Destapó otra botella de soju y sin pensarlo dos veces se lo llevó a los labios. Había perdido la cuenta de cuánto había bebido. Pero, ¿Acaso importaba? No, no lo hacia. Y por eso mismo dejó qué el alcohol ardiera en su interior, quería tomar hasta perder la razón y así poder olvidar. Necesitaba dejar de pensar en esos ojos tristes que tanto amaba, quería dejar de oír esas palabras que tanto lo habían lastimado el día anterior. Y es que dolía tanto joder, la única persona de la que se había enamorado en toda su vida era la misma que lo había destrozado.
Necesitaba olvidar a DongHae.
¿A quien pretendes engañar? Le preguntó su conciencia. Sabes que no podrás lograrlo, lo amas, lo necesitas, ahora mismo quisieras ir corriendo a sus brazos. Te haces el fuerte, pero por dentro muere de ganas por tenerlo en tus brazos. Deja de mentirte a ti mismo HyukJae.
Sonrió con amargura.
El doloroso recuerdo llegó a él como un simple pestañeo
—¿Te he dicho ya cuánto te amo? —le preguntó al castaño que estaba entre sus brazos. Llevaban horas tirados en la cama compartiendo besos apasionados y tocándose lascivamente, los mismos que él quería llevar al siguiente nivel por supuesto. Moría de ganas por arrancarle la ropa y fundirse con ese delicioso cuerpo, anhelaba hacerle gritar de puro placer, porqué joder siempre que estaba con él ardía en deseo. Pero quería hacer las cosas bien y antes de hacerle el amor quería que DongHae afronte sus sentimientos.
—Me lo has dicho muchísimas veces, tantas que no puedo contarlas Hyuk.
—Nunca serán las suficientes— susurró hundiendo el rostro en su cuello y aspirando su aroma —Me encanta como hueles todo tú me vuelve loco —se mordió los labios, su entrepierna palpitaba de deseo y podía sentir como su mejor amigo se encontraba en la misma situación.
—Hyuk —su voz salió como un suplicante gemido y eso terminó por volver loco a HyukJae.
Su respiración se aceleró aún más si es que era posible y se lanzó a besar esos labios que tanto amaba. Tenía una sed constante de ellos, los anhelaba como a nada en el mundo. Cada parte de ese bello cuerpo lo volvía loco, despertaba en él sensaciones increíbles y lo llevaba al punto más alto del placer. Era como estar en la cima de una colina a punto de querer saltar, él quería hacerlo, necesitaba sentirlo, pero como siempre el querer y poder eran cosas muy distintas. Con un gruñido de impotencia se acomodó entre las piernas de DongHae y aumentó la intensidad del beso, dominando desde el principio. Podía sentir como se derretía entre sus brazos. Quería más, mucho más, pero es que no debía, no podía hacerlo
—Ahhhh Hyukkie —jadeó DongHae al separarse para tomar aire. — D-debemos parar o si no
—¿O si no qué? —embistió en falso.
—N-no vamos a poder parar ahhhh.
—¿Y tú quieres parar Hae? —siguió embistiendo. Lo único que los separaba era la tela de su bóxer, pero para HyukJae era mucho más de lo que antes pudo tener. Así que por ahora se conformaba con eso. — Responde ¿Quieres que me detenga?
—N-no no pares ahhhh Hyuk —sus mejillas estaban sonrojadas y se mordía los labios tratando de evitar que los gemidos escapen de su garganta. Sus pequeñas manos se aferraban con desesperación a sus hombros.
Era la perfecta imagen que invitaba al pecado.
—Solo déjate llevar. —susurró sensualmente en su oído.
Abrió más sus piernas y las hizo abrazarse a sus caderas, dándole un mejor acceso a su cuerpo. Se acercó a sus labios y le robó el aliento mientras se frotaba contra él descaradamente, el placer que alguna vez había sentido era nada comparado a ese momento. Se deleitó con cada gemido que escapaba de esos delgados labios, sintió sus uñas apretarse contra su camiseta e imagino que eran las mismas que arañaban sin piedad su espalda. Cerró los ojos perdido en la sensación y se movió aún más rápido, podía sentir con DongHae disfrutaba tanto como él lo hacía. Sus cuerpos parecían conocerse de toda la vida, como si se tratarán de uno solo. Con desesperación bajó sus manos a sus redondo y esponjoso trasero y los apretó con deseo. Quería penetrarlo hasta hacerle olvidar su nombre.
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Anhelo (Eunhae +18)
Fiksi PenggemarDongHae está a punto de luchar contra sus propios demonios y aceptar después de mucho tiempo, cuan enamorado está de HyukJae.