- Bien, la única forma de bajar será deslizándose.
- ¿No será peligroso?
- Para nada, confíen.
Nos acomodaron para bajar, el primero fue Shinjuro...
- Muy bien, ¡sálte!
Y terminó deslizándose de una forma increíble...
- Qué hermosa caída, buen estilo.
Abajo se encontraba el conductor que nos estaba esperando.
- Señor Rengoku, me alegro de verlo.
- Lo mismo digo, señor.
Y de la nada, salió corriendo aquella niña “nerd”...
- ¡Señor Rengokuuuu! - sin discreción, la niña corre hacia Shinjuro para abrazarlo.
Cuando ví dicha escena, no pude evitar enojarme, “¿Cómo se atrevía a ser tan insolente?”.
Senjuro lo vio todo, y después me dijo...
- Estás celosa.
- ¿Celosa? ¿Yo? Ay, Senjuro, imaginas cosas.
- Sé que estás enamorada de mi padre.
En cuanto dijo eso, me callé por completo, no moví ni un solo músculo, toda apenada miré a Senjuro...
- Tranquila, lo sé desde hace tiempo. - me dijo, con esa hermosa sonrisa en su carita.
-... ¿En serio?
- Ajá, eras tan obvia.
- Lo siento.
- No te preocupes, lo acepto.
- ¿Así de fácil? Pero... Él... Es muy mayor para mí, incluso, yo podría ser tu hermana mayor.
- Desde que te conocí, yo jamás te ví como tal. Observaba la manera en la que mi padre y tú se miraban, a él jamás lo había visto tan feliz con una mujer, claro, supongo que con mi madre sí lo fue, pero no la recuerdo mucho.
- Eres un jovencito muy maduro, para tu edad.
- Crecí con mi hermano y con mi padre, desde que mi hermano murió, he tenido que sobrellevar muchas cosas, el alcoholismo de mi padre, estar sin una madre, la ausencia de mi hermano...
- No tenía idea, de por lo que has pasado. Lo lamento.
- Pero de una cosa estoy muy seguro, la cosas mejorarán, y estoy notando un gran cambio.
Lo único que podía hacer era sonreírle, jamás había oído semejantes y sabias palabras de un muchacho de su edad, y yo estaba muy orgullosa de él, sin duda alguna, su madre y su hermano, también lo estarían.
Me había distraído tanto que olvidé que era la siguiente en saltar, no era una gran altura, pero tuve miedo, y en cuanto ví a Shinjuro, que me esperaba desde abajo, me gritó...
- ¡Tú puedes, Lank! ¡Yo te atrapo! ¡Confía en mí!
Sus palabras me alentaron, flexioné mis rodillas, y salté.
Me deslicé y cuando estaba por llegar al suelo, sentí que me habían atrapado unos brazos cálidos, había cerrado los ojos, y al abrirlos, ví el rostro de mi Shinjuro, que me cargaba con delicadeza, no pude evitar sonreír y reír de felicidad.
- ¡Esoooo, sabía que podías hacerlo! - gritó Senjuro desde arriba.
- Muy bien, sólo faltas tú.
- Ya voy.
- ¡Hey, hey hey!
- ¿Qué?
- El regalo... Se tiene que quedar.
- Pero...
- Descuida, estará en buenas manos, todos llegarán a su destino, no te preocupes.
Shinjuro y yo habíamos escuchado todo, Senjuro volteó hacia nosotros, solamente le dirigímos una sonrisa, diciendo que todo estaría bien.
Senjuro lo entendió, y tristemente, le dio el regalo al duende...
- Despreocúpate, ya verás que pronto estará en tus manos.
- ¡Vamos, Senjuro, tú puedes!
- ¡Ven, hijo, yo te atrapo, confía!
Temeroso, cubrió sus ojos y saltó; al abrirlos, nos vió a mí y a su padre sosteniéndolo.
Estaba llorando, pero no porque estuviera triste, sino porque estaba a salvo, con nosotros, sólo su padre y yo.
Continuará... 💟
Sayonara 🙋🏻♀️
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Viaje hacia el Norte
FantasíaEn un viaje lleno de magia y fantasía, Lank aborda un tren hacia el polo Norte, conoce a muchos seres fantásticos, se enamora de un hombre mayor que ella, tiene diferentes aventuras dentro y fuera del tren, y descubre que la magia y el amor no es al...