Más Velocidad

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Continuamos nuestro camino y llegamos a una especie de fábrica...

- ¿No tienen el presentimiento de que no debemos estar aquí?

- Shh. Es mejor no hacer ruido.

El lugar parecía estar vacío, de repente, escuchamos voces, y nos fuimos a esconder, escuchamos a varias personas hablando, sobre una fiesta...

- Tenemos que apresurarnos, el jefe quiere que todo esté en  orden.

- Como todos los años, tenemos que llegar a la fiesta.

- ¿A la fiesta? - Shinjuro se preguntó. - ¿Cuál fiesta?

- Creo que se trata de la plaza de la ciudad.

Estábamos muy lejos, ya casi era medianoche y no había tiempo para llegar con los demás.

- ¿Señor, tomaremos el transporte de emergencia?

- Así es, es la única forma de llegar a la fiesta a tiempo.

Cuando estaban por irse, comenzamos a salir de nuestro escondite.

- Se me acaba de ocurrir otra idea, vengan conmigo. - nos dijo Shinjuro.

A lo lejos, vimos como esas personas se subían al transporte, apretaron un botón y aceleraron como a la velocidad de la luz (300,000 km/seg).

- Tomaremos otro transporte.

- No lo sé, señor Rengoku, no quiero pasar por lo mismo otra vez.

- No hay alternativa, es nuestra única salida, amenos que quieras quedarte.

- ¿Ahora dice bromas?

- ¿Vienes o no?

- Está bien, ya voy.

- Jajaja.

- ¿De qué te ríes, Senjuro?

- Ustedes dos parecen un matrimonio de ancianos.

-...

-...

Shinjuro y yo no sabíamos qué decir, estábamos apenados por lo que dijo Senjuro.

Afortunadamente, hubo espacio para los tres, Shinjuro estaba adelante y apretó un botón, se cerró el trasporte y salió a toda velocidad.

Todos gritábamos como locos, no sabíamos cuanto tiempo estaríamos avanzando, se nos dificultaba respirar por lo rápido que iba... Hasta que se detuvo.

A penas pudimos movernos, yo estaba mareada y me dolía la cabeza.

Notamos que estábamos en otro almacén, vacío.

- Ya no escucho, nada.

- Yo tampoco.

- Miren, hay otro túnel, espero sea una salida.

Caminamos hacia allá, y llegamos a un lugar lleno de herramientas de fábrica.

- Nunca vamos a salir de aquí.

- Si no hubieras separado el vagón, no estaríamos aquí.

- ¿Insinuas que es mi culpa?

- Tú fuiste la última en subir, a menos que el vagón se haya separado solo.

- Yo no separé nada.

- ¡YA basta!

-...

-...

- Pelear no nos sacará de aquí, nadie tiene la culpa, fue un accidente.

Tal vez Shinjuro tenga razón, recordé que al subir al vagón donde estaba Senjuro, había pisado una especie de palanca, creí que era un escalón, quizás sí era por mi culpa el que estuviéramos perdidos.

En el momento en que quise decirlo, sonó una alarma, unos rieles comenzaron a avanzar, Shinjuro y yo logramos sostenernos de algo, pero Senjuro no pudo hacerlo y los rieles se lo llevaron hacia una puerta...

- ¡Senjuro! - de pronto Shinjuro, se soltó y corrió hacia esa puerta.

Decidí seguirlo, pero los rieles me llevaron por su cuenta, cuando crucé esa puerta, terminamos deslizándonos en una especie de tobogán, a una velocidad increíble, Senjuro iba gritando, Shinjuro también... Y yo.

Después terminamos por caer en un agujero que nos llevó a cientos de cajas, no eran cajas cualquiera, eran regalos.

Después terminamos por caer en un agujero que nos llevó a cientos de cajas, no eran cajas cualquiera, eran regalos

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Cientos, miles de regalos.

- Creo que me rompí la columna.

- No exagere, señor Rengoku, si fuera así, no podría ni moverse.

- ¿Entonces sobre qué caí?

- Déjeme ver... Al parecer cayó sobre la punta de una caja.

- Me duele mucho.

- Eeehh, Senjuro.

- Sí.

- ¿Dónde estás?

- Aquí estoy.

- ¿Te lastimaste?

- Creo que no.

- Ay, que bueno. Ven, ayúdame, tú padre cayó sobre una caja y se lastimó la espalda.

- En mi bolsillo, traje un ungüento.

- Perfecto, ven.

Senjuro pudo llegar hasta nosotros, y le untó la pomada en la espalda a su padre.

Yo, por otro lado, quería averiguar en dónde había caído Shinjuro, saber qué le había ocasionado tanto dolor.

Busqué y busqué, y llegué hasta donde había un regalo, uno muy grande, tenía una nota que decía:

“Para mi hijo, Senjuro, con todo mi amor”
P. D. Santa te lo dará en mi lugar. 💚❤️

- ¡Oigan, encontré algo!

- ¿Qué encontraste?

- Señor Rengoku, cayó sobre este regalo.

- ¿Cómo sabes que lo fue?

- Una esquina de la caja tiene una gran abolladura.

- Ahora sé porque me dolió.

- Pero... No es cualquier regalo. Está dirigido a Senjuro.

- ¡¿A mí?!

Continuará... 💟

Sayonara 🙋🏻‍♀️

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