Acababan de llegar a la casa de Jimin, con un Seokjin saltando con cada paso que daba felizmente, Yoongi con su cara de póker, y el rubiecito hablando de qué comerían.
Oyeron voces en el primer piso, y miraron curiosos la escalera mientras Jimin iba a donde su madre en la cocina, para pedirle algo de comida para él y sus invitados.
—¿Subimos? Puedes ver al de labios de corazón.
Yoongi gruñó, y negó, empezando a caminar hacia el comedor, pero una vez dió un paso fué jalado del cuello de su camiseta de Looney Tunes, y ya estaban corriendo con Seokjin escaleras arriba.
—Jin, nos retarán!– gritó bajito, cuando estaban llegando al pasillo, ubicando con sus ojos la puerta un poco abierta de dónde venían risas y algunos gritos.– La Señora Park no nos dió permiso de subir.
—¿Qué harán?– ignoró a su amigo, acercándose de a poco para poder ver por el pequeño espacio abierto de la puerta.
—No verás nada por ahí.
—No... ¿Y si toco?
—No.
—Pero Yoonie...
—Jin, nos retará la señora Park, vamos.– tomó su mano intentando llevárselo lejos de alli, pero el pequeño pelinegro se resistía poniendo fuerza para quedarse y avanzar.
—Le diremos que vinimos al baño y era urgente.
—Pero-
Yoongi no vió dónde pisaba, y entonces resbaló con un juguete en el piso, que seguramente los de dentro habían tirado hacía un rato. Intentó sujetarse de su amigo para no caer, y Seokjin intentando mantenerse de pie se fué demasiado adelante, perdiendo el equilibrio y cayendo ambos hacia adelante contra la puerta de la habitación poblada que husmeaban.
El ruido sonó algo estruendoso, sumado a quejas y algunos grititos de asombro no tan altos.
A Seokjin le dolió un poco su espalda, pero afortunadamente Yoongi era bastante delgado y liviano, más bajo y pequeño que él, así que sólo fué el impacto del golpe. Sin embargo la que sí dolió fué su boquita por golpearla contra el piso al caer.
Ambos miraron entonces hacia enfrente donde estaban los otros tres niños, quienes los miraban asombrados.
Ninguno decía nada, sólo se miraban, hasta que Hoseok se paró del suelo donde estaba sentado, y corrió a los dos chiquillos tirados para ayudarlos, extendiendo su mano.
Jin movió su pie disimuladamente, y Yoongi entendiendo tomó avergonzado la mano del pequeño que tanta atención le llamaba.
Se levantó algo torpe de encima de la espalda del pelinegro, y luego Hoseok ayudó amablemente a éste, recibiendo un par de gracias a las que respondió sonriendo.
—Son amigos de Jimin, el hermano de Namjoon, ¿no es así?
—S-si.– Jin respondió quedito, puesto que había enfocado su vista en el niño que tampoco dejaba de verlo extrañamente.
—¡Genial! Podemos jugar todos juntos!
—Hoseok no.– respondió una voz más atrás, perteneciente a un castaño de cabellos ondulados.
—Pero Tae-
—No. Y ya.
El rubio puchereó, y miró a su amigo y luego al par de niños frente a él.
—Lo siento.
Yoongi se encogió de hombros y se dió vuelta para volver abajo, su estómago gruñía de hambre además de sentir todos esos cosquilleos raros cuando veía al sonriente pequeño.
—No te preocupes. Puedes juntarte con nosotros algún día en la escuela.
—¡Si!
Ambos se sonrieron, y agitaron sus manitas hacia el otro para despedirse e irse cada uno por su lado.
—¡Taehyung eres muy malo, ésta nisiquiera es tu casa para que digas qué hacer!
—Sólo no quería jugar con esos niños. Jimin es raro.
—Es mi hermano.– replicó Namjoon, despejandose de sus pensamientos ante aquél comentario.
—Lo siento, sólo no quería... Con ustedes está bien.
Hoseok y Namjoon se miraron con una mueca, y el primer mencionado fué a sentarse nuevamente con los otros dos.
—¿En qué piensas, Namjoon?
—Es muy bonito...
—¿Qué?
—¡Nada!
—¡Namjoon está enamorado!
—¡No es cierto!
—No hablen de amor, da vómitos.
—Pero el amor es muy bonito, Taehyungie.
—Es feo, en la tele lo ví. Y en mis padres, y mi hermana con su novio.– hizo una mueca, haciendo reír a sus amigos.
—Es bonito, lo sientes justo aquí.– tocó el pechito de Namjoon dónde latía su corazón, el cuál estaba bastante eufórico, y al notar eso abrió de más los ojos y se apartó sorprendido.– Vaya, Namjoon siente mucho amor ahora, su corazón late demasiado rápido.– dijo enternecido y emocionado, sonrojando al morenito.
—¡No es verdad, Hoseok! ¡Fué el susto de cuando esos niños entraron!
—Ujum...– el pequeño de sonrisa de corazón entrecerró sus ojos dudoso, asintiendo despacio.
Él era pequeño, pero sabía sobre el tema del romance y le interesaba.
Bueno, el mismo se sentía como Namjoon ahora cuando veía a ése niño de ojos gatunos y piel muy blanquita. Su corazón también latía así de fuerte sin que lo quiera.
—Ya sé qué haré, Namjoonie. Seré tu gran cupido este año para que seas amigo de ese niño bonito. Y luego, cuando sean grandes, ¡estarán juntos!
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