Extraviados

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Me sentí feliz de que Senjuro aceptara venir con nosotros, y lo que había dicho Shinjuro sobre darle la bienvenida a alguien más a la familia, sabía que se refería a mí, estonces eso significaba que... "¿Qué Shinjuro sí estaba enamorado de mí?".

Analicé todas sus acciones desde que lo conocí, y cuando recordé que estábamos por darnos un beso, sentí que iba a explotar, ya no necesitaba más teorías ni pruebas.

Cuando estábamos por irnos, escuchamos un ruido algo desagradable, nos asomamos y vimos que el vagón se estaba separando de los demás, tratamos de gritar pero nadie nos escuchó.

Nos dirigimos hacia la parte de atrás, y nos fuimos por otro camino, era una bajada y no había frenos, muy parecido a lo que había pasado antes de llegar al fiordo, con esa pendiente sumamente inclinada.

- ¡¡Esperen!! ¡¡Cada vagón tiene su freno de emergencia!! ¡¡Hay que buscarlo!!

- ¡¡Déjame ayudarte!!

- ¡¡¿Padree?!!

- ¡¡Senjuro regresa, escóndete debajo de los asientos!!

- ¡¡Pero...!!

- ¡¡¡OBEDECE!!!

- ¡¡No lo encuentro!! ¡¡¿Dónde rayos está el freno!!?

Íbamos a gran velocidad, podríamos estrellarnos en cualquier momento, de pronto, escuché una voz familiar, venía de afuera, me sostenía con fuerza para no caerme y me asomé por la puerta, ví a ese hombre otra vez, me señalaba algo, parecía un volante de auto, después desapareció.

Segundos después, entramos a un túnel, escuchaba los gritos de desesperación de Senjuro, pronto llegó Shinjuro y me ayudó a girar el volante, conforme lo hacíamos, éste parecía frenar, tratamos de hacerlo lo más rápido posible antes de chocar con algo.

Tuvimos el presentimiento de que ya casi íbamos a parar, soltamos el freno y corrimos vagón adentro...

- ¡¡VAMOS A CHOCA...!!

El choque no me dejó terminar, y caímos los tres, para variar yo casi caigo encima de Shinjuro.

- ¿Están todos bien?

- Sí... Eso creo.

- ¿Senjuro, estás bien?

- Sí.

Al recuperar el sentido, nos dimos cuenta de que habíamos llegado a una clase de estación de trenes, lo extraño era que nuestro vagón, era el único que estaba ahí...

- Oigan, ¿oyeron eso?

- ¿Qué?

- Parece un latido, uno muy fuerte.

- Yo no escuché nada.

Shinjuro había afirmado escuchar algo.

- Sí mis oídos no se equivocan, él sonido viene de allá. - dijo señalando un túnel.

- Está muy lejos, será peligroso cruzar.

- Tengo una idea.

-...

- Pero tienen que prometerme que confiarán en mí.

-... Claro.

- Sí.

- Bien, Senjuro súbete a mi espalda, sujétate muy fuerte, Lank yo te llevaré en brazos.

No lo pensé dos veces y dejé que Shinjuro me cargara, estaba ilusionada, me sentía en el cielo.

- Les sugiero que cierren sus ojos...

- Pero...

- Tranquila, todo saldrá bien.

Sabía que Shinjuro haría algo arriesgado, pero algo me decía que podía confiar en él. Pude escuchar, claramente, su respiración, una muy profunda.

 Pude escuchar, claramente, su respiración, una muy profunda

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Retrocedió unos pasos...

- Concentración total.

Y luego...

- ¡¡Aaahhhh!!

No quería ver nada, pude sentir que volábamos; grité de terror, incluso escuché los gritos de Senjuro, Shinjuro había saltado una distancia muy larga, temía lo peor.

- ¡¡¡SUJÉTENSE!!!

De repente, escuché que habíamos aterrizado...

- Tranquilos, pueden abrir los ojos.

- ¿Lo logramos?

- Sí.

Habíamos llegado al otro lado, con un solo salto.

No lo podía creer, “¿de dónde había sacado tanta fuerza para saltar?”.

- ¡¿Cómo lo hizo?!

- Utilicé un método de respiración, que me ayuda hacer muchas cosas, tal vez algún día te enseñe.

Yo solo sonreí, la verdad, no tenía la menor idea de lo que estaba hablando.

Tan pronto como saltó, todos nos dirigímos al túnel, estaba oscuro pero sabíamos por dónde caminar.

Al salir de ahí, terminamos en un callejón solitario, decorado acorde a la Navidad.

- Estamos perdidos, no reconozco nada.

- Tampoco yo.

- Escucho algo allá arriba.

Senjuro me dijo que había escuchado algo, afortunadamente había ventanas que estaban abiertas pero estaba muy alto para asomarse.

- No alcanzo.

- Ya sé, tengo una idea, déjame cargarte y me dices lo que ves.

- Está bien.

Cargué a Senjuro y lo dirigí hacia la ventana.

- ¿Ves algo?

- No hay nadie, el lugar está vacío, solo hay un tocadiscos reproduciendo música.

De pronto, Shinjuro nos interrumpe...

- Es por ahí, ya lo escucho.

- También lo escuché, padre.

- Disculpen, pero yo no oigo nada.

- El sonido viene de allá.

- ¿Seguro?

-... Completamente.

Que carácter, creo que recordó la vez que estuvimos en la locomotora.

Senjuro y yo sólo nos quedamos viendo.

Continuará... 💟

Sayonara 🙋🏻‍♀️

Viaje hacia el Norte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora