Despedida

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- Lo siento mucho, Lank.

- Descuide, señor Rengoku, no es su culpa.

Él se sentó a mi lado y me abrazó, tratando de consolarme.

- No me malinterpreten, estaba triste porque había perdido algo muy importante, no era cualquier diadema, era un regalo de Santa, era un listón rojo de terciopelo mágico, que me ayudó a creer nuevamente en el amor. En el mundo existen miles de diademas, pero esa era muy especial.

- Lo entendemos, también estaríamos tristes.

Me había quedado dormida, en los brazos de Shinjuro, y escuché que nos acercábamos a su casa.

- Lank.

- Hola, Senjuro.

- Ya llegué a mi casa.

- ¿Tan rápido llegamos?

- Creo que sí, ¿vienes padre?

- Mmm, tú adelantate, quiero acompañar a Lank a su casa, no te preocupes el tren dará la vuelta y regresaré.

- Está bien, adiós, Lank.

- Adiós, Senjuro. Feliz Navidad.

Y todos nos despedimos con un cálido abrazo.

Por la ventana vimos que Senjuro entraba a toda prisa a su casa...

- Lank, mira.

- ¿Qué sucede?

- Santa ya pasó por nuestra casa.

Y Senjuro salió con el regalo de su madre en brazos.

- ¡Padre, Lank, miren! - nos gritaba Senjuro desde la casa.

- ¡Jamás había visto a mi hijo tan feliz!

- Es increíble.

Después nos fuimos alejando de su casa, yo estaba feliz, incluso me dio esperanza de que, tal vez, sólo tal vez, encontraría mi regalo en mi casa.

Pasaron los minutos y me pareció familiar la zona por donde pasábamos, nos estábamos acercando a mi casa.

Reconocí las casas, las avenidas, hasta que el tren comenzó a detenerse, justo enfrente de mi casa.

Cuando estaba por bajarme del tren, Shinjuro y la niña Nerd, se despidieron de mí.

- Realmente lamento lo de tu regalo, Lank.

- No se preocupe, señor Rengoku, no pasa nada.

- Bueno, la intención es lo que cuenta ¿no? - dijo la niña.

- Sí.

- Bueno, adiós Lank, cuídate, y suerte.

- Gracias, Feliz navidad.

- Igualmente.

Y llegó el momento más difícil, despedirme de Shinjuro. Y jamás pude decirle lo que sentía. Hasta que...

- Bueno, adiós, señor Rengoku.

- Adiós, Lank.

Y antes de que pudiera reaccionar, Shinjuro... Me besó.

- ¡Aaahhh! ¿En serio?

- Sí, no podía creerlo.

Yo estaba en shock, lo único que podía hacer era cerrar mis ojos, mi primer beso, fue lo más romántico que pudo ocurrirme, fue un beso romántico y apasionado.

Después escuché...

- ¡Ejem, ejem! - de parte del conductor.

Y los dos nos tuvimos que separar...

Después nos abrazamos con mucha ternura, me imaginé en una película romántica... Pero en verdad ocurrió.

Después, bajé del vagón y me despedí del conductor...

- Cuídate mucho, Lank.

- Gracias por todo, señor.

- No, gracias a tí... Una cosa más acerca de los trenes, no importa a dónde se dirijan, lo importante es decidir subirse a ellos.

Asentí con la cabeza, después dirigí mi mirada hacia Shinjuro, y le mandé un beso, y él hizo lo mismo, para después regresar su asiento.

Saqué las llaves de la casa que tenía en mi pantalón, y abrí la puerta. Después escuché...

- ¡Feliz Navidad!

- ¡Perdón pero, ¿Qué fue lo que dijo?!

- ¡¡FELIZ NAVIDAAAAAAD!!

- ¡¡IGUALMENTEEEE!!

Desde la puerta de mi casa, alcancé a ver la figura de Shinjuro, me decía "adiós" desde la ventana del vagón, obviamente yo también me despedí de él, pero antes de entrar a mi casa, me dí cuenta de que, aquel hombre, estaba en el techo del tren, me dijo adiós, también me despedí.

El tren se fue y me quedé ahí sola.

Cerré la puerta de mi casa, y me sentí vacía, ya no era la misma chica que había salido de su casa hace unos momentos.

Había tenido increíbles aventuras, tuve mi primer beso, conocí a muchas personas.

Mis padres jamás se imaginarán por todo lo que pasé.

Antes de dirigirme a mi cuarto, ví nuestro árbol de Navidad, no había nada, excepto nuestros adornos navideños.

Dejé de pensar y me fui a dormir.





Continuará... 💟





Sayonara 🙋🏻‍♀️

Viaje hacia el Norte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora