Onceavo Capítulo: Lobos en la Ciudad.

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Marshall y Chase regresaron a su cueva para entrenar duro con Aruth y Kiela. Más concretamente con Kiela. Y pronto descubrieron que no era fácil de vencer.

Chase cae al suelo: Ah!! ¿Cómo?

Marshal esquiva un golpe e intenta dar otro, pero Kiela se agacha y logra acertar a Marshall. Sin embargo, el lobo blanco no cayó.

Kiela: Peleas bien Marshall. Pero no puedes golpear. Guardia alta, pero ataque bajo.

Kiela usó su don y la oscuridad creó una Kiela de Sombras. Ésta se dió la vuelta de Marshall, e intentó golpearlo. Pero Chase detuvo la Kiela de Sombras, y se lía en un combate con ésta.

Kiela: Tu amigo tiene mucha convicción. Una pena que el no haya recibido un don mayor al de la velocidad. *Un viento la tira al suelo y la mantiene allí* ¿Eh?

Marshall se frota un par de golpes recibidos, y mira a Kiela satisfecho.

Marshall: No me culpes.. tu usaste tu poder, de modo que supuse yo podía usar el mío. *Sonríe inocentemente*

Kiela se ríe: Pues claro!! Los del Río no jugarán limpio. Serán cazadores. Ellos mismos irán a por ti.

Marshall: Que lo intenten.

Se escuchó un rayo. Ambos combatientes miran a Chase, el cual había invitado un rayo para acabar con la Kiela de Sombras. Pero Chase estaba agotado, tanto así que se cayó y se durmió al instante.

Kiela: Bueno. Mañana seguimos.

*En el Cuartel Cachorro*
Todos miraban sin comprender los 2 capullos de cristal que tenían a sus amigas dentro. Ryder no decía nada, estando en shock por lo que vió y recordó. Pero lo que Rocky no captaba era el hecho de que esos capullos habían crecido. No tenían forma de cachorro.

Rubble: ¿Qué examinas Rocky?

Zuma: Si. Te ves más pensativo que otra cosa.

Rocky: He pensado.. que esos bloques de hielo no tienen forma de cachorro.

Zuma: Pues si. Pero Skye y Everest siguen allí dentro de esas cosas.

Rubble: No me lo recuerden.

Rocky: Digo. ¿Cómo van creciendo esos capullos? No tienen ni forma de cachorro. Supera por 54 centímetros de altura a Skye y 46 centímetros de altura a Everest. No tiene sentido. Y su largo es casi el largo de un lobo.

Zuma: Pues no sé. Sólo sé que dentro de esos bloques están nuestras amigas. Y si ése hielo no se derrite...

Rubble: No lo digas. No digas que morirán.

Zuma lo acaricia en la cabeza: Tranquilo amigo. No van a morir. Pero quizá estén congeladas de tanto tiempo en el hielo.

Rocky: Chicos.. debo estar loco pero esos hielos brillan. Miren!

Los tres miran a los dos bloques de hielo. Efectivamente, habían empezado a brillar. El hielo crujió y dejó ver a dos lobas. Una de pelaje cian y ojos celestes, y una loba de pelaje gris con ojos rosados.

Ambas estaban dormidas en el suelo, dejando boquiabiertos a los 3 cachorros que presenciaron el asunto.

La loba gris de ojos rosas miró desolada: ¿Chicos?.. soy.. Skye...

Y luego durmió.

Un Amor InvernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora