Este capitulo es mas corto pero bueno ya que hay personas que me estan pidiendo capitulo penser escribir algo, no estoy muy inspirada pero espero que os guste.
Escucho como algo se rompe en el salón y no me lo pienso dos veces salgo hacia el salón corriendo.
-¿Porque la tocaste? Joder mirame a la puta cara y me dices el porque.
-No eres nadie para decirme si puedo pegarle a mi hija o no es mua no tuya.
No es cierto esto que estoy escuchando, cuando miro para el lado derecho del salón veo como una niña pequeña corre hacia mía asustada y con lágrima en los ojos. No me lo pienso dos veces cuando salgo de casa con ella y los dejo hablando a los dos solos.
Cuando voy a volver la esquina alguien me agarra mas fuerte de lo normal, no quiero volverme se quien es, que le habrá echo a David para que no este aquí. Le digo a África que valla a casa de su amiga que esta cerca nuestra y ella asiente.
Mientras volvemos a casa, las lágrimas no dejan de caer de mis ojos mientras imagino lo que le ha echo a David y lo que me podrá y hará a mi. Nada mas llegar lo veo en el suelo tirado, esta inconsciente, pero quien se cree este hombre, me suelta para que valla en busca de el.
-¿Pero que le has echo?, el no tiene culpa de nada, no tenias suficiente conmigo que aparte le pegas a el.
Antes de que pueda hablar aparece Alex cuando ve que David esta en mis manos y yo llorando, no se para ni a preguntar y le da un fuerte puñetazo a ese hombre que ya no lo quiero ni llamar papa, antes de que pueda levantarse, Alex se echa encima de el y sigue pegándole hasta que escuchamos a la policía llegar.
David sigue inconsciente y yo dentro de unas horas tengo que marcharme no se si podre irme, parece que la historia se vuelve a repetir, justo igual como si hubiera algo hay que me impide cumplir un sueño. A el se lo llevan al hospital mientras que a Alex y a mi nos llevan con ellos a comisaria.
El único que dejan en prisión provisional es a ese malnacido. Yo no e querido contar nada de lo que ha pasado, tan solo esta dentro por haberle pegado a David y dejarlo en mal estado. Cuando nos dirigimos al hospital la madre de ellos llama y nos ruega por favor que cuando veamos a David que no cuente nada.
Por suerte cuando llegamos David esta bien y puede volver a casa, cuando le digo que tengo que marcharme no hace mas que pedirme que por favor me quede, hasta que Alex se mete por medio y le dice que se venga conmigo en Navidades, cuando este la cosa un poco calmada y que conozca a la famosa abuela de la que tantas veces le he hablado. A parte los gemelos se han vuelto a mudar allí y tendrá buena compañía.
Han pasado tres días desde que me marche de aquella terrible casa, David estos días ha intentado evitar el tema cada vez que yo le preguntaba, me dice que esta muy ansioso con la idea de que se vendrá en navidades conmigo, también que tiene unas ganas impresionante de darme el regalo de reyes.
El partido ha salido estupendo hemos ganado, no tardo nada en llamar a David y contárselo me da tanta alegría que me propone tener sexo por teléfono, cosa que en mi vida imagine que tendría. Pero es tal la emoción que tengo, que la verdad no se si podre llegar a esperar a verlo mañana así que no muy convencida le digo que si.
David y yo nunca hemos echo algo así. El me ha enviado unos cuantos mensajes picantes, fotos, pero esto... esto es diferente.
-Dime que te gustaría que te hiciera.
-Me cogerías por las caderas como me coges siempre, y yo me agarraría a las sabanas intentando mantenerme estable. Tus dedos se clavarían en mi, dejando marcas a su paso... - junto los muslos con fuerza cuando lo oigo contener el aliento atraves del teléfono.
-Tocate -me dice, y rápidamente miro alrededor de la habitación, olvidando de momento que nadie puede oír nuestra conversión privada.
-¿Que? No -susurro con aspereza, sosteniendo el teléfono.
-Si.
-No.
-Hazlo. Quieres hacerlo lo noto.
¿como puede saber que quiero hacerlo?
-Tumbate en la cama, cierra los ojos, abre las piernas y te diré lo que tienes que hacer.
-Pero yo...
-Hazlo.
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David
RomansaNo tenian muchas cosas en comun, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidia y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenian ideas diferentes. El era dueño de si mismo, ella una niña insegura. Sus manos parecian haber sido...