Episodio 5: Algodón de azúcar arcoíris

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Seokjin comía felizmente su dulce en mano, mirando a Jimin atentamente que robaba un poco de su algodón de azúcar y le contaba algo que había pasado en su aula hacía unas horas.

Los dos niños reían muy alegres, pero al lado de ellos, un grupo de cuatro pequeños los miraban incómodos.

—¿Deberíamos decirles que estamos aquí?

—Espera un poco.

—Yo quiero algodón de azúcar.

—¡Yo te compro, Taehyungie!

En ese momento, el rubio y el pelinegro los miraron por el grito de Jungkook, y todos enmudecieron.

—¡Ah, estaban aquí! Vengan, traeré más algodón de azúcar!– Jimin sonrió feliz y corrió a su mochila dónde había traído el dulce especialmente para Jin porque se lo había pedido, pero no le molestaba compartir.– Siéntense.

Con timidez, todos se sentaron en las bancas de madera alrededor de la larga mesa, y sonreían incómodos, a excepción de Jungkook, que no prestaba atención a nadie más que a Seokjin para preguntarle sobre alguna tarea que tenían para el día siguiente.

—¿Le dirás a Seokjin?– Yoongi susurró en el oído de su amigo, que miraba incómodo a Taehyung enfrente suyo.

—Shh.

—Dile, así podrás jugar con él en vez de que Jimin lo haga.

Namjoon bufó, y miró ahora a Seokjin a un lado de Yoongi, un poco más lejos de ellos, que estaba compartiendo su esponjoso dulce con Jungkook y Taehyung.

Puchereó un poco, y miró sus manos sobre la mesa. Extrañaba a su amigo, y se sentía triste al pensar que estaba mejor con el castaño al lado suyo, que también era amigo de Jin.

—Bueno, invitaré a Jin a jugar. Pero tú también irás. Y nadie más.

—¡Si!

—Que no vaya su amigo ni Taehyung.– susurró bajito, agradeciendo que los otros tres estaban tan entretenidos hablando.

—Pero dile eso tú. ¿Porqué no quieres?

—Porque Jungkook es tonto, y Taehyung también.

Yoongi frunció el ceño, desentendido por la actitud de su mejor amigo. Decidió pedirle un trozo del algodón de azúcar a Jin, quién con gusto se lo dió, y uno adicional para Namjoon.

El timbre les obligó a volver dentro de sus salones, y todos se quejaron para levantarse rápido de allí con sus mochilas.

—Jinnie, ¿iremos a mi casa más tarde?

—Si! Mamá no estará en casa, dijo que podía ir contigo.

Jimin asintió con alegría, y tomó la mano del pequeño para ir dentro del establecimiento, ya que compartían clase.

El viento corría bastante fuerte, las nubes habían nublado todo el cielo antes completamente celeste, para volverse gris y anunciar una posible tormenta

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El viento corría bastante fuerte, las nubes habían nublado todo el cielo antes completamente celeste, para volverse gris y anunciar una posible tormenta.

Yoongi miró por la ventana con una mueca, y luego a su amigo sentado a su lado.—Va a llover y habrá truenos. ¿A ti te asustan, Namjoon?

—No. ¿Y tú?

—No, sólo a los pequeños les asusta eso. ¿Alguna vez has estado afuera durante la lluvia? Podemos hacer eso hoy!

—Mamá nunca me dejó hacerlo...

—¿Qué?! Es muy divertido! Vamos a mi casa y lo haremos.

Min miró al moreno con una sonrisa emocionada, y éste más convencido asintió empezando a sonreír, feliz con la idea.

Al salir de clases, la lluvia había comenzado, y todos los niños se alborotaron en la entrada del lugar, tratando de ir donde sus padres o buscándolos con la mirada.

Seokjin se perdió en medio de todos ellos, y cuando se dió cuenta estaba fuera del techo de la entrada, y las gotas de arriba empezaron a mojar su suéter favorito. Puchereó, empezando a buscar a su mejor amigo ya que se iría con él, pero no lo veía por ningún lado y además tenía que ponerse en puntas de pie para alcanzar ver algo entre toda la gente.

Las lágrimas también mojaron su rostro, pensando en que quizá Jimin olvidó que debían ir juntos y ya se fué a casa sin él. Sin embargo, antes de que pudiera sollozar más, sintió cómo la lluvia dejó de caer sobre él, y extrañado miró arriba, notando cómo un paraguas de ositos lo cubría.

Miró a su costado asustado, tratando de averigüar quién lo sostenía, y entonces vió el tímido rostro de Namjoon, quién le sonreía sosteniendo el paraguas sólo para él, mientras se mojaba su delgado suéter y los pantalones deportivos.

—Te estás mojando, Namjoon.

—No importa. Ven conmigo, iremos a casa de Yoongi, Jimin ya se fué.

Jin asintió, un poco triste porque su mejor amigo no estaba, pero algo dentro suyo estaba feliz de pasar tiempo con el bonito moreno.

Jin asintió, un poco triste porque su mejor amigo no estaba, pero algo dentro suyo estaba feliz de pasar tiempo con el bonito moreno

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besitos de algodón © namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora