Entró a paso lento y con gesto aburrido al bar donde trabajaba recientemente. Samuel le había pagado una buena suma de dinero para que su banda se presentara de vez en cuando y no había podido decir que no.
Nadie le decía que no al dinero.
Un olor demasiado fuerte para su gusto le llegó de golpe, lo reconoció como pintura y fue ahí que se dio cuenta que las paredes ya no eran del mismo color que la semana anterior; frunció el ceño y camino observando a su alrededor encontrandose a un hombre de cabello castaño sentado en el suelo, este llevaba un overol marrón manchado de pintura.
Se acercó silenciosamente y se puso en cuclillas ladeando la cabeza al notar que pintaba con mucha concentración una preciosa mariposa blanca.-Me gustan las mariposas.
El castaño se sobresaltó y se giró de golpe, dejando a la vista su rostro manchado de pintura con unos ojos rubíes muy abiertos, estos subieron y bajaron nerviosos ocasionandole una risita divertida.
-¿Eres el que me hizo la pintura?.- Quackity lo miraba con la cabeza ladeada tal cual un cachorro, el mayor asintió sin decir nada más a su pregunta.- Un gusto, soy Quackity.
-Luzu.- su voz salió en un murmullo nervioso y carraspeo limpiando la pintura de sus manos en su ropa.
El pelinegro sonrió levemente y se sentó a su lado, importandole muy poco si su ropa negra se ensuciaba.- ¿Por qué le pusiste alas negras a la pintura?
-Es solo que...- su voz aterciopelada lo hizo girar el rostro hacia él, mirándolo con intriga.- Me recordaste a esa pintura de Lucifer, el ángel caído.
-Pero no soy tan hermoso como Lucifer.- sonrió y tocó con la punta de su dedo una gota de pintura en el suelo.
-Al contrario.- lo escuchó decir aquello y lo miró atento, esperando a que continuara.- Creo que eres lo suficientemente hermoso como para ser comparado con un ángel caído.
Dejó escapar un suspiro ante sus palabras, era lo más precioso que alguien le había dicho.
Su rostro se sonrojó y desvío la vista hacia las mariposas en la pared, llevaba solo dos de ellas.-Creo que en azul se mirarían mejor.- balbuceó más para si mismo que para el mayor, que lo miró curioso.
-¿Lo crees?.- el castaño se acaricio la barbilla dejando un pequeño rastro de pintura en su mejilla con el pincel.
-Sí, así se ve muy soso.- Quackity extendió su mano quitando la mancha con su pulgar, quedándose quieto al darse cuenta de lo que había hecho.- Y-Yo eh... Tengo que irme, gracias por la pintura.- dejó salir sus palabras de forma atropellada y salió casi corriendo hacia donde debía estar Samuel.
¿Qué chingados le pasaba?
Había coqueteado con él involuntariamente aún cuando se había prometido no hacerlo nunca más.
No debía.
No si quería que sus planes salieran como él quería.
Bufó molesto y empujó la puerta de la habitación que la banda usaba como camerino, se dejó caer en el sofá tratando de calmar su pulso acelerado. Hacía bastante tiempo que no se sentía de esa forma por una persona y no estaba preparado para volver a sentirlo, no en las circunstancias en las que se encontraba.
Atrapó su rostro entre sus manos exhalando de forma dolorosa.No se debía permitir sentir aquello.
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El aleteo de una mariposa | Luckity
FanfictionLuzu fue cautivado por la belleza de aquel jovén de tatuajes y apariencia extravagante. Un chico que a simple vista parecía importarle poco su alrededor pero que, a los ojos del castaño, demostraba la tristeza que invadía su interior. "¿Por qué te...