De Regreso

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Yo estaba muy feliz con mi regalo.

El conductor se ofreció a llevarme con los demás, cuando llegué, corrí hacia Shinjuro y lo abracé con gran alegría, nada podía mejorar más ese momento.

El trineo de Santa estaba por partir...

Cuando lo logró, todos nos quedamos observando el momento que siempre nos habíamos imaginado desde que éramos tan solo unos niños.

No parpadeamos ni un solo segundo, estábamos extasiados, Santa dio unas cuantas vueltas por el lugar y desapareció en el aire, dejando caer mucho brillo y magia

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No parpadeamos ni un solo segundo, estábamos extasiados, Santa dio unas cuantas vueltas por el lugar y desapareció en el aire, dejando caer mucho brillo y magia.

Y luego, silencio absoluto...

Todos comenzamos a aplaudir, pero había llegado el momento de abordar el tren...

No sin antes escuchar algo de música e incluso bailar...

Una banda de duendes se pusieron a tocar canciones de Navidad al estilo Rock... Era muy pegajosa la música...

- ¿Quieres bailar, Lank?

- Será un placer, señor Rengoku.

Fuimos los únicos pasajeros que bailaron...

Fue el momento más divertido que he tenido, bailar con Shinjuro fue como estar en un sueño, hasta que la música cambió de ritmo...

De rock navideño a música relajante, aquellas baladas (navideñas) que bailas romántica y tranquilamente con tu pareja.

Shinjuro me ofreció su mano, yo estaba muy nerviosa, de nuevo mi corazón latía a mil por segundo, le dí mi mano y comemzamos a bailar al ritmo de la música...

Cerré mis ojos, dejándome llevar, temía que todo eso fuera simplemente, un sueño.

Y si lo era, desearía jamás despertar...

Después, nos dimos cuenta de que se nos había hecho tarde, y corrimos hacia el tren.

Afortunamente, el conductor revisaba los boletos de todos los pasajeros, había una gran fila, habíamos llegado justo a tiempo, Senjuro estaba ahí formado, esperando por nosotros.

Llegó nuestro turno y el conductor revisó nuestros pasajes...

- Ha sido una gran aventura, ¿no es así?

- Lo fue.

- La mejor de todas.

- Lo haría de nuevo.

- Pues quiero que sepan, los tres, que forman una gran familia, cada aventura nos pone a prueba, y ustedes la pasaron, estoy muy orgulloso.

- Nos halaga, señor. - dije con tranquilidad.

- Pues no se diga más, y regresen a casa.

Cuando nos subimos al tren, todos los pasajeros vinieron hasta a mí, querían que les mostrara mi regalo...

- Mi ragalo está en la cabeza.

- Ehhh, ¿en tu cabeza?

- Sip, ¿no lo ven?

- Sí tu regalo fue pedirle a Santa cabello, pues... Muy bien.

- ¡¿Qué?! Pero...

Al verme reflejada en la s ventanas del vagón, noté que no llevaba mi Diadema...

- ¡No por favor! Esto no está pasando.

- ¿Qué sucede, Lank?

- Mi Diadema, ya no está.

- Pero estaba en tu cabeza.

- Pero ya no está. ¿Qué voy a hacer?

- Tranquila, no te alteres. ¡Vamos ayúdenme a buscarla!

- Sí.

- ¡Vamos!

Todos buscaron en todo el vagón, pero ni había señales de mi Diadema.

- No está aquí.

- En el vagón no está.

- Ay, no.

- ¿Qué sucede?

- Tal vez se te cayó cuando estábamos bailando.

- ¿Qué? No puede ser, yo la traía en todo momento, habría sentido que se me caía.

- Pues no tengo otra teoría más creíble que ésta.

- Nooo.

De pronto, el tren comenzó a avanzar.

- Ya es tarde, no podemos bajarnos.

- Uy, que mala suerte.

- Al menos, tratamos.

- Sí.

Pero yo estaba triste, le debía mucho a ese listón, y lo había perdido, y ni siquiera me había dado cuenta.





Continuará... 💟





Sayonara 🙋🏻‍♀️

Viaje hacia el Norte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora