severitus) Harry Potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora