Décimo Cuarto Capítulo: En Guerra.

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Ahí estaban. Parecía una película de fantasía. Las bestias del Río infestaban las calles de Bahía Aventura. Algún soldado luchaba, pero no para ganar, si no, para sobrevivir. Las balas no afectaron en nada a éstos leones, quienes contaban con la protección del Río. Algún que otro herido, pero aún no habían bajas humanas. Todos corrían despavoridos de esas bestias salvajes, sedientas de cruel caos. No querían muertes, querían sus viejos territorios. Querían dejar de ser suprimidos.. pero no estuvieron dispuestos a hablar. Fue cuando los lobos del Lago aullaron en son de Guerra.

Los leones los miraron despectivamente y el líder de éstos se acercó a Aruth.

Ostriciris: Aruth hijo del Lago. ¿A qué vienes? Espero sea a ayudarnos a vencer a ésta escoria humana.

Aruth negó con la cabeza: Te equivocas Ostriciris. Vengo a detenerte.

Ostriciris: Ni se te ocurra Aruth. Morirás.

Kiela: Tú no tendrás otro día entonces. *Se pone en posición de pelea*

Ostriciris: Si es lo que quieres.. a ellos!!

Los leones se lanzaron contra los hijos del Lago, pero, sorprendentemente, éstos se defendieron bien. Demasiado bien.

Marshal dejó inconsciente a una leona, mientras Chase y Skye luchaban lomo a lomo. Se miraron y sonrieron, sabiendo cómo luchar. No era su primera vez.

Aruth y Ostriciris se enbaurcaron en una batalla mortal de garras contra colmillos. Ostriciris era más fuerte, más estratega y más grande. Pero Aruth era más inteligente. Interpretando cada golpe de Ostriciris, estuvo a la par. Ninguno recibía golpe alguno, por más esfuerzos del otro.

Marshall saltó sobre un león y le mordió el cuello, de modo que el león perdió la consciencia. Luego aulló al Invierno, clamando su ayuda prometida.

Y sin perder el tiempo, los espíritus naturales llegaron. Las plantas y el hielo cruzaron las calles, saliendo de las alcantarillas.

Marshall acabó de dar una ventaja estratégica muy épica. Pero no era del todo suficiente. Los leones empezaron a sacarse las plantas y a romper el hielo. Los lobos sonrieron, y usaron todo su poder.

Los leones no tuvieron muchas oportunidades tras eso. Menos con los lobos poderosos. Y no tuvieron oportunidad alguna contra Kiela, quién usaba la mismísima oscuridad a su favor. Un par de clones de ella corrían a ayudar a los débiles y atendiendo a los heridos. La propia Kiela estaba luchando contra un león con el don de Titán, que lo hacía más grande que el resto.

La batalla duró un rato, hasta que un rugido hendió el aire de un león herido. Ostriciris estaba herido ante Aruth. Caído y bastante magullado.

Aruth: Has perdido Ostriciris.

Ostriciris: Ésto aún no acaba Aruth.

Y una luz roja rodeó el cuerpo de Ostriciris, dándole un aspecto más bravo. Eso aumentó su fuerza, velocidad y agilidad, al igual que su factor curativo.

Esa nueva bestia arremetió contra Aruth, el cual sólo miró iracundo a Ostriciris. Y Marshall pudo verlo. Se acercó corriendo, sin darse cuenta que el don suyo entró en una segunda fase evolutiva, y se deshizo en hielo y vapor.

Mientras, Ostriciris intentaba masticar a Aruth, quién intentaba resistir. Su fuerza se agotaba.. hasta que un par de rocas rodearon el cuerpo del lobo.

Aruth: ¿Y ésto?

Voz familiar: Ten más fuerza.

Aruth sonrió nuevamente, y usó la fuerza para salir del osico maloliente de Ostriciris. La roca de minerales rodeó las patas de Ostriciris, inmovilizándolo. La mirada de ira del mismo pasó de una victoriosa a una de miedo.

Marshall se materializó al lado de Aruth: Vamos contra él jefe.

Aruth lo mira sorprendido: Un don evolutivo. Eso es.. inesperado.

Marshall sonrió: Sip. Me asusté un poco, pero aprendí a usar la nueva fase. Vamos!!

Ambos lobos se pusieron en posición de pelea, y se lanzaron contra Ostriciris. Chase observó ésto, y saltó con un rayo contra Ostriciris para aturdirlo, mientras Marshall se deshacía y aparecía hielo en las patas de Ostriciris, y finalmente Aruth pegó el tiro de gracia: un aullido sonoro y potente que aumentó por el rayo y el hielo de Chase y Marshall.

Aruth: Ahora sí Ostriciris. Has perdido.

Ostriciris cayó inconsciente al suelo, y sus hermanos hijos del Río huyeron al verlo así. Retornaron a su gruta, derrotados y sufridos.

Los lobos aullaron victoriosos. Marshall sonrió a Everest, quién se perdió la batalla por estar inconsciente, pero sonreía a su nuevo novio.

Fue cuando miraron las casas destrozadas por todos los leones, y las alcantarillas rotas por las plantas y los hielos esparcidos. Marshall miró al cielo y vió al Invierno, quien hizo un gesto, dando a entender que el se encargaría del destrozo.

Marshall: A casa!!

Todos aullaron felices y volvieron a su cueva en el Lago. La mujer acuosa premió a todos, evolucionando sus poderes. Todos felices hasta la noche, cuando Aruth y Kiela darían una noticia a Marshall y a Chase.

Aruth: Muchachos, dieron mucho por nuestro clan, de modo que les debemos ésta victoria.

Chase sonríe: ¿Qué quiere decir?

Marshall: ¿Nos darán algo?

Kiela ríe: Eso es muy deductivo. Pero sí. Podéis ser parte del clan oficialmente, o...

Aruth: Yo tengo entendido que ustedes quieren ir a su vida normal. ¿Cierto?

Marshall miró a su hermano Chase y asintieron a Aruth.

Aruth: Podéis iros a vuestra vieja vida, y estamos en deuda con vosotros.

Everest se acercó: ¿Podría volver yo también?

Skye: Yo igual.

Kiela: Pues sí. Podéis iros.

Marshall: ¿Y qué pasa si nos necesitan? ¿Cómo volvemos?

Kiela: Enviaremos un mensajero.

Aruth: Venga, obviamente podéis volver. El Lago os devolverá. Ésta noche, dormid junto al Lago de la cueva, y mañana podréis ir a vuestra vieja vida.

Los cuatro lobos se fueron inmediatamente, dándoles las gracias. 

Un Amor InvernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora